Crónica de la Vida de una Escritora

Para aquellos que se han preguntado cómo es la vida de un escritor famoso, Isabel Allende nos ha regalado una novela titulada “La suma de los días” en donde nos deja ver una parte de su propia vida.

La crónica inicia con una referencia a la pérdida de su hija, Paula, quien a lo largo de la historia será un hilo conductor que nos llevará a explorar las emociones de una mujer que ha tenido que vivir la dura experiencia de enterrar a uno de sus hijos. Si bien es “Paula” la novela que está dedicada a su hija, en “La suma de los días” no deja de lado el proceso de aceptación de su muerte, que se le presenta largo y doloroso; solamente rodeándose de su familia y amigos logra vivirlo, sufrirlo y superarlo.

Después de la muerte, nos regala el amor. Si en sus novelas éste es un tema recurrente que encuentra cabida en cada uno de sus personajes, su propia vida no podría ser la excepción. Así, nos narra la relación que tiene con Willie, un hombre estadounidense al que conoce tras su primer divorcio. Aunque por momentos tiende a idealizarlo, el tono de la novela nos lo muestra más bien como un hombre real, con problemas reales que podemos vivir cualquiera de nosotros todos los días. Y aquí uno de los problemas más importantes que causan fricciones entre la pareja son los hijos; siendo los dos personas en la mitad de su vida, los hijos de él y los hijos de ella no dejan de ser la razón que por momentos parece estar a punto de separarlos.

Y hablando de sus hijos, plantea problemas como las drogas, los triángulos amorosos de las parejas de sus hijos y los nietos, dejándonos ver una parte del arcoíris de emociones que estas situaciones familiares llegan a crear. Además, no deja de hablarnos de su madre, con quien mantiene una constante y nutrida correspondencia a la vieja usanza –con cartas– y que ocasionalmente la visita. A ella, le la muestra más bien como uno de sus personajes en novelas como “La casa de los espíritus”, pues se trata de una mujer sabia con un carácter fuerte y una intuición que le da un algo de sobrenatural. Además, reconoce que la casa en que viviera con sus padres durante su niñez fue fuente de inspiración de sus primeras novelas, en donde muchos de los personajes son símiles de su propia familia, que si bien no conservan los nombres de la vida real, si conservan una buena parte de la fisionomía y carácter, por lo cual dentro de su círculo familiar cercano, fue duramente criticada en sus albores de escritora.

Así, ésta novela nos abre una ventana a la vida de una escritora que se nos presenta como una persona muy real, rodeada de personas reales como las personas con las que todos vivimos cotidianamente. En ésta obra nos regala capítulos enteros dedicados a su familia, la vida en pareja con Willie, y un sinfín de amigos, reafirmando en cada línea lo que es ser escritora.