LO COMICO EN HANS ROBERT JAUSS TRANSGRESION DE LAS ESTRUCTURAS SOCIALES.

El arte, para cumplir su misión, es decir, provocar emociones –si acaso tiene una misión  no necesita brindar imágenes coherentes del mundo, ni exactas reproducciones de acontecimientos humanos. También logra sus efectos a través de imágenes defectuosas, engañosas o anacrónicas. Mediante esa sugestión artística otorga apariencia de verdad a la más absurda versión de una relación entre seres humanos. Y cuanto más poder tiene el arte, tanto más incontrolables son sus representaciones. El ímpetu pareciera sustituir, entonces, a la lógica; la persuasión, a los argumentos. Es verdad que la estética exige una cierta verosimilitud de todos los sucesos, para que los efectos no se anulen o se debiliten; pero ¿se trata de una verosimilitud puramente estética la llamada lógica artística?

Concedemos al poeta un mundo propio, y ese mundo se rige por leyes propias. Si tal o cual elemento aparece desdibujado, es decir, inmerso en manchas de indeterminación, sólo hay que desdibujar todos los demás elementos y mantenerse dentro de esa tónica para que el conjunto se salve. Podríamos hablar, entonces, de que el arte logra construir un mundo autónomo, sin embargo, lo hace gracias a un fenómeno no menos valioso: la identificación del con el artista y, a través de éste, con los personajes y sucesos del escenario, sobre la base de la sugestión.

Precisamente es en esa relación entre texto y receptor, y en la experiencia estética de éste, donde Hans Robert Jauss ha puesto la mirada. El autor destacaba que una de las contribuciones más importantes que la experiencia estética puede aportar a la praxis social es la que hace hablar a las “instituciones mudas” que rigen la sociedad, es decir, llevar al nivel de la formulación las normas que se demuestren valiosas, transmitir y justificar las que son ya tradicionales; asimismo, la importancia radicaría en denunciar el carácter problemático de la coacción ejercida por el mundo institucional y en la evidencia de los papeles que representan los actores sociales. Si bien es cierto que Jauss reconoce que la sociología del conocimiento no ha otorgado el valor debido al papel que desempeña la experiencia estética en la constitución de la realidad social, utiliza en algunas ocasiones esta disciplina como herramienta para su estudio. ¿es posible trazar una línea divisoria entre la vida y el arte, entre el comportamiento pragmático y la actitud estética? […] ¿Hasta qué punto puede decirse que lo estético penetra [en el acto de reír] en el 1 Según el pensamiento de Jauss, todas estas preguntas forman parte esencial de la teoría de la experiencia estética.

Hasta aquí parece esencial hacer la distinción entre lo ridículo y lo cómico, para ello, Jauss utiliza las reflexiones de Souriau para decir que lo ridículo se sitúa en el entorno, mientras que lo cómico en el arte. Ahora bien, tal y como dice Jauss, en la comedia mantiene al espectador a distancia. Hablábamos de la importancia de la identificación del espectador con la obra a través de una especie de sugestión o disposición del ánimo. Con la cita anterior vemos cómo Jauss aclaró que en la comedia no existe tal identificación puesto que los hechos en ella permiten que el espectador se encuentre a cierta distancia. Sin embargo, es imposible dejar de pensar en aquello que hace la distinción entre lo cómico y lo ridículo: lo cómico se sitúa en el arte, pero ello no impide que en la comedia se vislumbren concepciones normativas del mundo que están estrechamente relacionadas con lo social en la obra de arte.  Sin embargo, no se trata sólo de eso, 1 Jauss, Experiencia estética y hermenéutica literaria, 2 ed., Taurus, Trad. Jaime Siles, España, 1992, p. 201.

responder riéndose no supone una descodificación del lenguaje ni una interpretación: el que se ríe no contesta al emisor con una respuesta propia, es decir, se desvincula del hecho cómico y se ríe desde afuera. A eso se refiere Jauss cuando dice que en la comedia no existe propiamente una ‘identificación’ directa con algún personaje como la habría en la tragedia. Jauss decía que “lo realmente cómico, en sentido estético, no es que una persona o su discurso se aparten de la norma vigente, sino una situación, en la que la transgresión de la norma se presenta como conflicto cómico al que el interesado no puede responder.

con el perímetro social. La sociedad no sólo se construye por el trabajo, sino por el interdicto que lo promueve y lo protege. La transgresión es una figura que implica desobediencia, pero no abolición. Transgredir no es negar la ley, sino que implica un reconocimiento en la desobediencia, en ese sentido, la transgresión no sólo mantiene el interdicto, sino que, yendo más allá de él, lo complementa. Si partimos del entendido de que la ley existe para delimitar pero también para ser infringida, es decir, que ambos movimientos la constituyen, podemos pensar en lo cómico como una burla a lo establecido que nunca se aparta de él; reconociendo las estructuras sociales se puede transgredir la norma, sin embargo, ésta nunca es abolida. El espectador se vuelve cómplice indirecto de la transgresión, no obstante, nunca deja de reconocer el entramado social que está presente en la comedia que transgrede sin desconocer las estructuras normativas de la sociedad.

Bibliografía
Jauss, Hans Robert, Experiencia estética y hermenéutica literaria, 2 ed., Taurus, Trad. Jaime Siles, España, 1992.

Escritor: Cecilia Núñez Martínez