CHAMANISMO; ENTRE LA ENFERMEDAD MENTAL Y EL PODER

La magia fue el elemento con el que el hombre de la antigüedad enfrentó su realidad; a través de ella se curó y fue esta quién le dio sentido a una particular forma de vivir la vida, de entender el cosmos y de moverse dentro de una realidad que poco o nada tenía que ver como la entendemos nosotros en la actualidad. El pensamiento mágico (que siempre estará ligado de una estrecha forma al pensamiento religioso) está sustentado en la plena convicción de que la realidad no se agota con lo que perciben nuestros sentidos; existe un mundo espiritual que se desarrolla simultánea y paralelamente a este mundo y a su vez, es en aquél en donde tiene origen éste.

Fueron los chamanes quienes se encargaron de generar esa realidad a la que me refiero. Estos fabulosos personajes se encargaron de producir un sistema de conocimiento basado en la observación profunda de los fenómenos de la naturaleza, fueron capaces de “ver” lo que los otros no veían y gracias a sus experiencias extáticas fueron ellos los que hicieron que germinara la vida espiritual de la colectividad. Estos personajes eran capaces de hacer viajes a ese mundo inaccesible a los demás, el que corre paralelamente a éste; el mundo de los espíritus, y traían noticias a sus comunidades sobre el estado de las cosas en el más allá, en donde habitaban los espíritus de los antepasados, de los familiares muertos, esto hacía que la gente confiara en ellos y se convirtieran en los intercesores entre este mundo, y el de los dioses.

Los chamanes fueron capaces de desarrollar ciertos métodos con los que les era posible realizar esos “viajes” a ese mundo ignoto y desde ahí “mover” los hilos para que la realidad se acomodara a beneficio de la colectividad. Es decir, ante las grandes catástrofes de la naturaleza estos hombres superdotados controlaban el origen del fenómeno, desde esa zona prohibida a los neófitos. Desde este punto de vista, el chamanismo, fue un sistema de adaptación bastante novedoso e ingenioso que el hombre en su devenir histórico desarrolló para su propia supervivencia; había que echar a andar todo tipo de mecanismos a su alcance, pues se trataba de sobrevivir a toda costa; el chamanismo no fue más que una de tantas expresiones de la gran voluntad de vivir de los hombres en colectividad

En ellos recaía la responsabilidad de dirigir cualquier ceremonia en donde interviniera el alma; (nacimientos, casamientos, ceremonias iniciáticas, muertes, etc.) pues se convirtieron en los depositarios del espíritu mismo del pueblo. Los sueños para ellos era una forma de conocer la otra realidad y fueron grandes intérpretes de la vida onírica de los individuos. Muchos de estos conocimientos coinciden con los que miles de años después desarrollaría Sigmond Freud con la creación del psicoanálisis. Interpretaron los sueños como una clara muestra de la existencia de la hierofanía (la irrupción de lo sagrado en el mundo profano), mediante su correcta interpretación era posible conocer el futuro de quien soñaba, pues así lo determinaba su vida que compartía con los espíritus. Asimismo, algunos fueron grandes curanderos ya que también eran expertos en el empleo de enteógenos (tehos genos; “engendrar a Dios dentro de sí”) como el peyote, los hongos, la datura, la ayahuasca, etc. con ellos viajaban a ese mundo mágico donde llevaban

grandes batallas épicas con seres sobre naturales, quienes eran los causantes de las enfermedades que atacaban a sus pacientes. Existen desde la antigüedad ciertas ideas que sustentaron al gran chamanismo, como creer que el interior de un volcán o montaña sagrada es la entrada al mundo mágico donde tienen origen las cosas que suceden en este mundo. La técnica chamánica por excelencia consiste en el paso de una región cósmica a otra: de la Tierra al cielo, o de la Tierra a los infiernos. El chamán conoce el misterio de la ruptura de estos niveles. Esta comunicación entre las zonas cósmicas se ha hecho posible debido a la propia estructura del universo, que nadie como él, conoce.

De igual manera, fueron estos personajes quienes hicieron posible el desarrollo de las ideas sobre la muerte e hicieron de este natural y devastador fenómeno algo aceptable y reconfortable, pues descubrieron que la vida no terminaba con la muerte; había otra vida a la que las almas eran transportadas; al mundo de la bienaventuranza espiritual. eran capaces de transformar sustancialmente la materialidad de las cosas. Utilizando un lenguaje mágico para realizar curaciones, incrementaban su eficacia haciendo referencia a mitos de creación y de esta manera llevaban a cabo curaciones en donde lo simbólico imperaba sobre lo orgánico.

El tambor ha sido tradicionalmente el instrumento del chamán, su percusión rítmica y prolongada, le hacía entrar en ciertos estados psíquicos que le permitían entrar en éxtasis (fenómeno que medicamente ha sido demostrado totalmente) para llevar a cabo sus aventuras espirituales. Este instrumento asume un papel de primer orden; su simbolismo es complejo, múltiples son sus funciones mágicas. Es indispensable para el desarrollo de la sesión, ya conduzca al chamán al “centro del mundo”, ya le consienta volar por los aires, ya convoque y aprisione a los espíritus, o ya, que el tamborileo permita al chamán concentrarse y volver a establecer un contacto con el mundo espiritual que se dispone a recorrer.

donde lo ignoto apenas comienza. Orígenes del chamanismo Como técnica de éxtasis, el chamanismo es un fenómeno religioso de Asia central y septentrional (pueblos altaicos, buriatos, samoyedos, yakutes, tungusos, vogulos, etc.) y de las regiones árticas del norte de Europa (lapones) (Alix de Montal) Una de las más antiguas descripciones que tenemos fue hecha por en el siglo XIII por cazadores noruegos en territorio lapón; más tarde, en el siglo XVII el arcipreste ortodoxo Avyakum, fundador fue el primero en atestiguar acerca de las costumbres, en particular del chamanismo de los pueblos del norte de Siberia, donde estuvo exiliado de 1653 a 1662. . Mirecea Elidae).

Ahora bien, ¿quién se convierte en chamán?, ¿existen signos que definan al futuro chamán?. Existen cuatro formas de reclutamiento chamánico. Las dos primeras, vocación espontánea y transmisión hereditaria son las más frecuentes en Siberia y Asia. La decisión personal, lo es entre los esquimales y los pueblos de América del Norte. Finalmente entre los buriatos y los esquimales es común que el individuo se transforme en chamán por un accidente, tal es el caso de de un iglulik que se convirtió en chamán inmediatamente después de haber sido mordido por una foca. Debido a la tiranía del espacio, hablaremos solo de una de ellas; la Vocación espontánea.

La vocación chamánica se manifiesta debido a una perturbación en la conducta del individuo; Entre los siberianos, el joven de pronto se vuelve algo extraño, busca la soledad y vaga por días entres en lo profundo del bosque: Por lo general estos comportamientos empiezan durante la niñez o adolescencia. Incluso es posible que viva ciertas experiencias extrasensoriales, tal es el caso de un chamán siux, Elan Noir, que a los 14 años tuvo la siguiente visión: Caminaba por el bosque bordeando un arroyo cuando vi un bienteveo posado en una rama. No era un sueño; era algo real. Iba a tirarle con el arco que me había hecho mi abuelo cuando de pronto el pájaro comenzó a hablar y dijo: “por todas partes las nubes están de costado”. Tal vez, quería decir que las nubes me miraban. Luego agregó: “Oye, una voz te llama”. Entonces miré hacia las nubes y dos hombres se acercaban y asomaban la cabeza hacia adelante como si fueran a flechas. Y mientras se acercaban, entonaban un canto sagrado y el trueno resonaba como un tambor.

Después de esta “etapa de incubación” que significa que el joven adquiere conciencia de su vocación, los síntomas por lo regular empiezan a empeorar hasta que llegan a manifestarse en forma de ataques de histeria o epilepsia; el adolescente se debate entre visiones de pesadilla, alucinaciones y muchas veces es posesionado por ciertos espíritus. Entre los buriatos los Espíritus de los ancestros lo acosan a través de los sueños y convulsiones Es el encuentro con los dioses. Lo que hay que tener en cuenta acerca de esta vocación espontánea es que la misma se anuncia a menudo mediante un comportamiento que sale de la normalidad desde la más temprana edad. El alma del niño predestinada, es entonces “raptada” por los espíritus que se encargan de la primera etapa de iniciación.

Chamanismo y Psicopatologí A. Ohlmarks supone que el chamanismo fue originariamente un fenómeno exclusivamente del ártico, debido, en primer lugar, a la influencia que el medio cósmico ejercía sobre la labilidad nerviosa de los habitantes de estas regiones. El frío excesivo, las largas noches, a veces de meses de duración, la soledad ártica, la falta de vitaminas, por llevar una dieta casi exclusivamente carnívora, etc. Influyen de una manera determinante en la constitución nerviosa de los pueblos árticos, provocando, a veces enfermedades mentales (la histeria ártica, el meryac, el menerik, etc.) a veces, el trance chamánico. Según esta teoría la única diferencia entre un epiléptico y un chamán es que este último puede llegar a voluntad al trance. El trance chamánico es, en la zona ártica, un fenómeno espontáneo y orgánico y solamente en dicha zona es que se puede hablar del gran chamanismo, esto es, la ceremonia que acaba en un trance cataléptico real, durante este, el alma se supone abandona el cuerpo y viaja hacia los cielos, es decir, a lo desconocido.

La tesis de la identificación del chamanismo con ciertas enfermedades mentales ha sido también sustentada a propósito de otras formas de chamanismo ajenas al gran chamanismo ártico. Según A. Wilken hace ya más de sesenta años, que originariamente el chamanismo indonesio no fue otra cosa que una enfermedad real y que solo muchos años después comenzó a imitarse dramáticamente el trance genuino. Y no se ha dejado de señalar las sorprendentes relaciones que parecen existir entre el desequilibrio mental y las diferentes formas de chamanismo sur asiático y oceánico. Según Loeb, El chamán de Niue -de una tribu del sur se Asia- es epiléptico o extraordinariamente nervioso y procede de ciertas familias en las que la inestabilidad nerviosa es hereditaria.

Los Batak, de Sumatra y otros pueblos indonesios, escogen con preferencia para desempeñar el oficio de mago a personas enfermizas o endebles. Entre los Subanum de Mindanao el mago perfecto es generalmente un neurasténico o, por lo menos, un excéntrico. Lo mismo acontece entre los Sema Maga; el hombre-médico es a veces un epiléptico. En el archipiélago Andamán a los afectados por la epilepsia se les considera como grandes magos.

Puede suceder por otra parte, que un individuo neurótico sea considerado como un individuo poseído por los espíritus, esto ha venido sucediendo desde la antigüedad hasta nuestros días. Sea como fuere, la conclusión es obvia: el supuesto origen ártico del chamanismo no procede necesariamente de la labilidad nerviosa de los pueblos que viven demasiado cerca del polo norte. Como hemos visto, análogos fenómenos psicopáticos se dan en las distintas partes del mundo.

Un tema clásico en el campo de la etnopsiquiatría y el etnopsicoanálisis es el que se refiere a la comparación entre dos disciplinas curativas; psicoanálisis vs chamanismo. Levi-Strauss fue el primero en poner en evidencia el paralelismo entre ambos sistemas terapéuticos. Disciplinas que si bien son diametralmente opuestas, tanto en su concepción, como en su metodología ambas convergen en lo que respecta a su efectividad.

Por un lado, una empírica y arcaica; el chamanismo, por la otra una científica y contemporánea; el psicoanálisis. Quiero hacer un breve análisis de cómo estas dos terapéuticas, profundamente humanas y a la vez anacrónicas llegan a resultados similares (la cura del paciente) por caminos totalmente diferentes, pero que sin embargo ambas se valen del mismo principio: profundizar en el inconsciente del paciente, navegar en él y detectar y localizar cual es el origen del problema y llevarlo consciente para que una vez reconocido por este, el problema sea conocido y aceptado para disuadir ya sea la psicosis en un caso, ya sea el dolor caótico e inaceptable en el otro.

Se trata de una cura chamánica (que tiene lugar en una comunidad selvática de Centroamérica) de una paciente que no puede dar a luz al producto dado que los dolores del parto, al ser totalmente desconocidos para ella es presa del pánico, bloqueándose emocionalmente, impidiendo de esta manera el alumbramiento, por lo que es llamado el chamán para llevar a cabo semejante curación. Lo que este personaje hace es, mediante un ritual mágico trata de hacer comprensible el dolor de su paciente manejando elementos propios de la mitología del grupo social al cual ambos (chamán y paciente) pertenecen y que se encuentran en el inconsciente colectivo de ese grupo social.

El curandero realiza un viaje imaginario ayudado por sus aliados dentro del útero de la paciente, y ahí lleva a cabo una gran batalla contra Nelegan (deidad perteneciente a la mitología del grupo) que tiene presa el alma de la madre y que impiden que el parto se lleve a buen término, hasta finalmente salir airoso de semejante batalla recuperando finalmente el alma de su paciente. Entonces el dolor se hace más comprensible por que el chamán ha hecho posible que la paciente lo conceptúe dentro de un sistema de creencias coherentes y conocidos por ella, lo que hace que el dolor tenga sentido, y que haga que la paciente lleve a cabo finalmente el parto. El que el chamán haya utilizado una mitología que no corresponde en absoluto a la realidad objetiva no tiene importancia; la enferma cree en esa realidad mítica, porque ella misma es miembro de una sociedad que también cree en ella.

Ahora bien, el método psicoanalítico es en esencia el reconocimiento de nuestros sentimientos fundamentales. Son sentimientos que se originaron en la infancia del individuo y que quedaron para siempre marcados por cierta puerilidad que los vuelve incongruentes, inadecuados y aún perturbadores en relación con los sentimientos de la vida adulta.

En algún tipo de psicosis, al paciente basta un solo detonante (un olor, un sonido, una imagen, etc.) para desencadenar una serie de comportamientos incongruentes o estrafalarios, agresivos violentos, melancólicos, etc., puesto que ese detonante no es sino una pequeña parte del cuerpo del mal que se soma al consciente, y se hace necesario “bucear” en el inconsciente (mediante el psicoanálisis) para localizar todo el gran cuerpo de esa pequeña porción manifestada en la vida consciente del individuo, para que una vez conocida, la estructura lógica del mal, éste sea aceptado, sea pensado lógicamente, y por lo tanto comprendido y superado por el paciente.

En realidad la cura chamánica, se comporta como un equivalente a la cura psicoanalítica, pero con ciertos términos invertidos, ambas buscan provocar una experiencia y ambas lo consiguen reconstruyendo un mito que el enfermo debe vivir (o revivir). Pero en un caso el mito es individual, que el enfermo elabora con la ayuda de elementos extraídos de su pasado. En el otro de un mito social que el enfermo recibe del exterior y que no pertenece a un estado individual antiguo; el psicoanalista escucha, mientras que el chamán habla.

Es interesante observar que en nuestros enfermos no se produce una cura inducida por ellos mismos, al explicarles cuál es el origen de su mal, es decir, el que sepan que su enfermedad es debido a la presencia, digamos de un virus en su organismo, no los va a curar. Y pareciera una paradoja si respondemos a esto que la razón estriba en que los virus existan y que los monstruos no. Pero la relación entre virus-enfermedad es exterior al espíritu del paciente; en cambio el caso contrario es una relación de símbolo a cosa simbolizada, por lo que la eficacia simbólica puede degenerar en eficacia orgánica, mediante complejísimos medios que distan mucho de ser comprendidos por nuestra lógica racional.

Conclusión Podríamos afirmar que el fenómeno del chamanismo se dio en las culturas antiguas, pero sin ser patrimonio de ninguna en especial, más bien se podría considerar que fue una estrategia de supervivencia desarrollada en las antiguas culturas, pues había que vencer los obstáculos que planteaba la naturaleza, el chamanismo fue una de tantas estrategias para salvarlos con éxito. El ser humano echó a andar todas sus potencialidades tanto físicas como intelectuales; simplemente fue una respuesta natural ante los embates de la naturaleza.

Asimismo, podríamos decir que el elemento específico del chamansimo no es tanto su poder de acceder “al mundo de los espíritus”, sino mas bien la capacidad de –mediante complejas técnicas- llegar al trance chamánico, pues la incorporación al mundo espiritual y la “posesión” por espíritus son fenómenos universalmente extendidos (la Biblia misma, cita varios ejemplos de ello) y no pertenecen necesariamente al mundo chamánico.

Habría que determinar si los últimos descubrimientos de la arqueología prehistórica nos dan indicios de un origen mucho más remoto del chamanismo de lo que actualmente se cree. Me refiero a las representaciones plásticas rupestres como los de la cueva de Lascaux, en Francia en donde según algunos especialistas existe ya la representación de un chamán en la pintura conocida como “El brujo” en donde un ser fantástico mitad hombre, mitad bestia danza en pleno éxtasis.

La elección de quien es el que se convertirá un chamán dentro de una grupo, no es nada fácil, como vimos existen diferentes métodos para su elección, pues no es un cargo que cualquier individuo pueda llevar a cabo, se requiere de una especial vocación y ésta no siempre es evidente, pues esta vocación muchas veces no es voluntaria, los dioses son quienes determinan quien será el elegido, una vez que el joven escucha o siente el llamado divino, no hay marcha atrás. Existen algunos grupos en la actualidad, que ante el inminente silencio de los dioses, es el consejo de ancianos quien decide la elección.

Es posible que la enfermedad mental esté como base del chamansimo, pero la gran diferencia entre el enfermo mental y el chamán, es que éste es capaz de controlar su propia enfermedad y de, inclusive, sacar provecho de ella. Se trata en última instancia de una curación, de un dominio, de un equilibrio logrado por el ejercicio del chamanismo. Por ejemplo, no se debe al hecho de padecer ataques de epilepsia el que un chamán esquimal o indonesio posea fuerza y prestigio social, sino al hecho de que puede dominar su propia epilepsia y aprovecharse de ella para hacer cosas que nadie más puede hacer.

Finalmente podríamos decir que los chamanes en la actualidad son una raza en peligro de extinción, pues la realidad que vivimos actualmente, en donde la tecnología disuelve a lo tradicional, pone en evidente peligro de desaparecer esta parte apasionante del pasado humano; es nuestra responsabilidad estudiarla, estructurarla e investigarla, pues este conocimiento tradicional, sin duda conforma una parte importante de la historia y filosofía de la medicina y en general, de la cultura universal.

Escritor: Oscar García Martínez