BERLÍN, SINFONÍA DE UNA CIUDAD.

Los espacios de la ciudad están demarcados por el hacer, de cada sujeto que la conforma, cayendo en la rutina de las acciones que se realizan a diario.

Los roles que juegan las personas son llevados diferentemente por los años, el sexo y la ocupación. Pero hay un tiempo para la integración de las familias y de los amigos; el mediodía del comer, de reunión familiar, y la noche como esparcimiento entre las amistades de la sociedad. Los bares entran hacer parte de los lugares de integración.

La mecanización en el trabajo es a causa de la escasa motivación que genera el trabajo  y el descuido por parte de las directivas al funcionamiento estratégico de la institución.

La película Berlín Sinfonía de una ciudad muestra la poca movilidad de la ciudad, que entre afanes y afanes no crean el tiempo necesario para le diversidad de actividades y comportamientos; el reloj que marca las horas pero que no trascienden por que la rutina es la misma, levantarse, trabajar y acostarse no tiene otros caminos.

Los niños a estudiar, las señoras a la casa y los señores al trabajo; rutinas que no se cansan de pasar. Más sin embargo en algunos momentos la diversión viene como herramienta de esparcimiento pero se convierte en una rutina más de la vida.

El tren como prueba del desarrollo y la tecnología que da inicio a la gran revolución; revolución que no tiene diferencia con la que se vive, hoy en día con las nuevas tecnologías, y el corre-corre que maneja es incontrolable en tiempo y espacio.

Somos y seremos una maquina de actividades y poco a poco nuestra capacidad creadora sé esta perdiendo ya sea por falta de motivación externa, como interés interno por ser mejores y escapar de los errores.

Comento entonces como último recurso que nos estamos dejando llevar por las rutinas y la mecanización, y es tanto que hasta la diversión es programada, paseos y fiestas con hora de entrada y de salida. Pero siempre queda la esperanza de que las cosas cambien y que más queda que aprovechar y gozar la época que nos toco y rogar para que algún día las cosas cambien para mejorar. Y no es que estemos mal, pero la búsqueda de apariencias y vanidad no nos deja progresar. Lo único que queda es hallar la salida.

 

Jaime EL KINNY Benítez

Plan variable  IV