EJÉRCITO COLOMBIANO

Desde el proceso de independencia hasta 1907 el ejército colombiano se encontraba en un estancamiento en torno a su formación debido a las constantes guerras civiles que había tenido que enfrentar el país, lo que lo habría llevado a perder su carácter civilista dejándose arrastrar por las ideologías y políticas de dichos enfrentamientos.

Durante 1907 la necesidad de unificar y formar el ejército llevó al presidente General Rafael Reyes a buscar la asesoría de un ejército extranjero, el cual tendría la función de reestructurar la institución militar, es así como el gobierno colombiano contrata la asesoría del ejército chileno, este fue escogido ya que contaba con una trayectoria militar fundamentada en los principios pedagógicos militares modernos inspirados en la escuela alemana de Clause Witz. (Fernández, 1980), durante de la primera fase de la misión se consideró que debían tratarse los siguientes puntos:

Mejorar la Educación

 Desarrollo adecuado la preparación Física

 Un adecuado entrenamiento militar

 Nueva organización y distribución de las tropas.

Para llevar a cabo esto se fundó la escuela militar de cadetes, la cual se encargaba de formar oficiales de calidad; aplicando las reformas establecidas por la misión, estas se proyectaron para un periodo de cinco años, donde los primeros cuatro eran de formación secundaria y el último de formación militar. Otros de los correctivos implementados por la misión fueron la eliminación de la chicha, los casinos, los cabarets al interior de los cuarteles, además de buscar cambiar la idea de cuartel como cárcel.

Para 1909 la segunda misión chilena fundó la Escuela Superior de Guerra; la cual se encargaba de formar a los oficiales de mandos superiores, se organizó el ministerio de guerra y los comandos superiores; y por último la distribución En cada una de estas debía crearse una división de infantería, artillería, caballería. (Fernández, 1980).

Aunque desde 1896 el servicio militar era obligatorio hasta 1911 había sido un reclutamiento forzado a los campesinos y trabajadores, para 1911 esto cambió ya que se buscaba que el servicio militar no fuera visto como una obligación, sino un centro de instrucción con el fin de legitimar la soberanía del Estado Nacional, para lo cual se aplicaron diferentes estrategias dentro de las que se encontraban el pago mensual y manutención mientras se estuviera en servicio; este pago podría algunas veces tornarse simbólico ya que no era una gran suma de dinero.

Es así como se consolida el ejército, sus objetivos se centraron en la defensa de la soberanía nacional, el fortalecimiento del poder ejecutivo y la consolidación del nacionalismo perdido en medio de las guerras civiles del siglo anterior, el patriotismo como eje central de afianzamiento entendiendo este como el amor al deber y al el trabajo constante para el perfeccionamiento del ejercicio militar. Después de la primera guerra mundial y debido a la crisis de la posguerra en la que se encontraba Europa, el país entra a hacer parte de la alianza panamericana; durante la conferencia de Montevideo en 1933 se decreta la una coalición y un pacto de no agresión entre las naciones del continente, acercando a las instituciones militares a la instrucción estadounidense.

Con la llegada nuevamente de los liberales al poder el ejército adopta medidas para la defensa de los límites del territorio nacional, esto con el fin de defender ideológicas y estableciendo el ejército como una institución netamente civilista, ejemplo de esto fue el apoyo que la institución le prestó a los diferentes gobiernos; acoplándose a las medidas adoptadas por los mandatarios, es el caso de Olaya Herrera quien consideró a la institución militar como la base para garantizar la democracia o para el caso de López Pumarejo quien veía en la fuerza militar, la fuerza vital de desarrollo y progreso para la nación. Para evitar que los militares se involucraran dentro de la vida política del país en 1930 se decreta la ley 72 en la cual el ejército se aleja de la política y se le prohíbe el voto a todos aquellos que pertenezca a las institución, esto con el fin de mantener los valores de la democracia dentro de la nación.

de la nación, entendiendo que era la organización más sólida que poseía el país, pues en esta era posible acceder a la educación e instaurar valores morales e higiene dentro de la población. López, Hacia la década de los cincuenta otra oleada de modernización dentro de la institución aparecería gracias a su participación en la guerra de Corea. Durante esta época Estados unidos se preocupó por consolidar el continente americano dentro de los valores de la democracia y crear un bloque anticomunista, convocando a los países de América a participar en la guerra de Corea; pero Latinoamérica reaccionaría negativamente frente a esta propuesta, debido a las situaciones internas de los países.

Colombia presentó su apoyo a las políticas norteamericanas, pero la situación interna del país le hacía imposible enviar hombres a esta guerra, el gobierno de Ospina se mantuvo alejado de la guerra, pero el interés en apoyar al vecino del norte continuaba, es así como con el gobierno de Laureano Gómez participa en la guerra a través de: “ El Decreto 3230 del 23 de octubre de 1950 dispuso el envío de la fragata Almirante Padilla, destinada a patrullar aguas de Corea como parte de la VI Flota Estadounidense, y pocos días después el embajador Zuleta Ángel ofreció los servicios de un batallón de infantería.” (Atehortúa, 2008, pág. 65).

Para muchos la guerra de Corea se convirtió en una oportunidad para escapar de la violencia interna, pero esta no fue la única motivación el desempleo y la pobreza fueron algunas de la causas de los enlistamientos para conformar el batallón Colombia, además de la política del gobierno de enviar a sus opositores ideológicos a esta guerra; muchos oficiales de corte liberal fueron enviados a integrar las filas de la guerra coreana. Otro de los motivos por los cuales Colombia decide participar en la guerra es la necesidad de obtener armas más modernas para acabar con el conflicto interno, esto no fue una buena jugada puesto que Estados Unidos no accedió a prestar sus armas para el conflicto interno y estableció al gobierno varios parámetros para evitar que las armas suministradas fueran utilizadas dentro de la guerra civil que vivía el país. Aunque las fuerzas militares no buscaban participar en la disputa política del país, la presión ejercida por los gobierno los llevó a tomar posiciones políticas en torno al conflicto interno, lo que generó fragmentaciones dentro de institución militar, donde aparece un bando leal al gobierno y otro que prefería mantenerse al margen de las tensiones políticas del país.

1950; aparece así el comunismo como enemigo interno que debía ser exterminado, además de incluir a cualquier opositor de los gobiernos de turno, todo esto llevó a tener una definición vaga de cuál era el enemigo real prolongando el conflicto e intensificándolo.

Bibliografía

Atehortúa, A. L. (2008). Colombia en la guerra de Corea. Folios, 63-76.

Fernández, C. O. (1980). El Proceso de Formación Del Ejército Colombiano de 1930-1396, Analizado a través de la Revista Militar del Ejército. Bogotá: Universida Javeriana.

López, F. B. (2001). Corea Del Norte 1951-1952 Vivencias de un soldado colombiano agregado al ejército de las Naciones Unidas. Manizales: Instituto Caldense de Cultura.

Escritor: Jessica Santamaría