El Mayo argentino

El 14 de Mayo de 1810, llegó a la ciudad Buenos Aires el barco británico con la noticia que cambiaría para siempre la vida de los habitantes de esta ciudad: Napoleón Bonaparte había tomado el poder de todo el territorio español y apresado al Rey.

A partir de ese momento, dos ideas comenzaron a formar parte de la vida política y social de Buenos Aires: promover un cambio o sostener el orden establecido en nombre del Rey, demostrando una vez más fidelidad a la Corona.

Pero para ese entonces, ya se contaba con el antecedente de las invasiones inglesas; ya el pueblo sabía que poseía la fuerza necesaria para rechazar un dominio extranjero sin ayuda de España y además el vínculo entre la metrópoli y su colonia estaba desgastado.
Durante los últimos años, España había demostrado que no lograba abastecer a sus colonias, ni sostener el comercio que había impuesto con el viejo Sistema de Flotas y Galeones que imponía puertos de salida y de llegada exclusivos para los productos que se comerciaban entre América y España y que a su vez tantas veces había dejado sin efecto con las inacabables cédulas de excepción que había emitido. Buenos Aires, era punto de contrabando, los barcos fingían averías para encallar y así, Americanos e Ingleses estaban en constante contacto.

A este panorama se sumaban las ideas de un grupo de criollos que poco a poco habían ido logrando adeptos y formando parte de los dos bastiones del poder: el gobierno y la iglesia. Fue este mismo grupo formado por: Nicolás Rodríguez Peña, Castelli, Chiclana, Darragueira, Moreno, Belgrano, Alberti y Saavedra, el que exigió un Cabildo Abierto para escuchar las opiniones. El Virrey Cisneros, aceptó pero siempre que fuera con el propósito de proteger los intereses de Fernando VII (El Rey cautivo).
El 22 de mayo se llevó a cabo la reunión, de la que participaron 251 personas, según cuentan las actas. El Virrey Cisneros, ya sabía que su suerte estaba echada y que no contaba con el apoyo de los principales comandantes. De este Cabildo Abierto salieron los argumentos jurídicos necesarios para el cambio gubernamental y las bases de lo que ocurriría después en la Colonia. Por más que los que apoyaban la monarquía insistieron con el hecho de que Buenos Aires no podía decidir el destino de todo el territorio del Virreinato del Río de la Plata, la manera en que había defendido el territorio en las Invasiones Inglesas les daba cierta autoridad y además argumentaron que no podían demorarse.

De las votaciones del Cabildo Abierto se determinó que el poder pasaría a estar en manos de una Junta de Gobierno, precedida por Cisneros; lo acompañarían representantes de cada una de los grupos participantes: Castelli, que era el vocero del grupo revolucionario; Saavedra, jefe militar; Solá, sacerdote que formaba parte de la facción moderada e Incháurregui, comerciante miembro del Cabildo.
Esta solución moderada duró poco porque el pueblo estaba enardecido y para el 24 de Mayo a la noche, Castelli y Saavedra habían decidido renunciar a sus cargos. Con estas decisiones Cisneros se supo perdido y envió su renuncia al Cabildo.
El 25 de Mayo llegó y la actividad en el Cabildo comenzó muy temprano. Se decidió no aceptar la renuncia del Virrey y el pueblo estalló pidiendo la formación de una nueva junta sin Cisneros. Para ello, juntaron firmas y las presentaron ante el Cabildo, entre ellas se encontraban las de los jefes militares. La tensión continuó algunas horas hasta que el Cabildo aceptó la derrota y dio paso a la formación de una nueva Junta a condición de que el nuevo organismo de gobierno velara por el orden y la tranquilidad pública y se reservaba el derecho remover a los miembros que considerara que incumplían con su deber.

A la Primera Junta de Gobierno, la constituían: Cornelio Saavedra (Presidente), Juan José Paso y Mariano Moreno (Secretarios) y Juan Larrea, Domingo Matheu, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga y Manuel Alberti.
Quedaba ahora lograr el reconocimiento de todas las ciudades que conformaban el Virreinato del Río de La Plata y resolver los innumerables conflictos políticos que precedieron y persiguieron a esta Revolución.

Bibliografía consultada:

LUNA, F. “El movimiento de Mayo” En: LA INDEPENDENCIA ARGENTINA Y AMERICANA (1808-1824). BIBLIOTECA LA NACIÓN. Buenos Aires, Agosto de 2003.

Escritor: : Flavia Regueira Gómez