El proceso de duelo

Es un proceso que, de manera natural, inicia ante la pérdida de un ser querido, relación o situación importante en nuestra vida, es decir, ante la muerte de alguien o de algo con lo qu estábamos ligados emocionalmente. Es una etapa en la cual sentimos que una parte de nosotros se ha ido junto con esa persona o situación que puede, incluso, ser la que en apariencia nos definía. Es importante saber que el duelo, al ser un proceso, consta básicamente de cuatro etapas:

1.- Negación: Se caracteriza por la resistencia a aceptar la pérdida o muerte de algo o alguien ya que el dolor es tan intenso que interviene un mecanismo de defensa que permite que el individuo en un estado de “shock” el cual lo protege paralizándolo e incluso se dificulta el pensar claramente. En casos de pérdidas repentinas o inesperadas puede durar desde días hasta semanas y en casos más severos meses, si es que no es tratada terapéuticamente la persona afectada.

2.-Ira: Una vez reconocida la pérdida el dolor se torna en enojo y coraje y surgen infinidad de preguntas como ¿por qué a mí? ¿Por qué así? ¿por qué este castigo?… entre muchas más, y esperando que alguien o algo nos dé una respuesta.

3.- Depresión: En esta etapa la persona entristece francamente llegando incluso a la pérdida del control de la realidad y no encontrando sentido a la vida pidiendo llegar al extremo de dejar de realizar sus actividades cotidianas.

Aceptación: Es aquí donde el sujeto, una vez que ha pasado las etapas anteriores, entiende y acepta la pérdida con resignación y consuelo continuando así con nuestra existencia. Estas son las cuatro etapas que se consideran en un duelo sano, sin embargo, hay individuos que se quedan atrapados en alguna etapa ya sea porque no se expresan las emociones, cuando se evaden mediante bebidas embriagantes, drogas o cuando el duelo dura más de lo común y la persona continúa comportándose como si la pérdida hubiera sido reciente a pesar de haber pasado los años volviéndose agresiva, incluso enfermando física y emocionalmente.

Un proceso de duelo considerado como sano puede durar entre 6 meses hasta un año y medio máximo dependiendo de la persona que lo vive, sus circunstancias, de la familia y amigos que lo acompañan yd e la forma de vida que lleva el doliente ya que a las personas que tienen alguna ocupación extra como es un empleo, el hecho de distraerse en este espacio y el trato con otras personas ajenas a la pérdida le facilitarán el proceso.

En el proceso de duelo implica un avance variable, ya que hay días en los que el sujeto se siente mejor, y otros en los que considera estar en retroceso, pero esto es normal, ya que hay que recordar que se encuentran implicadas nuestras emociones, relaciones con otras persona y situaciones que van a influir en el proceso. Los especialistas en el proceso de duelo como son los psicólogos y tanatólogos, refieren las siguientes sugerencias para enfrentar dicho proceso logrando así al deseado desapego:

• Enfrentar la pérdida. Consiste en no negarla ni ocultarla.

• Llorar. Lo que permite que el dolor fluya en la medida que sea necesario.

• Buscar apoyo. Implica refugiarse en familia, amigos y grupos de autoayuda creados para este fin.

• Ocuparse. Incorporarse a nuevas actividades o reintegrarse a algún trabajo que permita mantener a la persona distraída.

• Distracción. Como puede ser tomar un paseo, visitar algún amigo, ir al cine, etc.

El desapego es considerado el punto deseado a alcanzar como indicativo de la resolución del proceso de duelo. El proceso del duelo es considerado como una de las más difíciles y dolorosas experiencias por las que pasa el ser humano. Pero una vez superado, se convierte en proceso de crecimiento, ya que nadie después de experimentarlo vuelve a ser la misma persona debido a que se han transformado sus sentimientos, pensamientos y emociones lo que conlleva a una aceptación madura que permite a la persona continuar con su vida y proyectos.

Escritor: Ana María Rosales Burton

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