EL REZO DEL ROSARIO LIBRA DE ASESINAR

Te cuento que soy de Colombia y mi vida empezó a cambiar después del 19 de enero de 1999 a las 13:25 horas cuando un fuerte terremoto nos sacudió. Los muertos fueron 1185 y los heridos se acercaron a los diez mil.
Yo vivía en un segundo piso y existía un tercer piso. Cuando empezó el terremoto todo comenzó a caerse, la plancha se agrietó y el tercer piso se vino abajo. Quedé atrapado en el segundo piso, me rescataron y no tuve un solo rasguño. Mi familia (un nene de 5 y una nena de 3 años en ese entonces estaban con su mamá en casa de los padres de ella), la casa se les cayó, mi hija quedó atrapada pero igual se rescató, aún recuerdo cómo le temblaba su mentón cuando me preguntaba: papi que pachó!!
Mi trabajo se reiniciaba a las dos de la tarde, cuando corrí luego a mi oficina, todo el edificio se había derrumbado, allí quedaron muertos 19 compañeros, se rescataron 21 heridos, los demás lograron salir en cuestión de milésimas de segundos.
Mi vida digo que cambió desde allí, porque ví mucho dolor pero tambien ví la solidaridad de la gente del mundo entero.
Me propuse cambiar mi agitada vida y por eso cambié de ciudad, aquí en esta nueva empecé a visitar templos en acción de gracias. Unas señoras que hacían el Santo Rosario diariamente me acogieron y aprendí a hacerlo con mucha devoción, a través de él he ganado mucho y he podido dejar atrás muchas cosas malas.
En nueve años nunca fuí feliz en mi hogar. Pedí en la oración que se me revelara quien era mi esposa hasta que la descubrí que salía con un compañero de mi oficina. Los atrapé en mi propia casa, les apunté con mi arma y estuve a punto de dispararles pero una voz muy dulce me decía ¡no lo hagas, no valen la pena, tú vales más!.
Hace un año que soy separado, tengo una buena relación telefónica con mis hijos. En un año solo los he visto dos veces. Esa idea de asesinar poco a poco la he logrado apartar de mi mente y cada vez que me encuentro a aquel compañero, la misma voz se manifiesta.
En mi cuarto tengo en un altar a Jesucristo Crucificado y a la Virgen de Fátima.