LA MEMORIA COMO MEDIO DE REFLEXIÓN POLÍTICA

Utilizando como referentes conceptuales y teóricos diversos elementos bibliográficos y artísticos, este breve escrito pretende reflexionar sobre las posibilidades que ofrece la memoria como instrumento y enfoque histórico a la hora de abordar una problemática social, principalmente a las referidas a pasados traumáticos o violentos como el caso de la experiencia de vida de la Antropóloga y excombatiente del movimiento guerrillero M-19, María Eugenia Vázquez.

Para empezar se hace necesario resaltar los debates suscitados alrededor de la utilización de la memoria como fuente y enfoque investigativo, pero haciendo hincapié en el uso de esta como medio de superación de duelos y de eventos traumáticos. De esta manera, una de las herramientas y métodos investigativos más utilizados para rememorar el pasado traumático es la historia oral, siempre y cuando sea un suceso reciente o contemporáneo, ya que la mayoría de hechos o sucesos violentos que se quieren investigar en estos lapsos de tiempo, no se encuentran documentados, lo que dificulta el acceso a este tipo de fuentes. No obstante la recolección de testimonios orales exige un ejercicio de contrastación y de interpretación de la información recolectada.

Con base en ello, tenemos que al hacer uso de fuentes investigativas como las narrativas orales, se permite abrir el espectro histórico, construyendo y destruyendo discursos, subjetividades e historias. Esto se debe al carácter retrospectivo y fluido de la memoria a la hora de recabar información, sin embargo debido a estas características, se presentan enfrentamientos de las memorias colectivas e individuales, de los silencios, de las mezclas y recordaciones. «La memoria es un ejercicio sobre el pasado que está permanentemente en (re) construcción» (Dutrénit, 2007, pág. 235), de esta manera la memoria pasa a ser considerada un campo social plural, el cual exige una serie de retos para tener presentes a la hora de investigar, siendo conscientes de los posibles sesgos políticos y culturales que permean los testimonios, pero que a su vez generan motivaciones y posicionamientos frente a los sucesos que están siendo investigados, por ello la importancia de separar las percepciones de las interpretaciones.

Para el caso de la investigación y comprensión de eventos traumáticos y violentos el uso de la memoria en el caso de la experiencia de vida de María Eugenia Vásquez, busca rescatar del pasado una serie de recuerdos experimentados durante la militancia en el grupo subversivo M-19, con el fin de procesar duelos y encaminar un ejercicio catártico que influya en el presente. Para ello el análisis de la experiencia de vida, haciendo uso de la etnografía, permite una construcción concienzuda de un relato narrativo que va mostrando una serie de miradas que desbordan lo académico, que va permitiendo visualizar múltiples caminos que transitan en la cotidianidad individual de la autora y colectiva del grupo guerrillero.

El Trabajo etnográfico de esta manera le posibilita a María Eugenia una construcción de un texto que afianza la conciencia sobre si y de los otros. Por un lado le permite reflexionar y rememorar situaciones y sucesos del pasado a nivel individual desde su infancia, pasando por sus inicios en las luchas sociales y la incorporación al M-19, hasta la desvinculación del movimiento guerrillero y la adaptación a una vida enmarcada en la «legalidad». A su vez el escrito reivindica un pasado colectivo del movimiento insurgente, buscando una legitimación de sus acciones, además de posicionarlo como una alternativa política en el pasado reciente de la historia política colombiana.

Para lograr dicha construcción narrativa, Escrito para no morir, utiliza el diario intensivo de campo como medio de registro sistemático de la realidad sentida, vivida, experimentada, que se va rememorando. Con esta herramienta se cuestiona la observación de la realidad, ya que en medio de estas rememoraciones, se presentan tensiones y contradicciones, dado que los procesos intersubjetivos de recordación se encuentran en permanente ejercicio de autoreflexión.

El diario Intensivo apela a una serie de elementos de la memoria para cuestionar lo que se recuerda y para que se recuerda, esto permite demarcar lo que la autora denomina unas claves de silencio, las cuales delimitan unos olvidos necesarios, debido a que investigaciones de esta índole conllevan situaciones dolorosas. «Hay pues tanta necesidad de memoria como de olvido, ambas son parte de procesos de construcción y reconstrucción, ambas son variables en el transcurso de la historia» (Dutrénit, 2007, pág. 235).

María Eugenia percibe tres elementos dentro de los cuales declara que debe hacer silencios, la clandestinidad, la cuestión de género y el debate académico entre la objetividad y la subjetividad. En el primero los silencios están dados por la puesta en juego de su vida y la de sus compañeros de lucha, en la medida en que la inmersión en la lucha armada implica un cambio rotundo de su vida cotidiana. El segundo elemento señala las dificultades que se presentan dentro de la organización guerrillera para desempeñar un rol protagónico por el hecho de ser mujer, debido en cierta medida a las condiciones patriarcales y machistas de la sociedad colombiana. Hacer explicito este hecho dentro de su texto trae posiblemente la animadversión de simpatizantes y militantes del movimiento guerrillero por lo tanto, narrar este hecho tiene que pasar por un proceso de reflexión, que incorpora silencios sobre ciertos aspectos ubicando su pertinencia dentro de la narración.

Por último, los debates epistemológicos que suscita la incorporación de subjetividades en un campo científico tradicionalmente objetivo y que para la época de la publicación hasta ahora estaba incorporando nuevas miradas académicas, despertó discusiones académicas, que significan el rompimiento de estructuras metodológicas y teóricas objetivas. La narración de María Eugenia Vásquez desborda los moldes académicos y en esa medida se incentivan y promueven los sentimientos, dándole un lugar central a la vida cotidiana que le permite abrir caminos de comprensión y de autoanálisis sobre su existencia misma, posibilitando una catarsis sobre su experiencia de vida que para este caso concreto se traduce en trabajo político.

Escritor: OSCAR JAVIER PULIDO ANGEL