La recopilación de Wang Chuan de Wang Wei – 2 parte –

Marché hacia el norte y crucé el río Wang oscuro. La luna clara iluminaba la muralla. Subí a la colina Huatzu, desde allí ví que las aguas el río Wang se rizaban. La onda subía y bajaba, la imagen invertida de la luna también subía y bajaba suavemente. A lo lejos, se ve la luz de la lámpara de aceite que entreluce en la motaña. Y allí en el fondo de la calleja ladra un perro, el aullido del animal me suena al de un leopardo.

En el pueblecito, los aldeanos estaban moliendo el arroz; el ruido regular de ellos alternaba con el tañido con poca frecuencia. En este momento yo me siento tranquilo, y los servidores me acompañan en silencio a mi lado. No puedo menos de recordar la felicidad que yo tenía cuando me reunía contigo , componía versos mano a mano, paseábamos libremente hombro a hombro a lo largo del sendero y nos acercamos a un arroyo claro.

Cuando llegue la primavera, en cuanto broten los árboles, que la montaña primaveral nos muestre su nueva cara; las peces salten a la superficie ágilmente; las gaviotas echen a volar agitando las alas; el rocío humedezca la hierba verdina en las orillas del río y los faisanes canten en el trigal en la mañana, ¿ podrás venir para compartir el bello paisaje conmigo ? Si no eres de alma tan sútil o de muy buen gusto en la belleza, ¿ cómo te invito con tantas cositas sin importancia ? Sin embargo,¡ es muy interesante y divertido pasar un ratito en la montaña , no lo pases por alto, por favor ! Perdón, pero no me extenderé nada más y tengo que dejarte aquí ahora mismo porque voy a aprovechar la ocasión para entregar esta carta a un cargador de planta medicina para que te la pase pronto..

 

Como dice el antiguo libro de la historia T’ang, el chalet de Wang Chuan fue exactamente el centro de la vida religiosa y de la creación artística del poeta; también fue la cuna de la colección de aquellos poemillas, y esa serie de pequeñas cuartetas logra, casi no hay excepción, una evaluación elevada por unanimidad casi en todo tipo de libro de crítica poética a partir de su existencia.

 

La colección de Wang Chuan es la obra representativa y la mayor colección poética terminada por el poeta entre todos los cuatrocientos poemas salidos de su mano, que están todavía se conservan hoy día. Hay veinte poemas en total, y cada  uno de ellos es una cuarteta de cinco caracteres. Si leemos bien la colección, notaremos que todos los poemas llevan el mismo título con aquellos veinte puntos de interés cerca del chalet. La mayoría fue demoninado por el poeta, alguunos de ellos aún tienen mucho que ver con la literatura china.

Por ejemplo, la cordillera de los bambuzales (斤竹嶺) proviene de “el arroyo de los bambuzales (斤竹澗)” de Shie Ling Yun (謝靈運), un poema precioso que trata de una visita dedicada a un arroyo claro en la montaña; y el título “el jardín de árboles de laca (漆園)”, proviene de de Las Memorias históricas (史記), sobre una historia que Juang Tzu (莊子), un filósofo muy famoso en la época de los reinos combatientes que trabajaba por el rey de Chu para cuidar un pequeño jardín de árboles de laca.

¿ Pero cómo fue el chalet de Wang Chuan al fin y al cabo ? Aparentemente esa casa de campo fue un edificio construido por el hombre, pero para el poeta, ya no fue una finca ordinaria donde vivía él mismo, sino un oasis sagrado, o bien una tierra  santa en donde podía comunicarse con la deidad.

Por ejemplo, en la cordillera de los bambuzales, el poeta nos dice que el valle Wang estaba poblado y rodeado por bambúes preciosos y raros, y aunque el cercado de los ciervos estaba situado en una montaña vacía donde apenas había gente, se oía el echo de la voz de alguien; una garceta que planeaba y sobrevolaba sobre del rápido claro en la lluvia otoñal, ¿ acaso fue mensajero mandado por el hada ? Seguimos, aquel invitado misterioso con quien el poeta brindó y después apuró el vino de cornejos en un recodo de río; aquel bonzo que vino a ver al poeta pasando el sendero de las sóforas gigantes; además, aquel ilustre huésped vino en un bote con quien el poeta tomó unas copas en el pequeño quiosco en el lago…¿ quienes eran ?

Además de aquellos invitados,  el chalet también nos da una imagen oculta: el alta estancia del almendro fue el lugar donde la deidad de la lluvia reposa después de realizar hundación del mundo; con tal de que bebiera el agua manantial de reflejos dorados de día en día, también se podía ser inmortal algún día y luego podía vestirse muy bien para servir del subordinado de la deidad suprema del Cielo, la divididad soberana del panteón taoísta (玉皇大帝) ; en el edificio escondido en el bambuzal, el poeta tocaba el laúd chino mientras lanzaba silbados en compañía de la luna clara; allí en el valle de los magnolios floridos no hay nadie, sólo se veían las flores crecer, florecer, marchitarse y morir; así la planta se ajaba y empezaba una y otra vez la misma circulación de la vida fiel e indiferentemente;

Y aquel “Juang Tzu” en el jardín de árboles de laca justamente fue la encarnación del poeta, que cuidaba todo en el chalet atentamente en cualquier momento….etc. En total, en los ojos del poeta, Wang Chuan ya no era una localidad para las personas corrientes, estaba prohibado la entrada y la visita de cualquier persona, menos aquellos de alma tan sútil o de muy buen gusto en la belleza como su mejor amigo, Pei.

En efecto, además de aquellas veinte pequeñas cuartetas, el poeta también compuso muchos poemas que tienen que ver con Wang Chuan. Entre todos los famosos poetas del T’ang próspero, Wang fue el primero que involucraba mientras se colocaba en el centro de la pelea política; también fue el primero que sentía directamente cuán despiadada y cuán peligrosa era la clase gobernante, Wang se desesperó en el ámbito tan desagradable y tan sucio, poco a poco, aquel tipo de choques espirituales le enfriaron el ánimo y le desviaron de su objeto en el gobierno. Para escapar, el poeta volvió a consolidar grandemente lo que buscaba en su vida, mientras que matizó la búsqueda de significado en contra todo negativo y el lado oscuro en realidad.

Autor: Wang Jung