Multiculturalismo en Santiago de Chile

Multiculturalismo es un término de recién incorporación en el léxico de la ciencias de la educación y de las ciencias sociales en Chile. cultural de este país, acostumbrado a ser exclusivo de los chilenos, pasando a ser paulatinamente receptor de muchos inmigrantes procedentes de otros países de Sur América y no solo. La novedad que se puede observar es un proceso migratorio invertido por algunos aspectos: antes eran los sudamericanos a viajar hacia Europa, hoy, a causa de la crisis económica, son muchos los europeos que vienen a Chile en busca de trabajo y de una situación estable.

Es curioso ver como cíclicamente los países llegan a ser puntos de referencias para distintas personas que quieren construir una vida mejor, eso lleva al ser humano a pensar que el planeta Tierra nos acoge como hijos, hermanos iguales, con las mismas necesidades, que tarde o temprano tienen que echarse una mano recíprocamente. En un proceso de cambio, la sociedad puede mostrarse no preparada para enfrentarlo, así que pueden presentarse problemas de fragmentación social; desde un punto de vista político la supervivencia de esta sociedad puede depender de su capacidad de solucionar progresivamente tales divisiones, cosa que viene favorecida del nivel de compenetración espontanea entre los varios grupos étnicos; unos ejemplos son los matrimonios mixtos, la fusión entre las prácticas artísticas o la comida.

Incluso se podría decir que las realidades multiétnicas son transitorias y que, en la durada de dos o tres generaciones, se va construyendo un cuadro común de lealtad y colaboración entre ciudadanos de distintas procedencias, si no se construye un único interés general, se produce una lógica de ruptura social y al sitio de una sociedad multicultural, lo que obtenemos es una ingobernable multi-sociedad con diversas culturas en su interior.

Esto en una metrópolis como Santiago sería un problema grave, considerando que el número de inmigrantes residentes en Chile casi se duplicó en la última década, al pasar de 184.464 personas en 2002 a 339.536 en 2012, según datos del Censo 2012. Es obvio que estos cambios se reflejan en las instituciones educativas, en las cuales los docente tienen que enfrentarse a una nueva situación cultural en las salas de las escuelas; esto los obliga a abrir nuevos horizontes y a reconstruir un nuevo método de enseñanza basado en el respeto de la diversidad y la comprensión, valor que tienen que interiorizar y, después, transmitir a los alumnos y a los padres.

Este proceso migratorio puede ser una transformación positiva en la que la capacidad de recibir acoja los extranjeros en una sociedad abierta; los profesores son fundamentales en la disolución de las barreras multiétnicas. En un escenario de este tipo los riesgos de intolerancia aumentan paralelamente entre una parte de chilenos: no falta un porcentaje de población que piensa que sean muchos, sino demasiados, los inmigrantes en Santiago. Hay que tener cuidado cuando se habla de estos lugares comunes, ya que pueden transformarse dramáticamente en prejuicios y pensamientos xenófobos; en ese caso el objetivo principal tiene que ser el favorecimiento de la autonomía personal de las personas que llegan para garantizar la igualdad de oportunidades, concepto básico para evitar la discriminación y facilitar la incorporación en la sociedad.

Una buena recepción es importante para solucionar las deficiencias específicas, para que los inmigrantes conozcan las reglas del juego y se encuentren en condiciones de igual trato en las acciones de todos los días: tienen que conocer sus derechos y deberes laborales, cosa que a menudo no pasa a causa de la ignorancia o por necesidad de sobrevivir. La recepción no debe ser unilateral, sino bilateral, o sea, hay que recordar que no solo los extranjeros tienen que conocer las problemáticas y el ambiente del país en el que llegan, sino también los chilenos podrían interesarse a las culturas de los nuevos ciudadanos sin prejuicios para poder vivir en un clima de reciproca colaboración.

Los factores que alimentan los prejuicios son complejos: al momento de buscar un responsable puede que los medios de comunicaciones o los partidos políticos no tengan dudas en acusar a los inmigrantes de los problemas sociales y económicos, ya que lamentablemente muchas veces se trata de un colectivo de personas que se encuentran en una situación extremamente vulnerable, de debilidad, por lo que es fácil apuntar el dedo contra ellos. La inmigración puede ser usada por finalidad electorales o para justificar políticas restrictivas; por lo que concierne la prensa, ella sigue la lógica de la noticia (que cuanto más espectacular mejor), cosa que lleva a criminalizar los extranjeros y tiende a amplificar los conflictos.

Es un círculo vicioso, la gente mira con sospecha lo que desconoce y este rechazo puede ser utilizado de forma instrumental de parte de los medios de comunicación. Es importante reconocer las igualdades y las diferencias de todos los seres humanos, para poder vivir en armonía en la misma Tierra, que es la casa de todos nosotros.

Escritor: Tiziana Bertolino,