¿Por qué somos felices?

Una sociedad marcada por la violencia, pero llena de esperanza y sueños. Colombia es catalogada, según firma WinGallup Internacional, como uno de los países más felices del mundo, para ser más exacto, el segundo más feliz[1]. Resulta ilógico que una nación en conflicto armado hace más de medio siglo, presente gentes que digan sentirse felices y con esperanza, siendo esto así, me pregunto: ¿Qué es lo que nos hace felices?.

Hago esta pregunta sin saber si algún día pueda responderla, porque me voy a enfrentar a la situación de describir la realidad de Colombia, la cual, si soy objetivo, creo no podré destacar tantas cosas positivas como negativas, tal vez sea yo uno de los pocos que respondería no sentirse feliz con la situación de mi país (si me lo hubieran preguntado). Entonces, antes de responder qué es lo que nos hace felices, prefiero responder qué nos hace infelices, para poder dar a entender el porqué de mi desacuerdo con ese subtítulo orbital de felicidad.

La guerra y sus derivados: Muertes, dolor, sangre, viudas, huérfanos, secuestros etc. Estos son algunos de los resultados que deja la maldita guerra que vive el País, día a día basta ver la prensa y enterarse de atentados, ataques a población civil que nos enlutan. Una guerra que lleva más de cincuenta años, y que no se limita a las Farc-EP y al ELN, se extiende a grupos armados organizados, delincuencia común, asesinos a sueldo, los cuales generan caos y miedo. Parece no haber solución a este mal, los diálogos de paz en La Habana, Cuba, se desarrollan en tanto que en Colombia hay ataques entre todos los bandos. Mientras el gobierno se enfrasca en solucionar este problema, hay otros que se van perfeccionando, en las ciudades hay atracos y extorsiones a cada minuto, son muchos los casos en los que la víctima termina muerto, a veces por un par de zapatos o por un celular, incluso por un pan, dejando claro que nuestra vida, en muchos casos, no vale ni $100 pesos.

Narcotráfico: ¿Qué podemos decir acerca de esto? Es un cruz que llevamos a cuestas, en cualquier parte del mundo nos reconocen más por ser productores de drogas que por tener el mejor café del planeta. Es más reconocido Pablo Escobar que Gabriel García Márquez. El Narcotráfico corrompe nuestra sociedad, el hambre por el dinero y el poder forma los más sanguinarios capos que siembran terror en cada rincón de nuestro país.

La pobreza y la corrupción: Van de la mano, ya que, mientras nuestros líderes se llenan los bolsillos, el pueblo, que de forma ignorante los elige, muere de hambre.  Familias de seis integrantes que sobreviven con un salario mínimo, algunas ni el salario mínimo devengan, niños trabajando en los semáforos y delinquiendo, padres cabezas de hogar sin empleos. No es que seamos el peor país del mundo, pero insisto ¿Qué carajos es lo que nos haces felices?

He descrito algunas situaciones por las cuales creo es imposible ostentar el título del segundo país más feliz del mundo, pero como por mis venas también corre sangre colombiana, me veo obligado a mostrar eso que tal vez hace olvidar las desgracias anteriores, eso que, de alguna manera, tiene el poder de borrar tristezas, llenándonos de esperanzas.

Creo que lo que le da felicidad al colombiano es su voluntad, sus ganas de siempre salir adelante, luchando contra toda adversidad. La familia, y en especial los hijos, se vuelven el motivo para luchar, para “matarse” trabajando, buscando siempre “que mi hijo no viva lo que yo tuve que vivir”. Ese motivo, lleno de esperanzas, abrazado por una fe acérrima, es lo que muchas veces nos da vida, lo que sin tener dinero en el bolsillo nos forma una sonrisa en el rostro.

Hay cosas externas que también nos dan alegrías, efímeras, pero al fin y al cabo alegrías; los recientes triunfos de nuestra selección, los pedalazos de Nairo Quintana y Mariana Pajón, los saltos celestiales de Catherine Ibargüen, entre otras cosas. Son triunfos de otros, pero que sentimos como propios porque nacieron en esta parte del planeta, ellos nos llenan de felicidad, pero basta que amanezca un nuevo día para que olvidemos eso. Entonces no son nuestros deportistas, ni nuestros artistas, mucho menos nuestras políticos los que nos hacen el país “sub-campeón” mundial de felicidad.

El colombiano es así, feliz, a veces por los hijos, a veces por triunfos de otros, a veces por nada, simplemente es feliz sin motivos, es feliz sin que nadie se lo pida, en muchos casos sin amar a alguien como pareja, sencillamente somos felices porque en nuestra mente y corazón hay sueños que nos hacen pensar que algún día todo será mejor, tal vez el anhelo de por fin ser “campeones” mundiales de felicidad, así no tengamos un motivo para ello. Creo que llegó el día para responder esa pregunta.

 

Autor: Gabriel Alonso Vahos Pasíon

[1] Revista Semana. Colombia, el segundo país más feliz del mundo. Tomado de: http://www.semana.com/vida-moderna/articulo/colombia-el-segundo-pais-mas-feliz-del-mundo/414273-3