ANÁLISIS DE LA CRISIS ECONÓMICA ACTUAL QUE SOPORTA ESPAÑA – 3 partes –

La combinación de la existencia de un endeudamiento excesivo y del escaso crecimiento de la economía española puede ser letal, y eso hace que el país esté expuesto todavía más a la crisis de liquidez. La banca española copa el 30% de lo que presta el Banco Central Europeo en el mercado financiero de la eurozona, cuando su peso en el eurosistema apenas supera el 10% (Banco Central Europeo, Informe anual, 2010).

El déficit fiscal de España, por su parte, ascendió a 11,4% del PIB en 2009, con un porcentaje ligeramente superior en 2010, según anunció el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las cuentas del estado español que habían experimentado un superávit en 2007, observaron un déficit de casi 4% del PIB en el 2008, como resultado de la crisis económica mundial y los programas de rescate y reactivación económica establecidos por el gobierno.

La deuda pública es otro de los elementos a tener en consideración en este análisis. Las cifras revelan que en 2009 la deuda pública representaba un 53,2% del PIB, 559.000 millones de euros, mientras que en junio de 2010 rozaba casi el 60% del PIB, el límite que fija el Pacto de Estabilidad, y con muchas posibilidades de llegar al 70 u 80%.

En los últimos dos años, España también ha revelado con preocupación la mayor caída de ingresos públicos dentro del conjunto de la Unión Europea. Los ingresos públicos en España han pasado en dos años del 41,1% del PIB al 34,6%. En 2009, llegaron a las arcas 65.000 millones menos que en 2007. En comparación con otros países, ningún país de la Unión Europea ha sufrido esa merma de recaudación. En ese sentido, la Comisión Europea ha planteado que el ajuste español puede llevarse a cabo a través de un aumento de los ingresos y la disminución del incremento previsto en el gasto relacionado con el envejecimiento (Banco Central Europeo, Informe anual, 2010).

También, el país presenta un bajo porcentaje de las exportaciones de alta tecnología, tan sólo un 4,9% del total y por debajo de la media de la Unión Europea, que es de casi 17%. En este indicador España es el peor país ubicado de los antiguos miembros de la Unión, antes de que se incorporaran los 10 miembros de Europa Central y Oriental entre el 2004 y el 2007. Se debe señalar que incluso algunos de los recién incorporados la superan, entre ellos Hungría, República Checa, Eslovaquia y Estonia (Banco Central Europeo, Informe anual, 2010).

Por otro lado, según la Oficina de Estadísticas Comunitarias, España ocupa el decimoquinto lugar dentro de la Unión Europea en gasto en Investigación y Desarrollo con respecto al PIB, con un 1,27%, frente a una media europea del 1,85%. El país ibérico posee un gran déficit en la solicitud de patentes, pues de cada 100 patentes solicitadas a la Oficina Europea de Patentes solamente 18 son españolas. A pesar de los ínfimos recursos destinados a la investigación y el desarrollo, se observa que el presupuesto para estos fines con el objetivo de impulsar la provisión de armamentos ha recibido cerca de 1600 millones de euros por parte del Estado, es decir, cinco veces más la cantidad que recibe la investigación para la salud, el doble que reciben las universidades para investigar y veinte veces más que el dirigido a la investigación agrícola (Banco Central Europeo, Informe anual, 2010).

En resumen, lo analizado hasta este momento indica que la nación española está sumida más que cualquier otra economía de la zona del euro en una mayor agudización de la crisis mundial.

A continuación enfocaremos nuestro análisis en el período de crisis comprendido entre 2010-2011. En la zona euro en general, el crecimiento económico en 2010-2011 ha sido modesto, especialmente teniendo en consideración la profundidad de la recesión. Se debe señalar que la economía está siguiendo una trayectoria tan débil como la observada tras las recesiones de comienzos de los años noventa, a pesar de que la caída fue mucho más pronunciada (FMI, 2011).

 

Aunque en las economías avanzadas, como es el caso de la española, las condiciones de crédito bancario aún distan de ser normales, es probable que la evolución positiva sea lenta. Los bancos necesitarán tiempo para reorientarse hacia depósitos más estables y un régimen de financiamiento mayorista a largo plazo. Además, es probable que las condiciones sigan siendo volátiles debido a la incertidumbre que continúa rodeando a la resolución de la crisis en la zona del euro (FMI, 2011).

Es de destacar que todas las grandes economías de la zona del euro están comprometidas a reducir el déficit a menos de 3% del PIB para 2013. Sin embargo, de acuerdo con los planes públicos actuales y las proyecciones de crecimiento de Perspectivas de la economía mundial de abril de 2011, Alemania sería la única que lograría este objetivo; mientras que España, Francia y en mucho menor medida Italia,  deberían identificar y formular nuevas medidas encaminadas a corregir los desequilibrios a mediano plazo. Esto indica que estas economías avanzadas aún tendrán que implementar ajustes fiscales muy profundos para recortar el coeficiente deuda bruta del gobierno general/PIB a un nivel de 60% para el año 2030. Según el Informe Fiscal Monitor del FMI, publicado en su edición de abril de 2011, los ajustes necesarios ascienden a más de 10% del PIB en Japón y Estados Unidos; a 5–10% del PIB en España, Francia y el Reino Unido, y a 3–4% del PIB en Alemania, Canadá e Italia (FMI, 2011).

El déficit fiscal y la deuda pública en 2010 aún eran muy elevados en muchas economías avanzadas. Los estudios y perspectivas sugieren para 2011 una consolidación fiscal modesta en estos países. En consecuencia, el ajuste necesario para lograr niveles prudentes de deuda para 2030 sigue siendo muy elevado (FMI, 2011).

Autor: Moises Bolekia

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