BULLYING ¿CONFLICTO DE DOS?

En la actualidad hablar de acoso escolar se ha convertido en la problemática que constantemente rodea el ambiente y el contexto estudiantil. Hoy en día ésta temática no sólo le compete al estudiante quien está siendo afectado física, verbal y emocionalmente, sino también al cuerpo docente de la institución y por supuesto al núcleo familiar como ente primordial en la formación de principios y valores para la vida diaria.

El bullying o matoneo se puede definir como el constante maltrato o intimidación por parte de uno o varios compañeros sobre un estudiante en particular, ocasionando daños psicológicos irreversibles que pueden terminar incluso con la vida de la víctima. En esta conducta de agresividad se identifican tres tipos de roles, el agresor, la víctima y los observadores.

Son conocidas ocho modalidades de acoso escolar (Piñuel y Oñate, 2007) practicadas por el agresor en sus constantes actos de violencia, el hostigamiento, el bloqueo social frente a las diferentes actividades que se practican dentro de la institución, la manipulación, la exclusión del grupo social en el que se encuentran, la imposición de ciertas conductas que dominan a la víctima terminando por acceder a la voluntad de su agresor, la intimidación, las amenazas o chantajes y por último la agresión a su integridad física.

Ahora bien, es importante conocer las causas y motivos que llevan al agresor a presentar estos patrones de violencia en su comportamiento, si bien es cierto y como se mencionó anteriormente la familia es un ente primordial en la formación y educación de los hijos, es allí donde se fundan los valores de todo ser humano. Sin embargo, si este núcleo no genera un ambiente seguro y tranquilo para la educación de los niños y jóvenes con muy pocas probabilidades se lograra que un estudiante mantenga los límites del respeto y la tolerancia frente a sus compañeros, pues con seguridad carece de estos en casa.

Al mismo tiempo el entorno social del agresor y las diferentes situaciones de su vida pueden generar en éste modelos de comportamiento a seguir, sin duda el que se convierte en agresor alguna vez fue víctima. Se pueden mencionar a su vez dentro de los motivos de agresión la falta de orientación que tiene un estudiante frente a la programación emitida en diferentes canales de televisión o cuando en su comportamiento se evidencian altos de niveles de intolerancia, estados de ánimo impulsivos y conductas agresivas frente a los demás.

Por otro lado, la víctima posee ciertas características que le permiten al agresor alcanzar sus objetivos de manera indebida, entre estas por lo general se identifican los rasgos tímidos e introvertidos en la personalidad, muy pocas relaciones sociales en el entorno escolar, rara facilidad para expresarse, seguimiento de normas y reglas dentro del aula de clase, cumplimiento de los trabajos escolares, baja autoestima y con altos niveles de ser influenciable en sus acciones. También es importante mencionar que su núcleo familiar es bastante sobreprotector, hecho que genera que la víctima pueda desarrollar a cabalidad sus habilidades de autonomía y autocontrol en diferentes situaciones.

Por último, es de vital importancia identificar el papel que llevan los observadores en estos episodios de acoso escolar, pues son directamente tan culpables como los que en su momento están realizando el acto de violencia, sin embargo, al igual que la víctima por temor, miedo e inseguridad no reaccionan frente a estas conductas y tienden a insensibilizarse ante este tipo de situaciones, llegando incluso a ver de manera normal las agresiones practicadas a ciertos estudiantes.

Estas situaciones denotan en la actualidad cierta preocupación por parte de padres, docentes y entidades prestadoras de los servicios educativos, así como de los estatutos y reglamentos que rigen los derechos y deberes de los niños y jóvenes. Por esta razón, y debido a los altos índices de matoneo escolar las instituciones educativas deben seguir la ley 1620 del 15 de marzo de 2013 que rige todo lo relacionado con el acoso escolar en Colombia. Más que un llamado es una invitación a la comunidad educativa, padres y estudiantes a manifestar los diferentes actos de violencia que se vean reflejados en su contexto estudiantil.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
 López María H. (2012). La intimidación escolar o bullying. Tomo 1 Ediciones Gamma. Bogotá Colombia.  Piñuel, I. y Oñate, A. (2007). Mobbing escolar: Violencia y acoso psicológico contra los niños. Madrid:CEAC.

Escritor: Erika Johanna Barajas