EDUCACION BASICA EN NUESTRA SOCIEDAD CHILENA.

En nuestra sociedad chilena (y muy probablemente, también más allá de nuestras fronteras), nos enfrentamos de manera continua con un bombardeo – me atrevería a decir que habitualmente es de “bajo perfil”- que va minando nuestra confianza elemental en las instituciones educativas: la consabida crítica lapidaria respecto a los “resultados” de la educación, medidos estos últimos a través de algunos tests a nivel nacional y algunas otras evaluaciones importadas aplicadas a alumnos que han terminado alguno de los distintos ciclos educativos considerados en nuestro sistema, todos las cuales arrojan resultados deficientes en un amplio sentido.

Los problemas implicados en estos magros resultados son múltiples y casi inconmensurables, pero hay uno que destacaremos y sobre el cual queremos colocar nuestro acento: la metodología aplicada en las aulas sigue siendo completamente inadecuada para lograr los objetivos, nos atreveríamos a decir incluso que está obsoleta en la mayoría de los casos, pues sigue muchas veces intentándose que el docente “pase una materia”, lo que se traduce – casi sin innovaciones- en que el docente “dicte un contenido” que el alumno debe alcanzar (con suerte) a copiar… ¿Por qué afirmamos que esto ya NO SIRVE educativamente hablando en nuestro tiempo y espacio? Partiremos enunciando tan sólo dos de sus más severas limitaciones:

a) El profesor ya no es fundamentalmente “LA fuente de información”: existe un universo mucho más amplio, completo, didáctico, actualizado, etc. al alcance de (casi) cualquiera: la internet.

b) La estructura casi universal de nuestras aulas (frontal) NO facilita, es más, dificulta gravemente la atención y el diálogo principalmente entre quienes quedan en 4ª, 5ª o 6ª fila (es difícil explicarles a esos alumnos que ellos son los protagonistas de la clase…) ,¿qué es? O más bien ¿qué podría ser y/o hacer para reposicionar su rol como líder en el proceso educativo? al alumno de lo interesante de alguna propuesta si él mismo primero no está convencido?

Como creemos en la educación, creemos que esta habilidad y/o disposición frente al aprendizaje es cultivable, aún en los casos de mayor reticencia, pero como casi todo lo bueno, requiere honestidad (para reconocer y aceptar la propia condición), receptividad y buena voluntad, además de una gran cuota de esfuerzo y perseverancia… así como nadie adquiere “el cuerpo perfecto” en un día ni dos, “estar en forma” por dentro, en un amplio sentido, requiere de constancia y paciencia… ¡pero lo que se obtiene es maravilloso y puede re-encantar nuestra propia vida!!!. ” y una nueva (o al menos renovada) docencia.

Escritor: Paula Fuentes Hernández

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