Estamos en una etapa histórica crucial en la relación entre conocimiento y desarrollo. Actualmente, esta relación se presenta claramente y de manera extensiva como el indicador global de futuro. En juego está la oportunidad de apropiarse de la capacidad de transferir y aplicar los nuevos conocimientos científicos y tecnológicos, adaptándolos a las necesidades reales tanto de las empresas y organizaciones en general como de los entornos que éstas ocupan ya sean países, regiones, sectores, grupos empresariales, etc.
Pensar y actuar está al alcance de todos, por eso esta oportunidad no es exclusiva y se presenta de manera constante y universal ante cualquier experto, aunque sólo aquellos que se especialicen en adelantarse a su captura se podrán apropiarse y beneficiar.
La relación entre conocimiento y desarrollo ha determinado la evolución de la cultura en un sentido genérico, se ha concretado en las diferentes formas de actividad de las organizaciones y ha acompañado de facto toda la práctica humana a lo largo de la historia. A partir de la revolución industrial esta relación se ha hecho más intensa y en la actualidad disponemos de instrumentos cuantitativos que nos sirven para presentar la posición de una organización en el ranking de mayor preparación-conocimiento-desarrollo en una escala ordinal.
Investigación y desarrollo, interpretados en conjunto como la actividad de la empresa dirigida a la búsqueda de información para el diseño y desarrollo de nuevos productos, procedimientos de fabricación y servicios para fortalecer su posición en el mercado, lleva implícita la necesidad de garantizar la continuidad y el éxito de la actividad organizativa en clave de gestión estratégica de la información.
La gestión estratégica de la información se ha asociado tradicionalmente a nivel empresarial a la atención de tres factores clave: la capacitación, la competencia y el valor o calidad del producto o servicio. Estos tres factores clave han desarrollado en la práctica en el análisis de los factores de la actividad productiva, el establecimiento de una actitud defectiva y actividad de vigilancia, y el estudio de sistemas para incrementar la calidad y el valor del producto.