INTERNET PROFUNDA (DEEP WEB)

Internet se ha convertido a día de hoy en una de las herramientas más útiles a la hora tanto de buscar información como de comunicarnos con amigos, familiares o compañeros de trabajo, e incluso de realizar gestiones como compras online o trámites bancarios. Todo esto ha generado una enorme dependencia de este medio en nuestra sociedad. Prácticamente cualquier persona puede acceder a la web y tener a su disposición cualquier dato que desee, pero esto ocasiona a la vez el riesgo de quedar expuesto, de manera inconsciente, a numerosos peligros.

Google es el buscador que mas contenidos indexados tiene (los resultados que nos muestra al iniciar una búsqueda), pero apenas contiene el 4% de la información existente en la web como tal. Por ello habitualmente los expertos informáticos dividen Internet en dos partes bien diferenciadas, que por su composición se podrían comparar con un iceberg, en el que apenas atinamos a observar la superficie de lo que realmente se esconde bajo la nube de datos:

– Internet superficial o visible, con el 4% de la información.
– Internet profunda, comúnmente conocida como Deep Web, con casi el 96% de la información.

Si ya la web superficial puede ser peligrosa si hacemos un mal uso de ella (violación de la privacidad, tema tan de moda en la actualidad, virus informáticos, estafas online, etc.), en la Deep Web nos adentramos en un mundo más sórdido. No sólo arriesgamos nuestro ordenador, sino también nuestra libertad e integridad física.

Para explicar mejor este “mundo oculto”, los informáticos tienden a clasificar estas dos esferas de la web en varios niveles según su profundidad, si bien la mayoría de ellos coincide en que no se puede saber con certeza cuantos niveles existen, aunque podemos hacernos una idea aproximada:

Nivel 1: Se trata de la ya mencionada “Internet superficial”, un mundo conocido por toda la sociedad. Google almacena la mayor parte de la información existente en este nivel, con el que podemos acceder a páginas comunes y a las redes sociales como puedan ser Twitter y Facebook. El contenido es visible para cualquier usuario con acceso a la red.

Nivel 2: El contenido de este nivel es mucho más extenso, puesto que los datos existentes aquí ya no se encuentran indexados a Google. No hay mucho contenido que pueda resultar peligroso o delictivo, de tal modo que en general se haya ocupado por páginas webs inacabadas o abandonadas y foros anónimos. También es utilizado como almacén del que descargarse contenidos que no se encuentran en las páginas web usuales (películas, videojuegos, música…).

Nivel 3: Una vez en este nivel abandonamos ya la red superficial para sumergirnos en la Deep Web, entrando en el limbo entre lo conocido y lo oscuro. Los usuarios que acceden a este nivel pueden usar programas como Utorrent o Ares para descargarse contenidos de dudosa legalidad o claramente penados: pornografía infantil, vídeos de temática gore, etc. No obstante algunos usuarios suelen acceder para obtener información sobre temas la computación en determinados foros de hackers que se hayan situados en este nivel.

Nivel 4: A partir de este punto lo que nos encontramos puede ser, cuanto menos, un tanto perturbador. Aquí se produce un salto cuantitativo y cualitativo, puesto que al mismo contenido ilegal que se podía encontrar en el tercer nivel se le añadirían más variedades y en mucha mayor cantidad. Para acceder es necesario el Tor, un programa que oculta nuestra IP para que ésta no sea fácil de localizar. Se puede acceder también cambiando el dominio “onion” de una web por el de “tor2web.org”, pero no es nada recomendable puesto que los usuarios que así lo hicieran se convertirían en una presa fácil para los hackers.

Lo que abunda en este nivel se aleja completamente de la ética y moral del ser humano. Los vídeos snuff son los grandes protagonistas; se tratan de vídeos de violencia, tortura y muerte reales. La pornografía infantil también prolifera, hallándose foros y portales en los que la gente comenta fotos y vídeos de este tipo con total naturalidad, por lo que es poco recomendable chatear o intentar socializar en este nivel. También es posible contratar a sicarios en determinadas webs, o adquirir armas, órganos y drogas como si estuviésemos comprando en páginas como eBay. Para ello se usa una moneda virtual llamada bitcoin, que se adquiere con dinero real y que también se usa en el internet superficial.

Por si fuera poco los usuarios de esta área están expuestos al control del FBI y de los abundantes hackers. A pesar de navegar de manera anónima usando el Tor, sigue existiendo la posibilidad de que la IP sea rastreada. Sólo por el simple hecho de acceder a una web ilegal, se puede ser condenado a penas de cárcel. Además, los hackers son profesionales que pueden acceder a datos privados, controlar el pc e incluso activar la cámara web del mismo para ser espiados en directo y usar las imágenes en delitos informáticos. Aun así hay material interesante, como libros o películas que fueron prohibidos en su día. Es por ello por lo que un usuario normal no debería adentrarse en este nivel a no ser que busque algo muy concreto.

Nivel 5: Se sabe muy poco sobre este nivel, ya que a partir de aquí comienza lo que se denomina como Marianas Web, en homenaje a la fosa submarina. Sólo los hackers más experimentados pueden adentrarse aquí, puesto que el acceso al sistema requiere una compleja resolución de cálculos matemáticos, algo totalmente fuera del alcance de un usuario común. Se rumorea que son muy pocos los que han podido entrar y que es precisamente en este nivel donde se hallan las bases de datos de los Estados Unidos. Asimismo, también se dice que hay más niveles si se sigue bajando, pudiendo llegar hasta el nivel 8. Lo más oculto del gobierno (según afirman los hackers mas experimentados) se encuentra en los niveles mas abisales de Internet: conspiraciones, armas biológicas, experimentos clandestinos…El precio a pagar es muy alto si el FBI o la CIA rastrea a alguien indagando en sus servidores privados, pudiendo ser acusado de delitos de espionaje contra Estados Unidos.

Como hemos visto, a pesar de las apariencias y de la naturalidad con la que lo empleamos, es la parte mas retorcida del alma humana la que predomina y acecha bajo la superficie de la red. Los usuarios deben ser conscientes a lo que se exponen cuando deciden sumergirse en los abismos de la web, ya que la naturalidad con la que se emplean las nuevas tecnologías, fruto del crecimiento acelerado y descontrolado de las mismas producido en los últimos años imbuye al usuario de cierta inconsciencia y temeridad. Es por ello que nunca se debe registrarse en páginas de dudosa legalidad, dar datos privados, o descargarse nada de estos lugares, ya que, de hacerlo, el precio puede ser la vida.

Escritor: Jon Larrinaga Sarria

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