LA METACOGNICIÓN COMO FACILITADOR DEL APRENDIZAJE

Los estudiantes en cualquier nivel de aprendizaje, se enfrentan con situaciones incomodas en las que los esfuerzos por comprender determinado tema no son en algunos casos los suficientes para cumplir adecuadamente las obligaciones académicas, lo que lleva a nivelaciones recuperaciones y hasta perdida de determinadas materias y demás. Tales actividades al largo plazo constituyen una pérdida de tiempo y dado que existen distintas alternativas para prevenir, corregir y mejorar las actividades de aprendizaje a las cuales los estudiantes se enfrentan a diario resulta ilógico que aun surjan estas actividades. Una alternativa se refiere a lo denominado como metacognición, que es definida por Flavell (1985, citado en Jiménez V. 2004) como es decir, la acción de pensar sobre lo pensado, existiendo así la posibilidad de reflexionar intensamente sobre las distintas acciones y pensamientos que realiza un individuo en determinada situación.

Así mismo, la comprensión óptima de un conocimiento es relacionada con la adquisición de forma estratégica, siendo evidente esta forma de conocimiento cuando un individuo es capaz de utilizarlo y aplicarlo en diversas situaciones, al igual que, autorregularlo. En cuanto a los objetivos académicos del estudiante, los cuales giran en torno a la búsqueda de tal conocimiento, ya que éste permite evidenciar claramente su aplicación, manejo y control que el individuo posee. Monoreo y Castell (1997, 2001,) mencionan que este tipo de conocimiento estratégico es creado principalmente por el uso de la metacognición como regulador de aprendizajes en contextos determinados, siendo el resultado de la transformación del conocimiento procedimental o también llamado declarativo, en un proceso reflexivo y consciente del individuo en la forma como se utiliza el conocimiento.

Según lo anterior, la metacognición y su uso en un individuo como acto de regulación, facilita la comprensión del conocimiento y entendiendo éste en su basto concepto, es decir, pudiéndose abarcar cualquier tipo de saber, es posible que cualquier individuo pueda concebir a la metacognición como elemento clave dentro de un proceso de aprendizaje. Ahora bien, el concepto mismo de metacognición no proporciona algún proceso claro de su uso, pues éste está sujeto a la libertad del sujeto que aprende, dado que pensar sobre lo pensado puede hacerse desde varios enfoques, pues es posible pensar sobre cualquier situación realizada, pensamiento o acción efectuada, pero lo que en realidad debe importarle a un individuo para mejorar sus procesos de aprendizaje son los pensamientos, razonamientos y análisis que se puedan efectuar de las acciones de aprendizajes que han resultado exitosas para sí, es decir, si un individuo es capaz de recordar cuándo y por qué una actividad de comprensión. se le facilitó e identifica las variables que intervinieron para que esa acción ocurriera de ese modo, estaría ubicado en un proceso metacognitivo.

Por ejemplo, si un individuo recordara que para lograr comprender los resultados numéricos de un sistema de ecuaciones de obtenidos por medio del lenguaje algebraico, fue necesario analizar la representación gráfica que corresponde a dicho proceso e identificar las intersecciones del plano de las ecuaciones, ha realizado un proceso metacognitivo, en el que se encuentra la facilidad lectura e interpretación en forma gráfica. La conciencia de este aspecto lleva a que el individuo busque representaciones geométricas en situaciones matemáticas futuras, a fin de comprenderla.

Otro de los muchos espacios en el que puede evidenciarse el uso apropiado de la metacognición, puede ubicarse en la actividad lectora, ya que por lo necesaria y significativa de esta actividad, supone que se efectúe lo mejor posible y a su vez, que genere lo mejores resultados. Es así como un individuo que esté en la capacidad de recordar el contenido de una lectura específica a corto y largo plazo, es considerado como un lector eficaz (comprensión lectora), y si éste a su vez identifica, por ejemplo, que lo que genera el recuerdo fresco del contenido de esa lectura son las hipótesis que realizó al momento mismo de su actividad de lectura, es decir, las ideas de predicción que surgieron y la comprobación armada de éstas en el transcurso y finalización, realizaría un proceso reflexivo sobre la actividad lectora y aún mejor, sobre las distintas acciones que desencadenaron la comprensión de la lectura, es decir, se estaría realizando una acción metacognitiva sobre la actividad que ha resultado eficaz y que por tanto puede usarse como experiencia útil de aplicación a futuras lecturas.

Ahora bien, la aplicación de la metacognición puede darse en toda actividad que desencadena un entendimiento por grande o pequeño que sea, y a su vez no tiene diferencia alguna en su uso, es decir, que se pueden mantener una constante metacognición en todo (entendiéndolo como toda actividad), ya que lo que busca ésta es la identificación de ciertas acciones claves dentro de procesos de aprendizaje efectivos y que pueden ser identificadas con el uso de preguntas simples como:

¿Cómo lo he hecho?

 ¿Qué estrategias he usado para resolver la situación?

¿Podría entender la situación de otra forma?

¿He analizado todas las situaciones posibles?

 ¿Qué formas de representación existen?

 ¿Se relaciona esta situación con otra ya vivida?

 ¿Cuál es el elemento más importante de mi situación?

Las anteriores preguntas solo son algunos ejemplos de los muchos que pueden surgir en la pretensión de usar la metacognición en procesos de aprendizaje, siendo la base de estas preguntas la constante reflexión que debe tener el individuo sobre sus propios pensamientos, acciones y resultados, a fin de facilitar y mejorar sus propios procesos de aprendizaje. Es así como la metacognición se convierte en una alternativa adecuada y por tanto una opción viable para mejorar los procesos de aprendizaje. ¡ay, y si pudiéramos aprender a aprender a tiempo.

BIBLIOGRAFIA
Jiménez, V. (2004) metacognición y comprensión de la lectura: Evaluación de los
componentes estratégicos (procesos y variables) mediante la Elaboración de una escala
de conciencia Lectora (escola).Madrid, España.
Monereo, C. Castelló, M. (1997). Las estrategias de aprendizaje. Como incorporarlas a
la práctica educativa. Barcelona. Edebé.

Escritor: Daniel Alejandro santos