LOS ESTUDIOS CULTURALES DESDE LA ESCUELA DE BIRMINGHAM

Este escrito pretende ser un resumen acerca de los debates, aportes y propuestas surgidas desde los denominados fundadores de la escuela de Birmingham en torno a los estudios culturales. Estos puntos se abordarán ubicándolos en los métodos iniciales, y las discusiones teóricas de los estudios culturales. Los métodos iniciales, sus discusiones, surgen del centro contemporáneo de estudios sociales CCCS por sus siglas en inglés, tal como enuncian Mattelart y Neveu.

Dichos autores ubican la constitución del CCCS y por ende del proceso germinal de los estudios culturales desde los trabajos de Stuart Hall y de Richard Hoggart, afirmando que en ellos es posible hallar un análisis de la realidad a partir de un mundo desarticulado y cambiante, “una de las características del trabajo de Hoggart es la de hablar de un mundo que se erosiona, que inicia una secuencia decisiva de mutaciones.” En estas primeras etapas, la reflexión se da en torno a las repercusiones que varios cambios y mutaciones mundiales han generado sobre la vida cotidiana de las clases obreras, sobre sus condiciones de vida; lo que se convertiría en la reflexión de las formas culturales en la vida cotidiana.

Entonces, ¿con que métodos y teorías los primeros estudios culturales llevaron a cabo estas intenciones de vislumbrar el mundo, sus cambios e incidencia en la cotidianidad?, se puede afirmar que la intención metodológica inicial consistía en utilizar la critica textual de la literatura en los “productos de la cultura de masas”

los autores citados advierten el proyecto de los estudios culturales en la indagación acerca de las nuevas formas de socialización que se dan en las clases populares; lo que “implica prestar atención a […] las relaciones entre generaciones, las formas de identidad y las subculturas especificas que ponen en práctica los jóvenes del sector popular”. Esto conduce a nuevas tendencias en el proceso de análisis de la realidad centrándose en los sujetos y sus relaciones con el colectivo, ejemplo de esto es el abordaje que se hace en los estudios de género y raza.

Cabe anotar que aunque estos autores ubican a la escuela de Birmingham como el centro institucional del que se desprenden los estudios culturales, no desconocen los aportes iniciales que a estos tipos de estudios realizaron intelectuales como Thompson y Williams, con sus trabajos realizados desde las tradiciones históricas. Hall resalta su influencia en “el registro de una cantidad de reacciones importantes y continuas […] a los cambios en nuestra vida social económica y política” ya que estos y específicamente Thompson se preocupan porque sus investigaciones se acerquen a las costumbres y a las culturas populares.

Según esto, los aspectos referentes a la cultura se muestran como los más relevantes, lo que interesa es esclarecer el cuestionamiento sobre el poder y lo político, que no es más que la intención de clarificar la relación entre la noción de ideología, de hegemonía y la resistencia que las clases populares ejercen sobre estas dos. A partir de lo anterior, es posible enunciar las apuestas teóricas con que iniciaron los estudios culturales, ya que en los trabajos de Thompson y Williams “existe una clara toma de posición frente a las definiciones idealistas y civilizadoras de la cultura” y más que nada se discute acerca de cierto tipo de formas de marxismo; específicamente Hall sitúa la discusión en las concepciones de base/superestructura, y los paradigmas culturalistas y estructuralistas.

La primera discusión acerca de base/superestructura se da con las interpretaciones clásicas marxistas en las que se explica la superestructura adscrita a las ideas y a los significados, determinada como un reflejo de la base. La idea dada por Williams para transformar esta visión consiste en “reemplazar la idea de base y superestructura con la idea de un campo de fuerzas mutuas y desigualmente determinantes” . Lo que lleva a concluir que las estructuras no son categorías individuales sino que se construyen colectivamente en la interacción entre las totalidades y las prácticas que le subyacen.

La discusión que hace Thompson frente a esto, es que ve las clases como relaciones de lucha y de poder, reprochando en Williams la manera en que define la cultura como una forma total de vida, lo cual es proclive en términos de Thompson a absorber los conflictos entre las culturas de clase. Esta apuesta propicia el abordaje en el estudio contextualizado de la sociedad, entre sus diferencias y lo que es y no cultura, los reduccionismos deterministas y la interacción entre el ser y la conciencia, en términos de Thompson: “la sociedad capitalista fue fundada sobre formas de explotación que son simultáneamente económicas, morales y culturales” .

La siguiente discusión es la de los culturalismos y los estructuralismos, ya que estos dos paradigmas se encontraron como opuestos, en su concepto de experiencia: para el culturalismo, la experiencia es lo vivido; para el estructuralismo la experiencia se encuentra enmarcada por los marcos de referencia que da la cultura, es decir, la experiencia no deviene de la nada, está dada por las experiencias anteriores del individuo. Para el culturalismo el hombre es constructor y portador de su propia historia, en contraposición para el estructuralismo el hombre es el resultado de la estructura social de las condiciones determinantes.

La importancia que es posible dar a los estudios culturales desde las discusiones dadas en la escuela de Birmingham, consiste en el hecho de intentar develar en un mundo que se mostraba cambiante, las nuevas formas de explotación y dominación, las nuevas formas en que es posible hablar de clase, de conciencia de clase y de su configuración; así como también permite el surgimiento de lo que se ha dado en llamar nuevas voces, aquellas que nunca habían hecho parte de la historia.

Escritor: fabian andres avellaneda marulanda