LOS TRABAJOS DE LA MEMORIA

Dentro del estudio de las ciencias sociales, encontramos la historia como uno de los ejes principales, desde el cual se aborda la vida de los seres humanos, teniéndolos en cuenta no solo como individuos sino como parte de una sociedad, que crea en ellos distintas dinámicas que los alejan o acercan unos de otros.

Al hablar de aquellos elementos que mantienen a un grupo de personas unidas encontramos en la memoria un componente de conexión entre distintos individuos, que forma en ellos lazos de fraternidad o disolución, ya que a partir de los recuerdos que se mantienen se crean diferentes historias con las que luego se identifican y por supuesto pasan como verdades en el tiempo.

Partiendo de esta unión que se da entre historia y memoria social, se generan diversos estudios acerca de la relación que debe tener la memoria y la historia en el campó académico de las ciencias sociales, involucrando en sus análisis el papel de las y los historiadores, como aquellos investigadores que deben elegir el tipo de relación que mantendrán entre estos dos elementos, hacia este tipo de estudios nos dirige la profesora Elizabeth Jelin a través del escrito que se abordara.

El trabajo de historia y memoria social que muestra Jelin presenta tres posibles relaciones entre estos dos componentes sociales, a saber; el primero de ellos trata la memoria como un recurso para la investigación, en el segundo encontramos el papel que la investigación histórica puede tener para corregir memorias y como tercer punto vemos la memoria como objeto de estudio o de investigación, a partir de estas tres posibilidades la autora presenta cuatro distintos puntos desde los cuales se toma la memoria y la historia como ejes de estudio, estos son: La memoria en la investigación social; Catástrofe social, memoria histórica y trauma; Historizar la memoria; y los Huecos entre historia y memoria.

Como primer punto a desarrollar Elizabeth, habla acerca de La Memoria en la Investigación Social, los análisis de las ciencias sociales han tomado en cuenta la memoria en los procesos de recolección y construcción de “datos”, tratando de acercar los recuerdos a la verdad de los acontecimientos. Desde esta primera referencia se hace alusión a dos paradigmas en los cuales se habla de la memoria y la historia, estos son el positivismo y el constructivismo. El primero privilegia la historia como centro de verdades, ya que la identifica con pruebas materiales de los acontecimientos y desecha la subjetividad como medio de verificación y por ende la memoria.

Desde el constructivismo se pasa a otro extremo ya que el privilegio no es por la historia sino que pasa a la memoria, dando por verdadero todas aquellas narrativas subjetivas de la memoria y vinculándola a la historia.

Desde un segundo análisis se habla de Catástrofe social, memoria histórica y trauma, en donde se toma la memoria como objeto de estudio y desde allí se habla de las relaciones que se generan entre la memoria y los acontecimientos traumáticos, tomando aportes de Kaufman y Caruth, para comprender que los traumas son aquellos hechos que causan gran impacto en los sujetos, causándole colapsos de comprensión que se integran a las experiencias vividas.

Este tipo de eventos traumáticos son reprimidos o negados y solo a través del tiempo llegan a manifestarse de diversas maneras, es así como se puede afirmar que la temporalidad de los fenómenos sociales no se encuentra en una linealidad sino que en ella se pueden ver grietas y rupturas que llegan a re-vivir a través del tiempo.

Como un tercer componente entre la historia y la memoria Jelin presenta un Historizar la Memoria, en el cual la construcción de memorias sobre el pasado se convierte en un objeto de estudio para la historia, dando una dinámica histórica a la memoria que debe ser problematizada y estudiada.

Historizar la memoria implica analizar los discursos y ver las diversas modalidades de recuperación de las memorias. Elizabeth muestra que la temporalidad de la memoria no es lineal, cronológica o racional, sino que tiene momentos de latencia, olvido o silencio y que en estos procesos interviene la subjetividad. Entonces la memoria se convierte en un objeto de estudio que debe incitar hacia la vinculación entre historias pasadas y memorias presentes, en relación, con los huecos traumáticos.

La maestra Jelin deja en claro que no existe una sola manera de plantear la relación entre historia y memoria, y desde Los huecos entre historia y memoria, habla de la existencia de múltiples niveles y tipos de relación entre estos dos elementos, aclararando que la memoria no puede verse idéntica a la historia, sino que la memoria debe ser una fuente primordial para la historia, y que la historia a su vez debe permitir el cuestionamiento y la comprobación de los contenidos de la memoria, para transmitirlas de forma critica.

Para finalizar la autora demuestra que la historia no puede diluirse en la memoria y que la memoria no debe ser descartada como dato, sino que en la tensión que se da entre ellas deben plantearse nuevas preguntas que refuercen la indagación y la reflexión.

La pertinencia de este estudio se hace necesaria para todos los se encuentran vinculados a la sociedad actual, en la que la memoria ha quedado a un lado, y en el que la historia se ha encargado de repetir hechos vacios porque carecen de los sentidos y las sensaciones que la memoria da.

JENNIFER ANDREA ROMERO PARDO