Qué hubiese dicho Maslow

De dónde proviene la voluntad de vivir una vida moderadamentenormal si la sociedad nos consume día a día. Las necesidades, que forman parte de cada ser humano, están disponibles en escaparates en forma de ofertones en cada rincón de nuestra realidad. Sin importar si se es merecedora de aquellas o si somos capaces de mantenerlas para nuestro bienestar.

Abraham Maslow (1908-1970), psicólogo norteamericano, padre de la psicoterapia, creador de las necesidades que el hombre busca satisfacer (fisiológicas, seguridad, pertenencia, estimación y autorrealización) y ferviente optimista de las potencialidades de las personas para superar “las trampas de la vida”. En sus estudios nos permite apreciar el siguiente enfoque: los seres humanos son “capaces de sacar partido a sus propios talentos en situaciones adversas”.

Por lo tanto, qué hubiese dicho Maslow si supiera que a veces movernos en busca de esas necesidades nos vuelve en autómatas de una existencia consumista de emociones y riquezas para sentirnos eternamente satisfechos. Qué diría Maslow si ha medida que pasa el tiempo, la complejidad del ser humano aumenta por la realidad de los tiempos y que a veces ese camino a la autorrealización se lleva al extremo.  Se busca por todos los medios satisfacerlas,  pero hoy en día no todos somos poseedores de necesidades autorrealizadas.

Sí…es nuestra realidad entonces la que nos impide satisfacer esas necesidades, nos pone obstáculos. Y claro, somos muy conscientes de aquello. Dejamos que la voluntad sea reprimida; aquella tan inherente en las personas. Si solo la escucháramos seríamos capaces de sobrellevar mejor nuestras actitudes, tanto como para nosotros mismos, como para los demás.

Es un hecho que en nuestra vida se presentan ciertos momentos de júbilo, donde por un momento creemos ser invencibles y nos envuelve esa súper fuerza optimista que permite poner en acción nuestros sueños; Maslow diría “experiencias cumbres”. Sueños que por años van creciendo y que por alguna razón; quizás la sensatez de los tiempos, los guardamos. Sería todo un poco más simple si fuésemos capaces de sobrellevar nuestras cargas emocionales. Ir paso a paso en nuestro camino a la autorrealización.

Pero sin duda Maslow diría: – “Acaso no es liberador saber que uno tiene el poder de hacer realidad lo que deseamos para así sentirnos satisfechos de cada obra que hagamos, incluso la más básica y primitiva como comer algo que siempre quisimos o como dormir con alguien abrazado después de hacer el amor. No hagamos de las pequeñeces una realidad. Hagamos de la realidad una forma de vida conjunta de placeres realizados”-.

Claro que como dije, Maslow era el eterno optimista de la voluntad del hombre por ser alguien; jamás se rendiría ante las miles de encrucijadas de la vida con el fin de sacar el mejor partido a la condición humana. Quizás se debió a su ímpetu heredada de sus antepasados inmigrantes; sacar provecho de las vicisitudes. Pero su mayor virtud radica en no tratar a las personas como peleles o títeres. Su actitud de respeto hacia las personas lo cataloga como un psicólogo enteramente humanista. La motivación es un arte para él. La pirámide motivacional de las necesidades de Maslow, aplicable en distintos ámbitos, nos da muestra que a merced de la inteligencia y voluntad se puede cimentar las bases de nuestros objetivos.

Entonces, qué diría Maslow de todo esto, la verdad es que solo el Hombre cuestionaría lo que verdaderamente puede ser real en nuestras vidas y que no esperaría menos de aquel. Si bien no es propio del ser humano estancarse, tampoco sería conveniente para su mentalidad hacerlo. Una vez satisfecha una de esas necesidades dejará de ser motivadora. Se centrará en otra. Lo cual es normal y no por eso sería un egoísta y esclavo de la realidad de los tiempos. Simplemente el Hombre necesita amor, dinero, amistad, reconocimiento y éxito en su vida para funcionar. A Maslow nunca le extrañó que las personas fueran en busca de aquellas.

Por último Maslow diría: – “Recuerda que nosotros somos los que decidimos qué hacer ante la adversidad. Las personas no somos juguetes del destino ni tampoco en víctimas de la vida, por lo tanto piensa, aunque estés en un mal momento; barajando tus objetivos y necesidades, que es innato en nosotros en vislumbrar optimismo. La voluntad de cambiar situaciones desfavorables es el principio de la verdad que se abre camino”.

Escritor: Paola Andrea Rotten Mercado

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