Marvel Moreno destacada escritora barranquillera presenta en su cuento “Barlovento” una situación social y un contenido antropológico fusionado con la magia de los rituales, la mitología y la leyenda que permiten al lector denotar rasgos del Caribe, la literatura carnavalizada, las manifestaciones culturales de la cultura occidental, la premoderna y sobretodo afrodescendiente con las cuales la historia se torna aún más interesante. En este ensayo se abordará un tema digno de analizar evidenciado en todo el cuento, “el ritual de iniciación” que hace que un individuo pase a otro estado a través de un proceso de transición, proceso que se manifiesta en tres etapas: la sexualidad, la muerte y lo sagrado.
El cuento comienza con la llegada de Isabel para el entierro de su abuela Josefa quien es modelo de rectitud al igual que su nieta, sin embargo, en el trascurso de las horas Isabel se da cuenta que algo extraño ocurre y al preguntarle a su madre y a sus familiares obtiene una respuesta no muy agradable, el cuerpo de su abuela había desaparecido en Barlovento y para evitar un escándalo organizaron un velorio falso. Isabel indignada, inicia la búsqueda de la verdad pues desea hallar el cadáver de su abuela y darle cristiana sepultura.
Isabel emprende su viaje a Barlovento y sin sospecharlo inicia su renovación, pues en el “ritual de iniciación” que se da poco a poco, obtiene un cambio de mentalidad acerca de los negros, a nivel personal, en sus costumbres, como mujer y ser humano, abordado en un periodo de transición a través de la revelación de tres puntos: lo sagrado, la muerte y la sexualidad.
La primera revelación corresponde a la de lo sagrado, este es el momento en el que Isabel resuelve el misterio de lo sucedido con el cadáver de su abuela, descubre la leyenda de Juana de Arimendi y la relación que tiene con su vida, y su familia, ya que había sido transmitida de generación en generación. Su abuela recibió el legado de amar a un negro y por tanto, no había sido tan correcta como todos pensaban; Isabel sería la sucesora de su bisabuela y abuela, esto se evidencia en el siguiente fragmento “La marquesa, la niña Juana María, hembra brava, montaba a caballo como los hombres. Una esclava que quería se le había fugado con un cimarrón y vino a buscarla cuando supo que iba a parir. ¿Te das cuenta? Solita se vino aquí. Y aquí atrapó el mal de amor… Vienen, aman y se van. Se van y siempre vuelven a su hora” (p.150).
Por otro lado, se tiene que durante el desarrollo del cuento lo sagrado se profana constantemente, este es el caso de la celebración de San Juan fiesta religiosa transformada al paganismo africano, convertida en lo contrario de lo que debía ser, para tales fechas el mundo se colocaba al revés, nadie tenía control, las mujeres se entregaban a los hombres, la vida del pueblo se paralizaba, no había médico, cura ni autoridad alguna, por tanto un entierro no podía ser llevado a cabo. También se aprecia la profanación del cuerpo de la abuela al colocarlo encima de un vehículo junto a unas tablas de surf y posteriormente el hecho de su robo.
La segunda revelación conocida como la muerte representa un nuevo nacimiento; un renacimiento ritual que supone un paso de lo efímero a la realidad. En este caso simbolizaría para doña Josefa el paso a la felicidad con su amado Mandinga y para Isabel el comienzo de su vida como la sucesora de su abuela en cuanto al legado mítico, amar a un negro, irse y regresar a la hora de su muerte para estar con él por siempre en la eternidad. El nuevo nacimiento de Isabel se plantea a través de un bautismo en el que acepta y es aceptada en la nueva comunidad, bajo nuevas reglas y pensamientos, al haber bebido un agua y al haberse bañado en el arroyo. “Aquella agua fría y ligera que adulaba su piel, parecía también lavarla de viejos temores y devolverle por primera vez una jubilosa conciencia de su propio cuerpo…” (p.151).
p.152) De esta manera Isabel ingresa a un mundo mítico diferente al suyo, a una vida que no planeaba y que ahora vivirá de forma clandestina pues para los demás seguirá siendo la misma. Su paso por el ritual la hace protagonista de la leyenda barloventeña y la renueva como ser humano aunque quizás no para bien.
Escritor: Lorena Cecilia Insignares Del Castillo