Aulas positivas Hacia el aprendizaje cooperativo

Ciertamente, en el contexto actual de la educación, existe un problema con relación al proceso enseñanza-aprendizaje desarrollado en el aula de clase. Y es que la relación estudiantes-docente se ha visto deteriorada en cuanto que la cantidad de docentes por estudiantes y el tiempo estipulado para cada sesión de clases es muy pequeña y se queda corta ante las necesidades únicas de cada uno de los educandos. Dicho esto, el docente debe buscar estrategias que permitan que todos los estudiantes logren hacer efectivo el aprendizaje de la materia que debe desarrollar. aprendizaje, generando inclusión y potenciando las habilidades innatas de cada uno de los educandos? Radiografía social de un aula de clase Cualquiera de nosotros que haya entrado a un aula de clase y haya permanecido atento, observando a los estudiantes en una actividad que deba hacerse en grupos de selección libre, ha podido darse cuenta de las subdivisiones sociales que se crean en un curso.

De hecho, la creación de grupos sociales es una acción humana normal y que se presenta en todos los ámbitos en los que convergen varias personas y se debe a la naturaleza social del ser humano. Los grupos se crean debido a una o más características en común y complementarias que tienen entre sí y son más o menos fuertes dependiendo del número de estas características compartidas y complementarias que tengan. De hecho, en un ámbito más general, el agrupamiento de las personas va más allá de las características individuales de cada uno y se puede dar por la ubicación geográfica, situación socio-económica o que simplemente se da sobre la base de necesidades (Terry Gregorio, 2012).

aprendizaje. El aprendizaje cooperativo La base de la definición del aprendizaje cooperativo radica en pensar el estudiantado como un engranaje. En un engranaje, como el de un reloj, todas las piezas son diferentes entre sí, sin embargo se complementan entre ellas y juntas hacen que las manijas del reloj que marcan el tiempo lo hagan correctamente y sin descuadrarse. Si uno solo de los engranajes falla, todo el reloj lo hace y puede atrasarse o adelantarse y dejar de ser exacto. La diferencia principal entre el engranaje y el estudiantado, es que el objetivo del aprendizaje cooperativo es que si uno de los estudiantes falla, lo demás lo ayuden a superar su error y lo lleven al cumplimiento de las metas u objetivos académicos que debe cumplir. Existen tres grupos de aprendizaje en este enfoque según Johnson, Johnson y Holubec (1999) que son:

Grupos formales de aprendizaje cooperativo: en este tipo de grupos los estudiantes trabajan juntos para cumplir con una tarea específica, que puede durar entre una hora y varias semanas de clase, y se apoyan mutuamente para cumplirla. El docente debe supervisar, administrar y evaluar el grupo, tanto en conjunto como individualmente.  Grupos informales de aprendizaje cooperativo: este tipo de grupos son creados para durar máximo una hora de clase. Sirven para que los estudiantes interactúen entre sí y logren sacar conclusiones, organizar, resumir y presentar las ideas que acaban de ser expuestas por el docente o para generar expectativa acerca de lo que vendrá a continuación.

 Grupos de base cooperativa: estos son los grupos de largo plazo que pueden durar hasta un año. Los miembros del grupo son permanentes y a lo largo de la existencia del mismo se busca que los estudiantes se apoyen y ayuden entre sí, para lograr las tareas y actividades propuestas para un área específica o para todas las áreas de ese curso. Con este grupo se busca que los estudiantes desarrollen relaciones interpersonales y se generen sentimientos de responsabilidad para con el otro. En todos los casos el docente deberá poner las pautas principales de la creación del curso así como las obligaciones y objetivos del mismo y en caso de que sea necesario, los roles de cada uno de los integrantes del grupo.

Aulas positivas En este orden de ideas, las aulas positivas son una forma de aplicación del aprendizaje cooperativo. Como se dijo al principio de este artículo, el ser humano tiende a crear grupos naturalmente por su condición de ser social. Ahora bien, y para responder a la pregunta inicial del artículo, tenemos que existen inteligencias múltiples en las personas (Gardner, 1998) y debido a eso existen personas con mayores y menores habilidades para algunos campos del conocimiento que otras; así que surge otra pregunta ¿por qué no utilizar las habilidades innatas de una persona en cierto campo del conocimiento para que ayude a otra que no tiene esa facilidad en esa área específica?

Surge la idea de generar aulas positivas en la medida en que se organicen grupos de base cooperativa al inicio del año, planteando como objetivo primordial que aquellos con habilidades para el aprendizaje en cierta área apoye a quien no tenga esa facilidad de aprendizaje, interactuando entre sí como tutores y aprendices y que de esta forma se genere un grupo de personas responsables, con consciencia social y amor por el otro y por el aprendizaje y la enseñanza, revocando el contexto individualista y competitivo y llevando a la escuela la sociedad del amor.

Bibliografía
Gardner, H. (1998). Inteligencias múltiples. Barcelona: Paidós Ibérica.
Johnson, D. W., Johnson, R. T., & Holubec, E. J. (1999). El aprendizaje cooperativo en el aula. Buenos Aires: Paidós SAICF.
Terry Gregorio, J. M. (Octubre de 2012). Aproximación al concepto de comunidad como una respuesta a los problemas del desarrollo rural en América Latina. Obtenido de Contribuciones a las Ciencias Sociales: www.eumed.net/rev/cccss/22/

Escritor:  Sergio Ferro

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