Energía eólica en el mundo

El actual modelo energético, basado en la combustión de recursos fósiles, es el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero, que son el causantes del cambio climático, que la práctica unanimidad de la clase científica califica como un hecho cierto que tendrá consecuencias que hoy tan sólo empiezan a entrever. Respecto a la seguridad en el abastecimiento de energía es evidente que la mejor manera de conseguirla parece la utilización de los recursos autóctonos. El resto de soluciones supone dejar demasiadas variables en manos extranjeras y en algunos casos han sido el origen de los principales conflictos internacionales que han sucedido en los últimos años.

Las energías renovables se imponen como las únicas opciones de futuro para cambiar el modelo energético existente en la actualidad, que se observa del todo insostenible. Hoy por hoy, la energía renovable con mayor potencial en nuestro país es la eólica. La energía eólica se obtiene gracias a la fuerza del viento que hace girar las hélices de los aerogeneradores. Estos modernos aerogeneradores permiten aprovechar un recurso inagotable, la energía del viento, de manera rentable y eficiente para generar electricidad.

Pero es cierto que el viento no sopla siempre de una forma constante, siendo el principal problema de la energía eólica. La energía eólica ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos años. Se trata de unrecurso abundante, renovable, limpio y ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero al reemplazar centrales termoeléctricas a base de combustibles fósiles, el que la convierte en un tipo de energía verde

.La energía del viento ha sido utilizada por la humanidad desde hace siglos, los primeros molinos de viento utilizados para moler el trigo datan del siglo VII. Si bien es cierto que la energía eólica moderna, que convierte la energía del viento en electricidad no se comenzó a desarrollar hasta principios de los años 80, cuando las primeras turbinas eólicas se desarrollaron. Desde entonces ha ido experimentando un crecimiento gradual, que en los últimos años ha sido excepcional.

En el futuro, la energía eólica se perfila como una de las más importantes a nivel mundial. Su desarrollo y expansión, dependerá en gran medida de los diferentes debates y problemáticas existentes en la actualidad asociadas a la energía eólica. El debate actual sobre el cambio climático y cómo encontrar soluciones para el desarrollo de energías limpias así como el agotamiento de los recursos fósiles y nucleares, especialmente reflejado en el aumento de los precios del petróleo que representan una carga enorme para muchos países, especialmente los en desarrollo, determinará en parte su evolución en el futuro.

También los daños causados ​​por la utilización de los recursos fósiles, como se hizo evidente durante el derrame de petróleo en el Golfo de México, o el Prestige en las costas gallegas, y la carga económica y ambiental que suponen. La creciente conciencia sobre los riesgos de peligro relacionados con la utilización de la energía nuclear, recientemente impulsado por informes sobre el gran desastre nuclear en Fukushima, será determinante. También la creciente conciencia sobre el potencial de las energías renovables como una fuente de energía económica, social y ecológicamente sostenible. Finalmente, serán importantes las futuras mejoras en la energía eólica y las tecnologías relacionadas, incluidas las tecnologías de apoyo y almacenamiento, fundamental para el desarrollo y para hacer uso de todo el potencial de la energía eólico. El tema del almacenamiento y mejor gestión de las energías renovables, intermitentes debido a su naturaleza, será fundamental para su desarrollo.

La energía eólica, en 2010, contribuyó con un 2,5% el suministro eléctrico mundial con 430 TWh. Esta cantidad de energía podría cubrir la demanda energética de un país como Inglaterra, la sexta economía del mundo. Es por ello quela energía eólica tiene un papel muy importante en la generación eléctrica y constituye una de las principales fuentes energéticas de muchos países.

Los países que tienen una cuota de energía eólica en el suministro eléctrico más grande son: Dinamarca (21%), Portugal (18%), España (16%) y Alemania (9%). En China y los Estados Unidos la contribución es alrededor del 1,2% y 2% respectivamente, un porcentaje pequeño en comparación con los demás aunque hablando en términos absolutos estos países tienen una capacidad instalada más alta. Sin embargo durante el 2010 se observó un descenso en la inversión en nuevas instalaciones en muchos lugares del mundo.

El mercado para nuevas turbinas fue menor que el año anterior, pasando de los 38.312 MW en el año 2009 a los 37.642 MW en el año 2010. Obviando China, la que representó una muy importante parte del mercado eólico en 2010, el mercado mundial de nuevas turbinas sufrió un decrecimiento desde 24512 MW hasta18.714 MW. Esto también se refleja en la reducción del volumen de negocio en el sector eólico, debido a la baja de los precios de los aerogeneradores. El año 2010 se alcanzaron los cuarenta billones de euros de volumen de negocio eólico, una reducción considerable teniendo en cuenta que el año anterior se llegó a los cincuenta billones de euros.

Pero a pesar de haberse reducido un tercio el mercado eólico, la tendencia sigue siendo doblarla capacidad instalada cada tres años. En 2010, 83 países utilizaron la energía eólica para la generación eléctrica, de los cuales 52 incrementaron su capacidad instalada. El año anterior fueron 82 países los que usaron la energía eólica como fuente de electricidad y 49 aumentaron la capacidad instalada.

Analizando la tasa de crecimiento de los últimos años podemos observar que esta aumentaba de forma continua desde el año 2004, llegando a su máximo el año 2009 con un 31,7%. Desgraciadamente, con un 23,6%, el «año 2010 mostró la tasa de crecimiento más baja de los últimos 10 años tal y como afirma la WWEC, 2011.

El  año anterior China, Turquía, Marruecos y México fueron los países que doblaron su capacidad. Es decir, los principales focos de crecimiento son básicamente la China y los países de Europa del Este.

En cuanto al desmesurado crecimiento de China, cabe destacar que en 2010 el mercado eólico quedó absolutamente dominado por el gigante chino, que añadió 18,9 GW de potencia, el equivalente al 50,3% del mercado mundial. Debido esta gran evolución, la mitad del mercado de los nuevos aerogeneradores ha pasado a estar en manos de este país. Los prospectos para el futuro crecimiento del mercado chino son muy buenos ya que se ha identificado el desarrollo de la energía eólica como una de las áreas clave para el crecimiento eólico según el gobierno chino. Su objetivo es llegar al 2020 a 30 GW de capacidad instalada.

El otro gigante de económico, Estados Unidos, sufrió una fuerte recesión ya que su cuota en nuevas instalaciones eólicas disminuyó al 14, 9%. En total, los EE.UU. y China en conjunto representaron el 43,2% de la capacidad eólica mundial en 2010 (Frente al 38,4% en 2009) según la WWEC. Los países que configuran los principales mercados con nuevas instalaciones de 0,5 a 1,5GW son: Alemania, España, India, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Suecia y Rumanía. D «otros con una capacidad más reducida (100 a 500 MW) son: Turquía, Polonia, Portugal, Bélgica, Brasil, Dinamarca, Japón, Bulgaria, Grecia, Egipto, Irlanda y México. Los primeros cinco países (EE.UU., China, Alemania, España e India) representaron el 74,2% de la potencia eólica en todo el mundo, más que el 72,9% del «año anterior. Si se quiere tener una idea de la relación del energía eólica con la riqueza de uno de los países, se puede comparar la capacidad instalada con el producto interior bruto.

Dinamarca lidera con (18,5 kW / millón USD), seguida por España (15 kW / millón USD) y Portugal, las Islas Malvinas y Alemania. Si se observa la capacidad instalada en comparación con el territorio que ocupa el país entonces se ve de una forma diferente. La preeminencia de Dinamarca es total y la posición de España también es muy buena. En relación a su población Dinamarca posee la mayor capacidad instalada per cápita (0.675 kW por persona), seguida por España (0.442 kW por persona), Portugal (0.344 kW por persona) y Alemania (0.334kW por persona). Desde «esta perspectiva, China tan sólo llega al puesto 27 (0.033 kW por persona), los EE.UU. el lugar 9 (0.128 kW por persona) y la India el puesto 39 (0.011kW por persona).

Del mismo modo en relación, en el territorio, Dinamarca s «ubica en la primera posición con 86,6 kW por kilómetro cuadrado, seguida de Alemania (76,2kW/km2), Holanda (53,8 kW/km2), España (40,9 kW/km2) y Portugal (40,2 kW/km2).China (4,7 kW/km2) tenía la posición 17 y los EE.UU. (4,1 kW/km2) la posición 19(WWEC, 2011). Por lo que respecta a las previsiones de futuro, a pesar de la necesidad de reforzar las políticas nacionales e internacionales y de acelerar el despliegue de la energía eólica, se puede observar que el interés por la inversión en energía eólica es fuerte y muchos proyectos están en tramitación.

Se espera un crecimiento notable sobre todo en China, India, Europa y América del Norte. Se esperan altas tasas de crecimiento en varios países de América Latina, así como nuevos mercados en Europa del este y Asia. En un medio plazo, se proyectan grandes inversiones en algunos de los países africanos, no sólo en el norte de África, sino también en el sur de África. Con base a las tasas de crecimiento actuales en el 2015, es posible llegar a una capacidad global de 600.000 MW. A finales del año 2020, como mínimo 1.500.000 MW pueden ser instaladas a nivel mundial.

Es de crucial importancia fortalecer los marcos relacionados con las políticas e instituciones. La comunidad mundial, así como los gobiernos nacionales deberán establecer nuevas políticas a favor de la energía eólica. Especial consideración se debe dar a la implantación de las energías renovables en los países llamados en desarrollo. Es necesario crear incentivos para el desarrollo descentralizado e integrado de las energías renovables, de nuevo, especialmente pero no exclusivamente para los países en desarrollo.

Autor: Sampiere