ENVEJECIMIENTO Y VEJEZ: EDUCACIÓN EN EL CONTEXTO COLOMBIANO

Siendo el envejecimiento y la vejez, un fenómeno que toca a todo ser humano y del cual ninguno se puede abstraer, sumado al aumento paulatino de personas mayores en el mundo, asunto del cual no es ajena Colombia, cabe preguntarse, si se están supliendo las expectativas relacionadas con este fenómeno, a través de respuestas científicas, técnicas y humanas, no solo hacia la población mayor, sino hacia una cultura que mira la vejez como la etapa más dolorosa y sombría de la vida.

Y es que por lo general, en el contexto Colombiano, son pocas las personas que cuentan con el interés y el conocimiento para realizar su proyecto de vida, entendiendo que desde que se nace, se inicia el proceso de envejecimiento y que es posible llegar a la vejez siendo, feliz, exitoso, activo y aún productivo, según se haya preparado durante toda su vida para ello. Pero lo anterior, requiere de educación y de profesionales formados para desarrollar procesos educativos que apunten a la prevención y promoción del envejecimiento activo y productivo, por lo cual, se hace necesario que la educación en Colombia, empiece a mirar la vejez y el envejecimiento, como uno de los temas más importantes a estudiar e investigar.

Si bien Colombia es uno de los países firmantes y por lo tanto, comprometidos con los retos provenientes de la II Asamblea Mundial sobre Envejecimiento (Madrid 2002) con ratificación en la Declaración de Brasilia (2007), en donde se afirman las responsabilidades adquiridas como país firmante en Madrid, se ha cumplido con asumir los compromisos adquiridos en relación con la construcción de una Política Pública relacionada con el tema y aunque se ha desarrollado a través de un ejercicio juicioso, con la participación de diferentes estamentos de la población, como la academia, grupos de mayores, personas y entidades que trabajan con esta población, entre otros, aún se requiere de su consolidación y es susceptible de mejoramiento; sin embargo, el aspecto educativo, adolece de fuerza, siendo pocos los establecimientos que se han lanzado al cumplimiento de este reto, relacionado con la creación de Programas de pregrado, post grado y administración de servicios en los diferentes centros educativos del país.

Lo anterior trae como consecuencia, que Colombia no cuente con personal suficientemente capacitado para hacer frente al fenómeno del envejecimiento y la vejez con sus consiguientes problemáticas provenientes de una cultura que mira los mayores únicamente desde la debilidad, con el consiguiente maltrato, relacionado con la poca importancia que se da a su participación en los procesos sociales, políticos y económicos del país y cuyos índices de envejecimiento crecen día a día.

De otra parte, desde el punto de vista técnico, predomina el trabajo de mantenimiento, en el cual se desarrollan programas mayormente enfocados a mantener las capacidades residuales de las personas mayores, mas no, al desarrollo de las potencialidades en sus diferentes dimensiones. Así las cosas, se piensa la persona mayor, como quien ya cumplió con lo que tenía que aportar a la sociedad, impidiendo así que continúe haciéndolo, pero aún más, falta educar los grupos poblacionales restantes, de forma que cuenten con elementos que les permitan proyectar una vejez activa y exitosa.

Al mismo tiempo, la problemática de la salud en el país, tiende a empeorar haciéndose necesario dar mayor énfasis a la prevención, teniendo en cuenta que el grupo de mayores es uno de los más vulnerables en este aspecto. Por lo tanto, la educación y la prevención son elementos importantes en la construcción de bienestar y en la disminución de costos, entre otros, tanto para las personas y las familias como para el estado.

Lo anterior, marca seriamente la dinámica cultural del país y a pesar de los avances tecnológicos y del conocimiento, aún queda mucho por hacerse en lo relativo a la educación en el tema en cuestión. Así las cosas, es evidente que el país requiere del fortalecimiento de la educación, pero no solo a nivel informal, sino básicamente una educación formal, que cumpla con los compromisos establecidos a nivel internacional, además de la inversión en investigación, que permita el desarrollo de propuestas contextualizadas para el mejoramiento de la calidad de vida, no solo de este grupo poblacional, sino de otros grupos de edad, que requieren de preparación para su vejez, a partir de un conocimiento real de los aspectos ecobiopsicosociales alrededor de esta.

Lo anterior implica, la formación de personal técnico, profesional y especializado, plenamente capacitado y preparado para abordar el fenómeno de la vejez y el envejecimiento en el contexto educativo colombiano, que no solo trabaje con el grupo poblacional de mayores, sino con los diferentes grupos de edad de acuerdo a las necesidades que se presentan. De otra parte, la investigación, es necesaria, tanto en el conocimiento y diagnóstico de las problemáticas relacionadas con el fenómeno en cuestión, como en lo relativo a la solución de las mismas y a la producción de conocimiento en el tema, pero si es poco el presupuesto destinado a la investigación en general, más aún lo es, el porcentaje destinado a desarrollar investigación en el tema gerontológico.

Finalmente, las instituciones que cuentan con educación formal en el área de la Gerontología, se encuentran brindando un aporte importante pero insuficiente, ante la necesidad que tiene el país en relación con el tema, por lo cual cabe concluir con las siguientes preguntas: ¿cómo se pueden fortalecer los procesos educativos, dirigidos al estudio e investigación de la vejez y el envejecimiento en nuestro contexto? ¿Qué es necesario hacer, para que la sociedad en general, valore el aporte de lo gerontológico, en el estudio y solución de problemáticas relacionadas, tal y como ocurre en países desarrollados y algunos de América Latina? ¿Cuál es la razón para que Colombia no mire el tema con la importancia que este reviste?

Escritor: Martha Lucía Medina Polanco