Cuando no hay un ambiente laboral adecuado en la oficina, esto se refleja en tiempo perdido resolviendo disputas o simplemente con chismes innecesarios, trabajo retrasado y aparentemente en exceso, colaboradores impuntuales, faltas constantes del equipo de trabajo, insatisfacción personal y un sinfín de pretextos para lograr los objetivos. Al final, todo esto sólo afecta de manera directa la productividad de la empresa. Si has vivido alguna de éstas situaciones, o eres víctima de alguno de los síntomas, vamos a repasar algunos sencillos consejos para revertir situaciones como éstas.
Una actitud positiva es un muy buen primer paso para revertir un mal ambiente laboral en la oficina. Si crees que tu contribución individual será inútil, te equivocas. Una buena actitud es contagiosa, y se va a ver reflejada en una mejora importante en la calidad del trabajo que se esté desarrollando, ya sea que las actividades se realicen de forma individual o en un equipo de trabajo.
Después de mejorar nuestra actitud, el siguiente paso es mejorar las relaciones interpersonales. Si bien nadie es “monedita de oro” para agradar a todo el mundo, basta con ser más receptivos y atentos para mejorar los procesos de comunicación y permitir mayor fluidez al flujo de información que es la sangre de cualquier proceso de negocio. Además, al mejorar las relaciones con los compañeros de trabajo, es más fácil que logremos conformar un equipo de alto rendimiento para nuestra actividad, pues podremos identificar con mayor facilidad las fortalezas y debilidades de cada individuo. Como beneficio adicional y fuera del ambiente laboral, es posible incluso descubrir algún buen amigo.
Practicar ejercicios de integración en las reuniones es una práctica que los líderes pueden adoptar para ayudar a los demás a tomar una actitud positiva y mejorar sus relaciones interpersonales. Tomar de 5 a 10 minutos de una sesión para practicar una actividad que estimule las relaciones del grupo de trabajo además servirá para relajar el ambiente y liberar las tensiones que de manera natural se van acumulando con el trabajo diario. Ésta inversión de tiempo en una reunión estructurada generará valor de forma prácticamente inmediata al mejorar los resultados de la propia reunión con gente más motivada, receptiva y activa.
El ambiente mejorado se verá reflejado en clientes más satisfechos. Parece mentira, pero en una simple conversación telefónica, las personas pueden percibir si su interlocutor está o no sonriendo. Y ¿a quién no le gusta hablar con gente sonriente? Pues bien, si formas parte de la operación de la empresa, existen más probabilidades de que los clientes queden satisfechos por tus servicios si estás a gusto en tu trabajo, con buena actitud y cómodo con tus compañeros. Y si formas parte de un equipo comercial, se vuelve más importante que reflejes lo positivo de tu trabajo.
En conclusión, el mejorar el ambiente de trabajo es un pequeño paso dirigido a lograr clientes más satisfechos y en consecuencia, mejores ventas; pero también es un gran paso para incrementar la productividad y calidad de los productos y servicios que estés ofreciendo.