TEATRO

El teatro es el arte que se encarga de contar historias ficcionales en un escenario (que puede ser no convencional), adquirió su nombre en la antigua Grecia, donde se sentaron sus bases a partir del siglo VI a.C. Su etimología proviene precisamente del griego “theatrón” que significa: “desde donde se ve” o “lugar para contemplar”. Se entiende por ficción a una cadena de acontecimientos puesta de manera consiente en un espacio-tiempo que no le corresponde, es decir, que aunque cuente una realidad (historias de la vida real), o se desenvuelva como “verídica” (teatro invisible), o tome por realidad al espacio, a los agentes y al mismo evento escénico (teatro de presentación), sigue siendo una situación planeada o improvisada para ser percibida por un espectador.

Por teatro se puede entender tanto a la actividad física donde se (re)presenta un acontecimiento (obra teatral) por medio de acciones (“actuación”), como a la obra literaria del género dramático que generalmente se cuenta en diálogos y/o acotaciones y, por último, al espacio arquitectónico designado para mostrar esas obras u otras intervenciones escénicas.

El teatro se enmarca dentro de las artes escénicas, donde comparte la categoría con la danza, la pantomima y el circo. En una de las clasificaciones más recientes, se dice que el teatro pertenece a las llamadas artes mixtas, junto al cine y la ópera. En efecto, el teatro se nutre de diversas artes para su creación, pudiendo confluir en un evento escénico teatral: la arquitectura (no sólo por el espacio escénico de nombre homónimo, sino también de manera escenográfica como en las obras de Adolfo Appia y Gordon Craig), la danza (escenas de baile, danza-teatro, musicales, como en los espectáculos de Alwin Nikolais), la música (a capela, instrumental, reproducida. Ejemplo: Les Luthiers o los musicales de Broadway), la pintura (en diversos usos, siendo el más popular el implementado en el Renacimiento donde se pintaban telones de fondo en perspectiva para lucir el gran descubrimiento de aquella época) y la literatura, que merece párrafo aparte.

Aunque a partir de los trabajos y búsquedas iniciados por Antonin Artaud y otros vanguardistas a principios del siglo XX hasta la actualidad, quedó claro que el teatro puede prescindir del texto escrito para su creación, es de notar que aún puede seguir siendo antecedido por medio de la literatura, por lo cual se puede deducir que tan sólo se ha saltado el proceso escrito del teatro y se ha transformado en una capacidad de creación activa, sobre el escenario. Ahora bien, si se comparte la definición de literatura que contempla al proceso de escritura sólo como un medio de fijación y a la ficción (que ya se definió y puede claramente ser oral) como característica  indispensable del arte literario, es clara la presencia de la literatura en toda obra de teatro. Lo indiscutible es que el teatro fue directamente dependiente de la dramaturgia por cerca de veinticinco siglos, proveyendo las necesidades y sentando las bases para la creación del género dramático.

El teatro está conformado por una compleja red  de profesiones agrupadas en cinco Categorías: La actuación, la dramaturgia, la plástica teatral, la dirección y la teatrología. La actuación comprende un entrenamiento psico-físico en el que un actor aprende a manipular el cuerpo, la mente y las emociones para “encarnar” a otros personajes y/o para exponerse ante un público. El primer actor fue Tespis (550-500 a.C.). Aunque se sitúan las primeras pruebas de la teatralidad (manifestaciones sociales con características teatrales como la misa) en los ritos de caza de los sacerdotes prehistóricos.

Por otra parte,  al parecer, también la dramaturgia se inicia con Tespis, aunque de esos días no queda evidencia textual. Las primeras obras de teatro escritas (tragedias) que han logrado trascender hasta la actualidad, son las de Esquilo, Sófocles y Eurípides, reconocidos por incluir a un segundo, tercer y cuarto actor respectivamente, siendo los persas (Esquilo, 472 a.C.) la obra más antigua que ha llegado a la actualidad y Edipo Rey de Sófocles la obra insignia del teatro clásico griego. También son características de la época las llamadas comedias, su máximo representante es el comediógrafo Aristófanes, quien escribió obras cargadas de alto contenido político en las que evidenciaba el lado risible de todas las situaciones.

Otros dramaturgos han sido, del periodo clásico romano, Plauto, Terencio y séneca. En la edad media desaparece la tradición de la autoría debido al empadronamiento del poder en la Iglesia Católica, quienes vieron en el teatro (surgido en Grecia de un rito pagano al dios Dionisio) a un enemigo del sistema reinante. Sin embrago, de aquellos días en el que el teatro se manifestó, de manera independiente a la tradición griega, a la vera de los ritos paganos y las celebraciones católicas, quedan factores determinantes como la simultaneidad, los efectos escénicos, y la personificación (crear personajes con valores como la verdad, la honestidad, la justicia etc.).

A partir del renacimiento, momento en el que se retoman los cánones del período clásico greco-romano son destacados los trabajos de William Shakespeare, Moliere y pedro Calderón de la barca. Más recientemente tienen un gran valor las obras de Chejov,  Federico García Lorca, Arthur Miller, Eugene O’Neill, Tennessee Williams, Bertold Brecht, Samuel Beckett,   Jean-Paul Sartre, Harold Pinter, Luigi Pirandello, G. Bernard Shaw, Oscar Wilde, Henrik Ibsen,  y Albert Camus entre otros.

La dirección se empezó a reflexionar y a estructurar a partir del siglo XIX con el duque Jorge II de Saxe-Meiningen, el papel de un director consiste en darle orden a todos los elementos que intervienen en una obra. Mientras que la plástica teatral son el conjunto de oficios (Escenografía, vestuario, maquillaje, iluminación, sonorización) que intervienen en la realización de un evento escénico.

Por último, la teatrología se refiere al trabajo teórico que se hace sobre el teatro, es un estudio recíproco del papel del teatro en la sociedad y de la sociedad en el teatro que abarca disciplinas como la semiótica, la sociología, la historia, la antropología, la pedagogía, la filosofía, la estética, la teatralidad, la escenología y la recepción.

Autor: Ronal Stiven Zapata Trujillo