Este apartado presenta las cuatro variables que pueden intervenir y modificar los colores. La sensación que un color puede provocar corresponde al efecto producido en la retina por las diferentes longitudes de onda de las que consta ese color. Las cuatro variables del color son: • El tono es el resultado de mezclar los colores con el blanco o el negro. Por ejemplo, el amarillo mezclado con un poco de negro oscurece hacia un tono verdoso.
• El matiz es la cualidad que permite designar los nombres de los colores (rojo, azul, verde…). El matiz depende de la longitud de onda dominante y se mide de acuerdo con la proximidad de un color con otro que esté próximo en el círculo cromático.
• La saturación expresa el grado de pureza de un color y se mide en relación con el gris. Los colores muy saturados poseen un mayor grado de pureza y se presentan con más intensidad luminosa. Los colores con una menor saturación se muestran más grisáceos, con más impurezas y menos intensidad de luz. Las longitudes de onda del espectro tienen saturación máxima.
• La luminosidad o brillo es la intensidad de la luz, es decir, el grado de claridad o oscuridad que posee un color como cualidad intrínseca. Por ejemplo, en el círculo cromático el amarillo es el color de mayor luminosidad y el violeta el de menor. Independientemente de los valores propios de los colores, éstos se pueden alterar mediante la adición de blanco o de negro.