A LA TRISTEZA

La pérdida. Es uno de los sentimientos más terribles que puede llegar a afrontar un ser humano; produce intranquilidad, incertidumbre, agotamiento del ser, falta de deseos y sentimientos nada recomendables pues acaso: ¿quién quiere vivir una pérdida? Este sentimiento que se vive intensamente y que logra ser esporádico en muchos casos, la fuente de muchos males, aunque todos la asumen de diferente manera: existen las personalidades serenas y las que se agobian, en todo caso ante una perdida cualquiera que sea su clase laboral, familiar, afectiva arrasa todo lo mejor de nosotros dejándonos levitar.

Es cuestión de decisión la manera como asumamos nuestra vida, lo que hagamos para reponernos .He aprendido que la mejor forma es recibirla es de manera sarcástica, sonriendo, tomándolo como un aprendizaje, dejando que esta vaya a nuestro ritmo, no a su ritmo, pues hasta para estar triste se necesita método; sin lagrimas para no perder la energía vital. Todo esto me lo enseño una persona maravillosa que siempre ha estado ahí en mi fortuna e infortunio o debería decirle crecimiento, seguro que sí. Dado que la clave en la vida es innovar, en dejar sorprendernos para disfrutar más las cosas, en planear pero no todo para no vivir esperando que se cumpla solo ese monologo, para no correr el riesgo de dejar ir las oportunidades.
El hombre es sorprendente en su tristeza, he escuchado que es donde nos damos cuenta que estamos vivos, donde sentimos la vida, pero también hay unos momentos maravillosos, recuerdos que hacen que nos sintamos llenos de vida, de esperanza, (que tal que no fuera asi) todo en exceso cansa, aburre deteriora, puede hacer que todo sea costumbre.

El hombre le escribe a todo, al amor, a la vida, a la muerte, y muchas otras cosas, pero las considero las más importantes; porque de allí nacen los grandes discursos en la historia, hay hechos, lecturas que marcan la vida individual de cada sujeto, en mi caso por llegar en el momento preciso.

Si hay autores que le escriben elogios a los celos, al amor. yo puedo hacerlo a la tristeza , pero a la que sirve de puente para crecer, la que hace hombres y mujeres fuertes, a la que me hace más humana permitiéndome sentirme viva, a la que me permita descubrirme y replantearme.

Yo me declaro intuitiva, persuasiva, una persona que disfruta de los detalles, de las melodías suaves y si estas traen pensamientos sensibles; maravilloso, allí estoy yo. En tanto considero que lo que le hace falta al mundo es gente más humana, más preocupada por el otro sin necesidad de esconderlo. Personas que quieran educar sus hábitos para mejorar la convivencia, olvidar que existe la palabra orgullo.

Por último alabo a la tristeza creadora de grandes genios, generadora de capacidad, garante de trasmutaciones y que permite el ascenso espiritual, verdadero sentimiento que me hace descubrir lo que quiero, entender a lo que le temo, reveladora de convicciones. Pero hay una advertencia no se puede estar todo el tiempo sucumbiendo a sus encantos, pues puede llevar a perderle su sentido revelador si lo es capaz de controlarla no la adquiera como paquete.
Para los demás disfruten del confort de sus dominios disfruten la soledad que ofrece, la claridad de su pensamiento y eduquen su espíritu. Y cuando no sepan que hacer ahí está la tristeza.

Escritor: Carolina Bedoya