Hay días que abrir Twitter cuando te levantas no es la mejor opción. Ayer fue uno de esos días. Eran las nueve y media de la mañana del sábado y lo normal es que cuando uno se levanta ese día de la semana y a esa hora, la red social no te ofrezca muchas noticias interesantes. Pero ayer, por desgracia, no fue ese tipo de día.
“Luis Aragonés ha fallecido”. ¿Cómo? No era posible. No sabía si es que estaba demasiado dormida aún o que no había leído bien, pero tuve que revisar hasta tres veces mi “timeline” para digerir la noticia. Estas noticias le dejan a uno en estado de shock, ya no sólo por la pérdida sino porque nadie previamente había informado de manera pública que el Sabio de Hortaleza estaba tan enfermo. Pero así era, llevaba dos meses luchando contra la leucemia y ésta le había ganado la partida.
El mundo del fútbol está de luto y así se ha demostrado en multitud de campos este fin de semana. Todos los equipos, desde la Primera División de la Liga Española hasta otras muchas categorías inferiores, se han solidarizado llevando cintas negras en las mangas de sus camisetas y guardando un minuto de silencio antes de comenzar los encuentros. En estos momentos de pena no hay rivalidades ni colores de equipos, bueno aunque en realidad si hay uno, el rojo y amarillo de la Selección Española.
Luis Aragonés fue el encargado, después de 44 años, de llevar a La Roja otra vez hasta lo más alto de Europa y a nadie se le olvida. La imagen de Iker Casillas levantando la copa de Campeones de Europa en 2008 llegó gracias al gran trabajo que realizó el entrenador madrileño con ese grupo de jugadores. Unos futbolistas que apenas creían en ellos mismos. Aragonés consiguió cambiar esa actitud haciéndoles sentirse importantes y ganadores y eso que aún no habían logrado nada. Su paso por el equipo nacional fue un punto de inflexión en la historia española y de ahí que las lágrimas de alegría que se vieron por todas las ciudades de España ese día del triunfo se transformasen ayer en lágrimas de pena al conocer la pérdida del técnico que nos llevó a la gloria europea.
Hoy todos son palabras de agradecimiento hacia él y con mucha razón, pero también hay que decir que fue un hombre complicado de tratar, tanto para los futbolistas como para los periodistas. Ayer y hoy hemos visto en televisión algunas de sus imágenes, charlas futbolísticas y ruedas de prensa y la verdad es que era un hombre de armas tomar. Míticas son esas imágenes con Etoo en el banquillo del Mallorca cogiéndole del cuello tras la queja por el cambio del camerunés o replicándole a una periodista en una sala de prensa si de verdad era licenciada en periodismo. Circunstancias que hoy recordamos con simpatía pero que en su día fueron muy comentadas. ¡La verdad es que no me hubiera gustado estar en la piel de esa periodista!
Mi experiencia como periodista deportivo comenzó en TVE justo después de ganar esa Eurocopa en 2008 con lo que creo recordar que nunca coincidí con él en un partido o rueda de prensa. Algo que lamento porque hubiese sido una gran experiencia, cuanto menos divertida. Por todo lo que he visto estos días, creo que le pongo casi al mismo nivel de espectáculo en cuanto a ruedas de prensa que José Mourinho. Y del portugués sí que he vivido unas cuantas.
Con la muerte de Luis Aragonés me he dado cuenta que en esto del fútbol puedes ser muy forofo de un equipo pero que ante situaciones de este tipo no hay colores. Se ha ido un rojiblanco de los pies a la cabeza pero el resto de clubes sienten que se ha ido alguien del suyo propio. En estos tiempos de tanta rivalidad se agradece un poco de unión y fraternidad. Es por eso que tanto se le echará de menos tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.
Descanse en paz.
Escritor: América Díez