Autoestima y habilidades sociales

Las relaciones sexuales no fracasan solamente cuando una adolescente se queda embarazada porque no utiliza los medios adecuados. Detrás de esto hay un montón de factores que contribuyen a hacer un problema de un aspecto que no debería reportar más que placer y satisfacciones: la ignorancia del otro y de uno mismo, las creencias erróneas, los miedos sin fundamento, etc. y, por encima de todas, la dificultad para comunicarse.

Por todo ello, la educación sexual que planteamos parte del entrenamiento en habilidades sociales, pero también de la defensa de una valores que, o bien no son demasiado prestigiados socialmente, o bien hay tantas presiones que las dificultades para llevar -los a cabo son enormes.

Entre los valores poco prestigiados, sobre todo para los varones, habría la comunicación, la empatía o preocupación por entender y tener en cuenta al otro, y la resolución pacífica de los conflictos. De entre los que sería difícil llevar a cabo por las enormes presiones sociales, y que afectan sobre todo a las mujeres, estaría la autoestima y la autoaceptación del cuerpo y de los propios deseos, en especial los sexuales.

El objetivo de la educación sexual que proponemos es la creación de una ética personal que posibilite a los adolescentes la autoprotección contra los riesgos implícitos del amor y de la sexualidad. Madurez significa respeto por el propio desarrollo individual y aprendizaje de los propios errores, por muy duro que sea para los adultos asumir esto. Y para los que piensan que hablar demasiado del tema puede animar a los jóvenes, diremos que la buena educación sexual no genera más actividad sexual ni más promiscuidad, sino más autoestima y más capacidad para controlar la propia vida sexual, y de rebote, mayor prevención de embarazos y enfermedades.

Autoestima es una palabra muy de moda actualmente. Pero no quiere decir solamente mirarse al espejo y decirse me guste. Conlleva el compromiso con uno mismo de autoprotegerse, estimarse suficientemente para decir sí o no, para poner límites, para no dejarse presionar o para desinhibirse. La vivencia positiva de la sexualidad tiene que ver con la capacidad de autoprotegerse, con la autoestima y el autorespeto.

Por todo ello, lo primero que nos planteamos es un trabajo sobre el propio cuerpo, y no sólo a partir de las presiones sociales que reciben los jóvenes para ser de una manera o de otra, sino más concretamente sobre la vivencia que chicos y chicas tienen de sus propios genitales.

Autor: Materiales de sexualidad. Rosa Sanchis.