CAMPUS VIRTUAL Y CAMPUS PRESENCIAL

El mundo, tal cual lo vivimos hoy, exige mayores competencias por parte de los profesionales a la hora de desempeñarse laboralmente. Dichas competencias pueden ser adquiridas a través de diferentes metodologías de estudio; la presencial y la virtual son dos de ellas.

La modalidad presencial es la que todos conocemos y por la cual obtuvimos el título de pregrado (discúlpenme si me equivoco), en ésta estábamos acostumbrados a las cátedras de los profesores siendo los ellos los principales protagonistas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y los estudiantes simples receptores y con muy poca participación, más si se hacía parte de un grupo muy grande de aprendices. El campus presencial exige la puntualidad y el cumplimiento de horarios, muchas veces impuestos por la institución o por los mismos docentes; exige también el desplazamiento hacia una instalación específica, lo cual restringe el acceso a aquellos con pocos recursos; todos estos aspectos aumentan el riesgo de perder el interés y subsiguiente deserción de los estudiantes. Pero aceptémoslo, es la modalidad más conocida y aceptada a nivel de la educación en distintos países, es la que nos permitió ser Ingenieros, Médicos, Abogados, Arquitectos, etc.

La modalidad virtual rompe esos viejos paradigmas que dicen que el profesor es poseedor de la verdad, involucra al estudiante en su proceso de formación y lo hace partícipe (actor principal) en la construcción de sus conocimientos. Esta opción abre las puertas de la educación, en cualquier nivel, a muchos que desean aprender sin tener que trasladarse a otros sitios, inclusive a otros países. En esta modalidad podemos escoger el horario de nuestra conveniencia para realizar las actividades y cumplir lo requerido en el marco del curso que estamos tomando. Sin embargo, la educación virtual no tiene 100% de aceptación, muchas personas le restan validez por la no interacción persona-persona con los tutores o por la no asistencia a un salón de clases. Además, realizar cursos online requiere de un manejo, así sea básico, de herramientas tecnológicas que, aunque parezca increíble, muchos aun no poseen.

Aunque sean diferentes, las dos modalidades tienen sus similitudes. En ambas hay un guía encargado de orientar los procesos; hay cumplimiento de actividades, tareas; podemos socializar resultados o inquietudes con nuestros compañeros; existe una institución que facilita el desarrollo de los cursos; podemos acceder a información: en el campus presencial en carteleras u oficinas, y en el campus virtual, en carteleras online (novedades), calendarios, etc. Elegir esta opción propone un reto que hay que asumir con responsabilidad y compromiso.

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