CIUDAD Y MODELOS DE DESARROLLO

La posibilidad de un cambio cualitativo hacia una ciudad y una región más sostenibles obliga, hoy, a reflexionar sobre qué modelo de ciudad queremos para vivir, ya imaginar la ciudad en la que deberán vivir los que nos sucedan. Únicamente de esta manera empezaremos a construir la auténtica ciudad sostenible del s. XXI, un impulso que parte de la preocupación por un nuevo modelo de vida en la ciudad y que debe continuar con la puesta en común de los métodos necesarios para conseguirlo.

Actualmente, el concepto << ciudad sostenible >> ha entrado a formar parte de nuestras vidas cotidianas, a través de campañas, regulaciones y normas establecidas por las diversas administraciones, a menudo derivadas del sentido común. Últimamente, hemos asumido que debemos cuidar más nuestros recursos, ahorrar más energía, disminuir el despilfarro, etc.

Pensar en una ciudad más sostenible es un interés social de ámbito global, que convoca múltiples agentes profesionales (antropólogos, sociólogos, pensadores, economistas, geógrafos, ingenieros, arquitectos, etc.). Todos con el denominador común de imaginar un nuevo entorno más sostenible, y con el deber de empezar a establecer las estrategias inmediatas (y futuras) para conseguir un bienestar social más grande en equilibrio con el paisaje, el medio natural y las energías necesarias para a su desarrollo.

Esta transformación de la ciudad implica también un cambio en los hábitos, porque no podemos seguir reiteradamente las mismas fórmulas tradicionales asumidas hasta hace muy poco. Las rupturas de los modelos y la transformación en nuevos paradigmas siempre han empezado por el despojo de lo que se considera conocido, a cambio de una nueva actitud más proactiva con la que enfrentarse a nuevos retos ya nuevas necesidades. Un cambio en el modelo de vida implica, necesariamente, un cambio en las formas y en los métodos.

Estos cambios son los que se pretende reconocer a continuación, y, también, establecer una mirada desde dentro hacia fuera de la disciplina y de las escalas arquitectónicas y urbanas, en un proceso que abarque desde el ámbito doméstico hacia el col colectivo, desde el interior hacia el exterior, desde el ámbito privado al público, desde el más próximo al más lejano, planteando nuevas soluciones en los límites entre cada ámbito y categoría.

A partir de la Cumbre de la Tierra de Río de 1992, se establecieron unos indicadores comunes para respetar, con el objetivo de mejorar las condiciones ambientales, económicas y sociales de todos los países del mundo. A partir de entonces las administraciones de muchos ayuntamientos y comunidades comenzaron a impulsar su Agenda 21, con indicaciones adaptadas a las características propias.

El debate actual sobre cuál es el modelo urbano más eficiente a la hora de definir una ciudad sostenible, lleva, inevitablemente, a hablar de ciudad densa (o ciudad compacta) hacia ciudad dispersa. Estos conceptos, junto con el análisis de los aspectos positivos y negativos de cada modelo, los han tratado diversos autores: arquitectos, urbanistas, sociólogos y geógrafos urbanos. En este artículo se pretende reunir de forma crítica algunas de las nuevas reflexiones sobre este tema en los ámbitos nacional e internacional.

Autor: Diana Perilla