Es uno de los periódicos más importantes e influyentes del país y el más consumido por la sociedad argentina. Capaz de formar y dirigir la opinión pública, imponer una visión de la realidad a sus lectores el Diario Clarín forma parte de uno de los multimedios más grandes de la Argentina. Sin embargo el camino que lo llevo a ser lo que conocemos en la actualidad esconde un entramado de intereses económicos con fines estrictamente políticos.
“La Noble Ernestina” un libro de la autoría de Pablo Llonto permite analizar desde los inicios hasta que el Clarín se convirtió en “El gran Diario argentino”. También reveló como una de las mujeres más poderosas y dueña de una de las mayores fortunas de Latinoamérica pasa inadvertida. Además de mostrar y denunciar lo que ocurría puertas adentro en la redacción y el trato con los periodistas que allí trabajaban.
En el capítulo “Política” (VIII) se puede observar como el autor intenta desenmascarar el oscuro pasado de Clarín con respecto al ámbito político en la década del ‘90. Donde “la fortuna de la viuda se multiplicaría hasta el derroche”. Durante este período el Diario mantenía buenas relaciones con el entonces presidente Carlos Menem, sin embargo ese lazo se quebrantó.
La ambición y la sed de dinero que tienen quienes dirigen el periódico los llevó a buscar más y más, por lo que “era necesario ocupar espacios, convertirse en la reina de la comunicación e influir a fondo en la opinión pública”. Había que expandirse y conquistar otros terrenos antes inalcanzables, la alianza política era inevitable.
Es así que durante la primer etapa del menemismo Clarín apoyó con sus titulares los ajustes y privatizaciones, cuando se realizó la reforma a la Ley de Medios que concedió a los medios gráficos acceder al control de señales de tv. Sería el comienzo del Monopolio y del poder que actualmente ostenta el Grupo Clarín. El dirigente político radical, César Jaroslavky, lo advertía al decir: “Hay que cuidarse de ese Diario. Ataca como partido político y si uno le contesta se defiende con la libertad de prensa”.
El juego cambió cuando el gobierno de Menem permitió la inversión de capitales extranjeros dentro de los medios de comunicación, Clarín puso el grito en el cielo por esta medida e instantáneamente le declaró la guerra. Es que la ambición era tal que pretendían “ingresar al próximo siglo con la conformación de un grupo económico de las comunicaciones con capacidad de colocar un presidente de la Nación”.
De ahí el dicho “no se puede gobernar con Clarín en contra”, sin embargo esta perspectiva en muy relativa si se toma en cuenta el contexto actual, ya que como afirmó en una entrevista, el Lic. en Comunicación, Carlos Cánepa: “Ese Clarín era otro diario. Todavía tenía fuerte presencia el desarrollismo, en particular Rogelio Frigerio. Él fue quien llevó a Clarín a Magnetto, que integraba la juventud del desarrollismo. La frase de Jaroslavsky corresponde a un período de Clarín marcado por el vínculo con el desarrollismo, desde fines de los 60 hasta 1990 aproximadamente. Hay muchos libros que cuentan cómo utilizo Frigerio al diario para incidir en políticas gubernamentales o internas políticas. Ahora es una empresa, amoral como cualquiera, que quiere lucrar”.
Sin embargo el Diario y quienes lo manejan se jactan de su poder de influencia sobre la opinión pública. El plan para convertir a un medio gráfico en uno de los más poderosos grupos económicos vio la luz cuando el gobierno en los ’90 dio rienda libre al tope de licencias que cada medio puede adquirir pero el negocio también se encontraba en las emisoras de cable.
Había que ser un visionario para percatarse del rédito económico que dejaría este emprendimiento, Héctor Magnetto lo sabía y comenzó en 1991 la compra de varias emisoras, pero no solo se pensaba en esto sino que lo que pretendía abarcar era canales de televisión, servicio de radiofonía y medios gráficos a lo largo y ancho del país. Lo que garantizaba la hegemonía del Grupo a nivel nacional. La adquisición y los negociados no se hicieron esperar y tal como lo pensó Magnetto el Multimedio logró cumplir sus expectativas.
Escritor: Natalia Agustina peralta