Combina estudio, trabajo y ejercicio de forma exitosa

Si dudamos de nuestras capacidades y nos limitamos en tiempo y actividades, no descubriremos el potencial que tenemos. Es posible realizar con éxito cada actividad, si nos organizamos y hacemos uso de nuestras habilidades. Para ello, también es importante conocernos. Estamos completamente aptos para ejercer con fluidez cada trabajo que nos propongamos.

Ahora bien, combinar trabajo, entrenamiento físico y estudio, puede hacernos creer que debemos requerir de una concentración superior. Sin embargo, es todo lo contrario. La clave está en ser disciplinados, llevar un orden y conocernos, emplear nuestras habilidades y sacar provecho de ellas.

Disciplina como base para el éxito

La disciplina es un valor indispensable para nuestro crecimiento personal. Es lo que nos permite no solo realizar cualquier cosa que nos propongamos, sino hacerlo de forma ordenada, constante, persistente y perseverante. Para ello, es necesario aprender a exigirnos a nosotros mismos y a ser autocríticos para saber cuándo no estamos haciendo las cosas como deberíamos.

Aunque el logro de nuestras metas no depende enteramente de la disciplina, es un factor que nos facilita muchísimo el camino. ¿Cómo alcanzarla?, evitando en lo posible las distracciones, manteniendo el enfoque en el objetivo que quieres alcanzar y rodeándote de personas positivas y disciplinadas que te ayuden a crecer.

Orden para hacer que todo funcione

El orden es fundamental para aumentar la eficacia con la que realizamos nuestras actividades. Te permite estar más ligero, encontrar las cosas fácilmente y tomar decisiones de forma rápida y correctamente.

Para hacer del orden un hábito en nuestras vidas, recomendamos comenzar con las cosas más simples. Por ejemplo, manteniendo el orden en los espacios en los que te desenvuelves la mayor parte del día, como tu oficina o tu habitación.

Procura tener un lugar específico para cada cosa y devolverlas a donde pertenecen una vez que las utilices. Emplea una agenda que lleves contigo todo el tiempo y a todas partes. Elabora un cronograma o itinerario para cada día de la semana y procura en lo posible cumplirlo al pie de la letra.

Eso sí, no te exijas mucho más de lo que sabes que puedes dar. De este modo, evitarás cargarte de demasiadas responsabilidades y sufrir de ansiedad o estrés.

¡Sí es posible hacer las tres cosas a la vez!

Una vez que hayas hecho de la disciplina y el orden los principales hábitos que conduzcan tu vida, te darás cuenta de que sin tener que realizar un mayor esfuerzo, todo comenzará a fluir naturalmente.

Si respetas los horarios que fijes en tu agenda para cada actividad, no tendrás que desear que el día tenga más de 24 horas. Por ejemplo, tomando en cuenta el descanso, que debe ser de al menos ocho horas, y sumándole a ello dos horas diarias de ejercicio físico, más seis horas de jornada laboral y seis de estudio, verás que incluso dispondrás de dos horas más para realizar cualquier otra actividad que desees o adelantar algún deber. ¡Para todo hay tiempo, lo importante es la organización!