El currículo es el conjunto de objetivos, contenidos y criterios que orientan el desarrollo de las actividades académicas y le dan sentido al proceso de enseñanza aprendizaje, siendo el espacio escolar una de las herramientas principales que posibilitan el avance de este proceso, aun sin encontrarse inmerso o destacado dentro del currículo mismo. Este artículo ofrece una interpretación de los puntos álgidos en los cuales se hace necesario el encuentro del currículo y la arquitectura escolar, pero además realiza una crítica reflexiva sobre el desencuentro de estos mismos aspectos, teniendo en cuenta algunos postulados de diversos autores que destacan la importancia de la unión entre ambiente escolar y procesos educativos.
Abstract The curriculum is the set of objectives, contents and criteria guiding the development of academic activities and give meaning to the process of learning, the school environment bein one of the main tools that allow the progress of this process, even without being immersed or highlighted in the curriculum itself. This article offers an interpretation of the high points in which it is necessary to meet the curriculum and school architecture, but also makes a disagreement reflect critically on these same issues, given some assumptions of several authors who stress the importance of the connection between school environments and processes. Key words: currículo, espacio, aprendizaje, enseñanza, ambientes, educación, school.
Cuando hablamos de educación nos referimos a un proceso que tiene como fin que el ser humano aprenda, a vivir en sociedad, a introyectar un estilo de vida, a formarse como persona y además a adquirir conocimientos básicos. Pero ¿cómo realizar todo este sumario si no tenemos un espacio adecuado para hacerlo?, es en este punto donde empiezan a emerger posturas reflexivas como las del filósofo francés Gastón Bachelard (1957), el cual expresa en su libro la poética del espacio que, para un niño o adolescente colombiano, que pasa en su escuela o colegio las siete horas más lúcidas y activas de su día, los recintos escolares y los elementos que los pueblan son, ni más ni menos, el cofre donde se forja la memoria de su alma, durante los casi tres lustros más maleables de su vida.
Que esta memoria sea dulce o asiaga, dependerá en apreciable medida de la clase de alojamiento que encuentre en estos rincones y objetos, compuestos a la vez de ladrillos, de madera y de sueños”. Partiendo de esta percepción es como nos damos cuenta que tan importante es un espacio educativo en la formación de un niño o joven, teniendo presente que es su morada por más de doce años de su vida, que en este lugar es donde construye sus sueños, su proyecto de vida y donde crea y fortalece su identidad; podríamos analizar entonces, ¿qué tanta influencia podría tener un espacio educativo cuando no existe la interacción con la naturaleza, cuándo no se cuenta con luminosidad, con amplitud, o simplemente no existe mobiliario adecuado o suficiente?.
Es necesario que el espacio educativo sea abordado como un tema imprescindible al momento de pensar en un aspecto educativo de cualquier índole, puesto que es en éste donde se desarrollaran las prácticas y procesos necesarios para fomentar el crecimiento, la formación social, académica y cognitiva del educando, teniendo en cuenta aspectos como el juego, la didáctica, la motricidad y lugares tan simples pero tan ineludibles como un aula, una cancha, un patio, zonas verdes, entre otras, ya que el juego le permite al niño encontrar su propio ser, su yo interior y aprender a convivir en constante interacción con el otro.
Sin embargo y siendo tan notoria la influencia y relación entre la arquitectura y educación, vemos como el espacio aún no se halla incluido en el currículo educativo y es casi nulo este encuentro de conceptos al momento de iniciar una obra que tenga como fin la creación de un ambiente escolar, aun resultando tan evidente el cambio y avance arquitectónico desde la antigüedad hasta el siglo xx, siendo éste un proceso en el cual se muestra la aparición de espacios abiertos, los cuales propician la movilidad y el desarrollo de la inteligencia kinestésica en los niños y jóvenes; pero estos cambios aún no han sido suficientes para que el espacio escolar se transforme en uno de los criterios más importantes del sistema educativo, perdiendo así sentido la interacción y estrecha relación que debe existir entre el currículo y la arquitectura escolar.
El juego, la didáctica, la movilidad, la destreza, el manejo del cuerpo y la motricidad son factores que se llevan a cabo continuamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, son necesarios para el desarrollo de los estudiantes y de manera intrínseca ellos van adquiriendo estas acciones, las cuales se convierten en un complemento para el crecimiento; el juego por su parte permite que el niño fortalezca la interacción con el otro, ponga en práctica las normas de convivencia, el respeto por los demás y además genera mayor destreza en el aspecto corporal, no sin dejar de lado que este tipo de actividades puede llevar a sortear situaciones complejas, en las que se debe llevar a cabo la resolución de conflictos, en algunas oportunidades mediadas por el docente o simplemente por iniciativa de los estudiantes. Todo lo anterior ligado a los ambientes de aprendizajes que son los que se encuentran inmersos en la institución desde las acciones, los procesos
cognitivos y sociales hasta la misma arquitectura escolar, la cual debe estar muy bien diseñada para no dar cabida a conflictos internos entre alumnos y/o docentes por escases de espacio, tal y como se presenta en la actualidad en muchas instituciones que aún no son acreedoras de un diseño arquitectónico adecuado para la atención a niños y jóvenes y se ven obligadas a distribuir sus pocas zonas, teniendo en cuenta las actividades que realizan los alumnos en su tiempo libre o descanso, según la edad o grado escolar, para de esta manera evitar conflictos internos, accidentes o dificultades generales, que de una u otra manera afecten la sana convivencia y el respeto por quienes nos rodean.
Puesto que la institución debe ser un espacio formador, en el cual se profesen y cumplan los valores, similar a lo que expresa la siguiente frase “Otra de las nociones de ambiente educativo remite al escenario donde existen y se desarrollan condiciones favorables de aprendizaje. Un espacio y un tiempo en movimiento, donde los participantes desarrollan capacidades, competencias, habilidades y valores”. (Duarte. J ISSN: 1681-5653, p.4).
Debemos entender principalmente que el currículo es el medio por el cual la educación conlleva a crear un proyecto social y personal, es decir un proyecto de vida, en el que cada estudiante se visualiza y proyecta a futuro, pero es en el recinto escolar en donde se crean las bases y los parámetros necesarios para formular este proyecto, siendo este el reflejo de la formación recibida, puesto que a través de la educación, la transversalización de los saberes específicos, la resolución de problemas y la introyección de la norma, se logra hacer mella en los estudiantes y formarlos para la vida.
No obstante se debe hacer un pequeño análisis en las prácticas actuales de los niños y jóvenes, puesto que a raíz del cambio de época, la globalización misma y los avances tecnológicos, las actividades de los educandos han variado un poco y cambiado notablemente los escenarios y espacios educativos, hoy por hoy la tecnología está estrechamente ligada a los estudiantes, cambiando enormemente el proceso de socialización, debido a que la interacción dentro de los espacios educativos ya no se centra en el compartir o en la relación estrecha con él otro, sino que por el contrario se enfoca en la relación directa con los dispositivos móviles o herramientas tecnológicas y es aquí cuando entra a tomar partido de esta situación el maestro como mediador, guía y orientador de estos procesos, es el quien debe estimular a los estudiantes y a través de su quehacer pedagógico motivar el adecuado uso y la integración correcta entre estudiante, entorno y tecnología, partiendo desde el espacio educativo y las herramientas con las que cuenta la institución, con el fin de canalizar los comportamientos de los niños y jóvenes, partiendo desde el aprovechamiento del espacio que ofrece el establecimiento educativo, sin darle relevancia a la cantidad de posibilidades con las que cuente este lugar.
Por otra parte y teniendo en cuenta al autor Toranzo, V. (2.008.) el cual expresa que: Intenta rescatar momentos de encuentro y desencuentro entre la pedagogía y la arquitectura (mediante el análisis de las escuelas primarias de gestión estatal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), haciendo hincapié en los espacios abiertos diseñados para el movimiento por considerarse, éste último, fundamental pero con poco “lugar” en la escuela” (p.13).
Lo cual nos da pie para hacer un pequeño análisis con respecto a las instituciones con las que contamos en nuestra ciudad, en este caso Medellín, puesto que en general predominan las zonas reducidas, poco priman los espacios abiertos, los cuales fortalecen el libre desarrollo, la expresión, la corporalidad y la movilidad de los estudiantes, entre otros; es por esto que la convivencia e interacción entre compañeros se torna un poco álgida y difícil de controlar, ya que las zonas de la institución se convierten en propiedad de unos pocos, afectando esto de manera negativa a quienes no pueden hacer uso libre de los espacios que deben ser para toda la comunidad educativa. Sin embargo el gobierno ha intentado darle solución a este tipo de problemáticas dentro de la educación, específicamente en el caso de Medellín (Colombia), en el programa Medellín la más educada se desarrolló un proyecto en pro de la calidad
de la educación y la importancia de la misma para el proyecto de vida de cada uno de los niños, niñas y jóvenes de la ciudad, teniendo como objetivo principal evitar la deserción escolar, desmotivación, hacinamiento, poco espacio para la recreación, esparcimiento y aprovechamiento del tiempo libre dentro de las instituciones, llevándose a cabo la proyección y ejecución de varios colegios de calidad ubicados en zonas vulnerables de la ciudad, lo que sin lugar a dudas es un avance notable que posibilita el incremento de la motivación en los estudiantes para asistir a su institución, con este tipo de establecimientos educativos se debe elevar satisfactoriamente el sentido de pertenencia por el entorno y por lo que beneficia al alumno y se esperaría un mejoramiento en el rendimiento académico, teniendo en cuenta que el espacio educativo es mucho más agradable, atrayente e interesante para el educando; además de que posibilita adelantar estudios técnicos pues se cuenta con aulas especializadas para el desarrollo de estos programas, que de una u otra manera propenden al mejoramiento de la calidad de la educación y al incremento en el índice de profesionales; lo que nos da una idea de la importancia e influencia de la arquitectura escolar dentro del proceso de formación y educación.
Si hacemos un recorrido en el tiempo enfocados únicamente en el espacio escolar y la educación, encontramos una serie de variaciones, cambios y transformaciones, las cuales se producen por los avances arquitectónicos, las concepciones pedagógicas de cada época y los estándares de educación, sociedad y escuela respondiendo a cada tiempo, lo que significa que todo los procesos y avances efectuados van de la mano con el tiempo o la época en la cual se desarrolle, puesto que es muy notoria la variación entre una institución antigua y una moderna, cambian los procesos de enseñanza-aprendizaje, la metodología de trabajo, el espacio, las prácticas habituales, el contexto, los medios, recursos y además los ambientes de aprendizaje, incluyendo la manera de pensar y actuar de los estudiantes, los cuales igualmente van avanzando a la par con las épocas y son ellos quienes más transformaciones vivencian, las cuales se ven reflejadas directamente en la institución educativa, siendo este el lugar donde interactúan, se desarrollan y perfilan su personalidad, formando de cierto modo su proyecto de vida.
Sin embargo en la actualidad continúan muy latentes las instituciones, especialmente escuelas en las cuales no se cuenta con mucho espacio para la movilidad, el desarrollo kinestésico y el esparcimiento, este aspecto no es desconocido, por el contrario se tiene tan presente que algunos autores lo mencionan, tal y como aparece en la siguiente frase “La escuela tiene hoy muchos espacios del pasado, lugares para el aprendizaje que muchas veces no tienen en cuenta el movimiento de quienes habitan en ella. Espacios pensados para la quietud y no para el movimiento. Espacios cerrados frente a pocos, y muchas veces pequeños, espacios abiertos”.
Pero a pesar de que el autor menciona los espacios reducidos para el aprendizaje también existe en el presente cierta re- significación del espacio educativo, el cual debe ser pensado para la movilidad del estudiante, los cambios que traen consigo la edad y la época actual en la que vivimos donde se marca una brecha o una barrera simplemente por un territorio determinado; en la actualidad se debe tener presente que en una institución educativa y más aún si es de calidad convergen diversas zonas barriales aledañas a la ubicación de la misma, por lo tanto es imprescindible que el espacio sea amplio y propenso a la expansión de los estudiantes, para que de esta manera la convivencia sea más agradable y llevadera, puesto que en la realidad educativa encontramos a diario enfrentamientos por falta de tolerancia de los estudiantes y esta problemática se incrementa aún más cuando el espacio en el que se desenvuelven es muy reducido y no permite una apropiación de una zona específica de la institución.
Es evidente entonces que el espacio debe ser re-significado, re-pensado y re-planteado cuando se trata de la educación y formación específicamente, puesto que el paso del tiempo y el cambio de época han generado nuevas formas de pensar y concebir la cultura, nuevas necesidades, nuevas problemáticas juveniles y se requiere indudablemente de nuevos procesos de concepción y aplicación de la educación, no solo como posibilitadora de nuevos conocimientos en el estudiante, sino como fortalecedora de los valores y bases que se deben implantar desde un inicio en el hogar y los cuales se deben reforzar durante toda la formación, lo que implica para los educadores y la comunidad educativa una transformación y apertura de conocimiento frente a la cultura y las prácticas actuales en niños, jóvenes y adultos.
Sin embargo en la actualidad se presentan algunas problemáticas frente al espacio pedagógico, puesto que muchas instituciones educativas aun no cuentan con zonas amplias que permitan la movilidad del educando en su cotidianidad, lo que nos muestra que la re significación del espacio formativo ha sido un proceso arduo y complejo, que no ha llegado a todas las instancias, ya sea por desconocimiento de la importancia de este aspecto, o por escasez de recursos para llevarse a cabo una reestructuración del entorno físico de las instituciones con espacio reducido. Por otra parte se evidencia que las instituciones educativas que cuentan con un espacio muy amplio para el desarrollo de la práctica pedagógica poseen algunas falencias a nivel arquitectónico frente al diseño y/o materiales utilizados, los cuales son evidentemente riesgosos para los estudiantes y comunidad educativa en general, por lo tanto es importante resaltar e interiorizar que la elaboración o construcción de un espacio educativo no es sencilla, debe contar con unos estudios previos y debe tener en cuenta elementos como la seguridad para los estudiantes, el desenvolvimiento de los mismos, las actividades lúdico- recreativas, los encuentros pedagógicos como (foros, debates, plenarias), entre otras actividades que requieren un espacio amplio, en el cual se convoque a todo el personal de la institución educativa.
Por otra parte no podemos desconocer la influencia del contexto social y sus cambios para la época actual, teniendo presente que la institución educativa alberga infinidad de culturas, expresiones, maneras de pensar, de actuar, e innumerables acontecimientos en la existencia de cada uno de los niños y jóvenes, que finalmente se convierten en el estilo de vida que cada uno adquiere, tratando siempre de marcar la diferencia o simplemente intentando ser aceptado en algún gueto o tribu urbana; tal y como se encuentra reflejado en el artículo ambientes de aprendizaje una aproximación conceptual, cuando se plantea la siguiente frase “En la contemporaneidad la escuela ha perdido presencia en la formación y socialización de los jóvenes, y cohabita con otras instancias comunitarias y culturales que contribuyen a ello, como los grupos urbanos de pares y los medios de comunicación” (Duarte, J, p. 01). Es entonces cuando la institución educativa y su espacio mismo tienen que tomar fuerza y transcender, movilizando la práctica pedagógica para que se convierta en un espacio de interacción social, promovido no solo con un fin pedagógico, sino también con un propósito social, para que la convivencia al interior del entorno educativo sea más adecuada y llevadera, en la cual se evidencie un aprovechamiento del espacio, mayor sentido de pertenencia y cuidado por lo propio.
Es también muy importante contar con la presencia de docentes líderes en procesos de re-significación y apropiación del ambiente educativo para que a través de ellos se concentren las energías en el cuidado del espacio que se tiene y además se posibilite la creación de diversos proyectos que fortalezcan y fomenten algunas actividades, que permitan a los estudiantes inter-relacionar aspectos pedagógicos y formativos con el medio que los rodea y la cultura que desarrollan, logrando de esta manera convertir lo teórico en un argumento práctico.
Es necesario transformar los lugares destinados a la educación en ambientes de aprendizaje, logrando que cada rincón de las instituciones se transforme en un medio o recurso para adquirir conocimientos y llevarlos a la experiencia a través de la cotidianidad, para lograr esto no se requiere contar con grandes riquezas a nivel económico o de infraestructura, simplemente es necesario que exista una generación de nuevas ideas que aporten a este propósito y que movilicen a la misma comunidad educativa, esto no solo aportará a la adquisición de nuevos conocimientos, también fortalecerá el sentido de pertenencia, amor por la institución, la creación de nuevas ideas para el mejoramiento de la misma y contribuirá a la investigación y trabajo en equipo; siendo necesario el aporte de docentes líderes y con interés de mejorar o embellecer la infraestructura educativa, independientemente de las características que presente y de las necesidades que se evidencien, así mismo se debe contar con estudiantes comprometidos y tocados por este tipo de actividades que de una u otra manera traen consigo un crecimiento intelectual, personal y experiencial.
Sin duda es de suma importancia tener en cuenta la función del maestro como posibilitador del acercamiento entre el aspecto tecnológico, los niños y jóvenes respondiendo a las necesidades que plantea la época en la que se están desarrollando, por lo tanto los docentes se ven en la tarea de crear un puente entre los mecanismos de enseñanza pasados y actuales, de tal manera que en el espacio educativo se vivencie y evidencie la interacción con la actualidad.
Los ambientes educativos son de gran importancia para el proceso formativo, puesto que permiten la construcción reflexiva de saberes, la elaboración del aprendizaje significativo desde lo experiencial, tal y como se menciona en la frase “el ambiente como sujeto que actúa con el ser humano y lo transforma”. (Duarte, J, p. 5); lo que significa que el ambiente educativo, tiene estrecha relación con el ambiente de aprendizaje, aunque parecen lo mismo presentan diferencias muy marcadas, puesto que el primero se refiere a un espacio desde lo arquitectónico y el segundo ambiente hace énfasis a la construcción de saber partiendo de las propias vivencias, es decir transformando la teoría en práctica.
Es allí donde las herramientas tecnológicas empiezan a jugar un papel muy importante en la educación actual, puesto que conforman uno de los tantosb ambientes de aprendizaje existentes, es por esto que dentro de la institución educativa se debe buscar el acercamientos con las TIC, independientemente de las posibilidades o recursos con los que se cuenten, en este punto entra a jugar la creatividad y recursividad del docente. hacer pedagógico deben unir tanto el ambiente educativo como el ambiente de aprendizaje, vinculando al espacio las experiencias que enriquecen la formación de los estudiantes.
Logrando concluir que la arquitectura escolar y el currículo tienen una estrecha relación y convergen en muchos puntos específicos, pero no existe un total equilibrio entre estos, por lo tanto se evidencian diversos desencuentros o dificultades que no permiten que el ejercicio educativo se realice con total satisfacción y con excelentes procesos. Es allí cuando se encuentran las desigualdades entre las diferentes instituciones educativas frente a la arquitectura, puesto que unas cuentan con más espacio para el desenvolvimiento y otras no lo tienen, en unas existen mayores herramientas de trabajo y otras no cuentan con ello, unas poseen aulas tecnológicas y el resto de instituciones no gozan de estas, lo que desencadena un mayor o menor sentido de pertenencia dentro de los establecimientos educativos.
Finalmente es indispensable reconocer la importancia de estos dos aspectos juntos: la arquitectura escolar y el currículo, puesto que se complementan e inter-relacionan de manera única para posibilitar un aprendizaje significativo y un proceso formativo en cada uno de los educandos; sin duda alguna el éxito de estos procesos depende de la convergencia de estos aspectos ligados a la cultura actual y a las necesidades que presenta el contexto y la época.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Duarte, Duarte J. Ambientes de aprendizaje una aproximación conceptual. Revista iberoamericana de educación, ISSN: 1681-5653, 1
Duarte, Duarte J. Ambientes de aprendizaje una aproximación conceptual. Revista iberoamericana de educación, ISSN: 1681-5653, 4
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Ministerio de Educación Nacional. (2.006), Norma escolar. Normas Técnicas Colombianas NTC 4595 y NTC 4596, 2(83),3-3.
Toranzo, V. (2.008.)Pedagogía y arquitecturas en las escuelas primarias argentinas. Revista de Estudios y Experiencias en Educación, (13), 11
Toranzo, V. (2.008.)Pedagogía y arquitecturas en las escuelas primarias argentinas. Revista de Estudios y Experiencias en Educación, (13), 11
Escritor: Laura Alzate Flórez
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