Desarrollo Urbano

El ser humano, desde el punto de vista de la ecología humana, ha superado, a diferencia de otras especies, el nivel de subsistencia, caracterizado por la lucha por la supervivencia, para alcanzar un determinado nivel de bienestar, es decir, para adquirir una mejora de su calidad de vida.

Por eso ha ido modificando su entorno sin muchas consideraciones, hasta llegar muchas veces a dañar recursos naturales, ya que estos son fáciles de conseguir, sin pensar en las consecuencias futuras que tendrán estas acciones sobre su entorno, el medio ambiente.

Un ejemplo del colapso de una civilización hasta llegar prácticamente a su extinción lo tenemos en la isla de Pascua (Diamond 2006). La historia de la isla de Pascua es un buen aviso para nuestro planeta, ya que es un ejemplo de la dependencia de las sociedades humanas de su medio ambiente y de las consecuencias de dañarlo irreversiblemente.

Las ciudades han nacido como resultado del proceso de satisfacción de necesidades humanas, junto con la necesidad de control sobre el medio, la lucha de poder y la búsqueda del conocimiento del hombre. Este proceso tiene principalmente connotaciones demográficas y urbanísticas, pero supone una transformación ecológica importante del entorno.

Hablar de sostenibilidad urbana es bastante complicado, ya que por sí mismas las ciudades son el claro ejemplo de insostenibilidad, debido al fuerte impacto que ejercen sobre el medio ambiente. Este impacto se debe sobre todo al crecimiento que han experimentado las ciudades, sobre todo desde la revolución industrial, las cuales en el año 2006 han llegado a concentrar casi la mitad de la población mundial, y las previsiones de futuro estiman que el crecimiento todavía será más importante, y en el año 2030 llegarán a concentrar aproximadamente el 62% de la población mundial.

Las ciudades, como complejos sistemas urbanos, contribuyen a la generación de graves desequilibrios en el ámbito nacional y global, ya que constituyen grandes centros de consumo de recursos y de generación de residuos, lo que conlleva que excedan su capacidad de carga. Su crecimiento socioeconómico ha convertido insostenible y causa daños irreversibles a los sistemas que dan soporte a la vida en la Tierra.

Es muy difícil conciliar el desarrollo socioeconómico de las ciudades con la capacidad de carga de los ecosistemas que las soportan, ya que son procesos que entran en conflicto. De hecho, algunos autores piensan que las ciudades son «solamente parásitos de la biosfera. Y la única manera de resolver los problemas medioambientales que ocasionan es ver las ciudades como ecosistemas urbanos complejos e identificar las interrelaciones que existen entre los componentes del ecosistema.  Naredo señala el proceso urbanizador intensivo como el máximo exponente de la intervención o domesticación del medio por parte del hombre.

Autor: Diana Perilla