Desarrollo y crecimiento

Uno de los problemas importantes de interpretación del concepto desarrollo sostenible es provocado por una reflexión que hace el informe Brundtland que hace referencia a la necesidad de continuar con un cierto crecimiento económico para lograr el desarroll sostenible, tanto los países desarrollados como sobre todo de los países en vías de desarrollo. Esto ha provocado una lectura muchas veces puramente económica (crecimiento constante en el tiempo) y un importante desgaste semántico del concepto desarrollo sostenible.

La confusión es causada principalmente por el hecho de que desarrollo sostenible crecimiento sostenible han utilizado como sinónimos sin serlo. Si analizamos el significado de los dos términos podemos ver que, etimológicamente hablando, desarrollo significa pasar una serie de estados sucesivos, cada uno de los cuales es preparatorio del siguiente inmediato, cambiando gradualmente de un estado a otro de más perfecto, más completo, por lo que es una evolución cualitativa.

En cambio, crecimiento significa «aumento de tamaño», «ser cuantitativamente mayor». Por ello, utilizar la expresión crecimiento sostenible es una contradicción en sí misma, ya que nada físico no puede crecer indefinidamente, a menos que su tasa de crecimiento sea cero.

De este análisis anterior podemos concluir que para mejorar no es necesario crecer. Etimológicamente hablando, podemos definir el desarrollo sostenible como aquel desarrollo que se puede mantener. Desarrollo, por tanto, puede asociarse a proceso y en progreso. Daly señala: «Crecer significa aumentar naturalmente de tamaño, al añadirse Nuevos materiales por asimilación o Crecimiento. Desarrollar se ampliar o realizar las potencialidades de algo; quitar gradualmente a un estado más completo, mayor o mejor. El Crecimiento es un incremento cuantitativo en la escala física, en tanto que el Desarrollo es una mejora o despliegue cualitativa de las potencialidades.»

Este debate es muy importante, ya que el actual paradigma económico se basa en el crecimiento, mientras que la sostenibilidad lo pone en duda de manera clara y radical, cuestionándose en conjunto, tanto en el espacio como en el tiempo.

Además, las actuales pautas económicas de producción y de consumo creciente. Como dice Perroux, se confunde crecimiento económico con desarrollo con cierta frecuencia, más de lo que sería recomendable, lo que es un grave error: «No se correcta la relación consecutiva entre crecimiento y desarrollo, y más incorrecta. Aún es la creencia de que el crecimiento engendra el desarrollo, sobre todo porque el contenido de esas palabras no son stras palabras, sino 800 millones de seres víctimas de la pobreza absoluta. «(Perroux 1984)

Privilegiar el crecimiento económico como factor clave para todo proceso de desarrollo da lugar a modelos incompletos, ya que en estos casos simplemente se analiza el desarrollo en función del crecimiento económico, midiéndolo con sus indicadores e índices: Como lo han dicho desde Hace años algunos ecologistas y economistas, los sistemas de contabilidad económica tradicionales, como el PNV (Producto nacional bruto) y el PNN (producto nacional neto), son deficientes como indicadoras del bien nacional en apoyo conjunto.

En Ellos se subestiman o excluyen muchos factores de carácter no mercantil, que contribuyen de modo inconmensurable en la calidad de nuestra vida.   Ahora bien, algunos autores consideran el crecimiento económico como un hito necesaria para el desarrollo, en relación armónica siempre con la conservación del medio ambiente, lo que es consecuencia del reconocimiento de la estrecha relación que existe entre crecimiento económico y sostenibilidad medioambiental, tal como expresa J. A. Herce: «No habra Crecimiento económico sin sostenibilidad medioambiental, ni habra sostenibilidad medioambiental sin Crecimiento económico. «

Cabe destacar que un cierto crecimiento es una condición necesaria para lograr el desarrollo, considerando como referencia el principio de equidad y justicia, si tenemos en cuenta la igualdad de oportunidades para todos. Debe tenerse en cuenta que es un error priorizar el crecimiento económico y, sobre todo, priorizar el crecimiento a partir del consumo de recursos naturales, sin considerar la capacidad de los ecosistemas. El desarrollo es un proceso integral y, como tal, su concepción requiere interdisciplinariedad con una visión global.

Autor: Diana Perilla