El arte de crear sensibilidad en los niños

Al hablar de una temática particular, por lo general, asumimos posiciones para darle fundamento a la manera como percibimos aquello que nos motiva, nos causa curiosidad, nos identifica, nos indispone o simplemente nos permite interactuar. Por lo cual me permito acercarme a un tema que ha llamado mi atención en el espacio profesional y del cual deseo reflejar una postura respecto al vínculo que se puede encontrar entre el arte como medio de expresión y el niño(a) como sujeto en formación.

Buscando una definición de arte que aborde la expresión como eje fundamental de esta actividad, y que a la vez se presente de manera imparcial, opté por recurrir en primer lugar a la definición que plantea la Real Academia de la Lengua Española, que define el arte como una “manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”. A partir de esta concepción, destaco que el arte no surge de una representación objetiva de la realidad, sino que, por el contrario, fomenta la libre expresión de lo subjetivo a partir de la interacción que tienen los sujetos respecto al espacio que los rodea.

Partiendo de lo anterior, vale la pena tener presente que el concepto de arte sigue estando, en la actualidad, abierto a múltiples interpretaciones, que varían según el lugar, el contexto, la época o los intereses particulares de determinados movimientos y personas. Sin embargo, es indiscutible que este ha sido y es parte esencial de las manifestaciones culturales de la humanidad, posibilitando expresar y comunicar ideas, sentimientos y diversas percepciones, de la misma manera da paso a la expresión mediante diferentes formas que se constituyen en lenguajes visuales, sonoros, corporales y lingüísticos. Esta expresión puede reflejar y comunicar una visión particular del mundo, lo cual permite evidenciar las acciones creativas de los sujetos.

De manera que al abordar el arte y la labor que este asume en la formación y desarrollo de niños y niñas, es necesario destacar el papel que ellos cumplen como sujetos en formación, puesto que lo vinculan a sus vidas de forma natural, encontrando que es una de las maneras más elementales para expresarse, ya que es un medio para liberar emociones, sensaciones y vivencias, por ello, les permite relacionarse con los otros, especialmente con el mundo adulto, del cual, en ocasiones, se sienten ajenos. De la misma forma, permite a los niños crear una o diferentes visiones de su entorno y abrir caminos hacia la transformación de la realidad, lo cual es de gran motivación para ellos, ya que sus creaciones les pemiten jugar, cambiar y crear mundos posibles que forman parte de su imaginación y de la manera como perciben su entorno, para convertirlos en algo tangible o real.

Según la motivación que se brinde durante los primeros años de vida, se abrirá paso a la capacidad transformadora y creadora de la persona. Por lo anterior, es preciso promover espacios creativos y diseñar situaciones en las que el niño se sienta en plena libertad, y en las que tenga la comodidad y la disposición de realizar lo que se le plantea, asimilando situaciones de juego donde no se le impone sino se propone y se construye a partir de sus necesidades. El arte busca que el niño establezca armonía e integración consigo mismo y con el mundo, de la interacción en grupo se posibilitará una mayor conciencia tanto de sí como de los demás, teniendo en cuenta que todo se complementará para una buena convivencia. Dar paso a una mayor conciencia de sí mismo, de los otros y de los modos a través de los cuales se configura la convivencia humana le permitirá establecer relaciones mucho más enriquecedoras para su desarrollo.

En consecuencia, el arte en el niño es un mediador para sus formas de expresión, es la manera como manifiesta las emociones que surgen de su interacción con el mundo. Así, a quienes se les facilitan condiciones para el desarrollo de su sensibilidad son creativos y en el futuro serán capaces de hacer visible, de manera corporal, visual, sonora o plástica, todo aquello que requieran manifestar de su interior. El promover el arte en los niños abre caminos a la expresión, la cual incorporan naturalmente y en forma de juego; en muchos casos, se expresan plásticamente con mayor facilidad, siendo una actividad de la cual disfrutan enormemente por su cercanía con la acción y la lúdica. Por lo anterior, asume un papel muy importante en el desarrollo social del niño, ya que le muestra diversos medios y formas de comunicación, permitiéndole conocer las distintas maneras que tiene para relacionarse con los demás para que escoja de esta forma la que mejor responda a su personalidad y a sus requerimientos interiores.

Escritor: Carol Natalia García Campos