El desafío al que se enfrentan

Desde que un ser humano entra en la etapa de la vida en la que comienza a comprender los estereotipos de la sociedad, continuamente se enfrenta con el desafío de moldear su manera de ser al grupo social al que pertenece o desea pertenecer, y de esta manera, muchos se sienten frustrados porque no entienden que ser diferente del resto es algo natural. Hay diferencias que poseen ciertos individuos que pueden representar verdaderamente más que un problema solo de apariencia, y el cual puede comenzar desde niños, como por ejemplo el caso de Donna que argumenta:

“Tartamudeo desde que tenía nueve años. Para cuando tenía 27, tartamudeaba tanto que nunca contestaba el teléfono de la casa. Me muero de miedo porque usted me va a preguntar cómo me llamo. Voy a tener que contestarle, y el decir “Donna” se me dificulta mucho. En dos años he usado 122 veces diferentes nombres” Casos como el de Donna hace evidente que ser diferente a veces nos puede llevar a encerrarnos en nuestro propio mundo, y en algunos casos la etapa de la niñez puede enseñarnos a enfrenarnos al problema o a escondernos de los demás para no padecer la incomprensión de los que nos rodea, y esto es a consecuencias de que muchas personas solo piensan en sí mismas, y lo reflejan a diario con sus acciones, al estafar a otros, actuando agresivamente o de forma grosera con alguien que consideren inferior.

Por eso es importante que padres y maestros además de impartir conocimientos en el área correspondientes a la etapa escolar, promuevan en las jóvenes actitudes de consideración e interés por los demás que lo lleven a preguntarse ¿cómo será la vida de la persona que tartamudea o tiene algún otro impedimento?

Muchas personas argumentaran que en este siglo XXI hay mayor aceptación que antes, con respecto a las personas, y de cierta forma así es pero, ¿qué es lo que estamos aceptando? ¿Cuál es la tolerancia que se dice está presente hoy?, costumbres que antes se consideraban incorrectas hoy se ven como normal, como el caso muy sencillo de los contenidos de los programas de televisión, algunas lecturas, películas que nos presentan escenas tal vez demasiadas detalladas de asesinatos, actos pervertidos y otros, y que me llevan a preguntarme, ¿acaso ser adulto no consiste en decidir a qué tipo de influencia me voy a exponer?, o ¿simplemente acepto verlo y como adulto espero que estas imágenes impactantes con el tiempo dejen de impresionarme y así poco a poco aceptar lo que se dice que es normal?

Cuando hablamos de respeto y consideración no se pide que nos acostumbremos a algún hábito cuestionable, sino a ser flexibles cuando realmente es necesario, con aquellas personas que si lo necesitan, sin sentir lastima, y aprender a ver a toda persona sin importar que posea alguna diferencia, con identidad propia que poseen el potencia necesario para crecer y tener una vida satisfactoria.

El desafío que se nos presenta a todos en estos tiempos es a entrenar nuestra conciencia, y que la misma nos ayude a diferenciar las actitudes que necesitamos y cuáles no, para así aceptarnos a nosotros mismos y a los demás, dentro de lo respetable, y diferenciar los matices en que se nos puede presentar una idea errónea para envolvernos y llevarnos a pensar que lo bueno es malo y lo malo es bueno. Es irónico, aceptamos algunas ideas muy fácilmente, y otras son promovidas vez tras vez y las mismas no son aceptadas tan a la ligera.

Escritor: Yanismar Lopez