EL ELECTOR LATINOAMERICANO EN LA POLÍTICA CONTEMPORÁNEA

mientras que los partidos de izquierda tienen una escasa participación en el poder público. En algunas ciudades de América Latina varios mandatarios han resultado electos sin necesidad de contar con el aval de algún partido político. Por lo anterior, el propósito de este texto es analizar las consideraciones sobre el elector en las dinámicas políticas relacionadas con las elecciones y el acceso al poder en la actualidad latinoamericana. Para lograr este objetivo inicialmente se abordará el concepto de elector ligado a la noción de opinión pública.

Posteriormente se presentarán algunas consideraciones sobre las dinámicas relacionadas con el acceso al poder o su legitimación por medio de las elecciones, desde el punto de vista de quien elige. Finalmente se establecerá la importancia de tener en cuenta al elector en su propia complejidad y naturaleza, antes que imponerle una ideología o un programa de partido.

El concepto de elector está estrechamente relacionado con la noción de opinión pública, pero no entendida como “juicios colectivos fuera de la esfera del gobierno que afectan la toma de decisión política” (Price, 1994), sino en el reconocimiento de que es el elector, y finalmente la masa de electores los que deciden quién llega al poder o no. En este sentido, el comportamiento de los candidatos debe retomar las recomendaciones de Maquiavelo en “El Príncipe”, a quien reivindica Santaella (1990) cuando afirma que la imagen política debe estar adaptada y ser adaptable a lo que el pueblo estima como deseable, es decir, a la opinión pública, y también a determinadas situaciones políticas (Santaella, 1990). Por tanto, es necesario entender la concepción que tiene el elector promedio sobre la política, las ideologías y los partidos políticos, para poder tener posibilidades reales de éxito en una contienda electoral; lo que explica la razón por la cual líderes tan diversos y heterogéneos como los latinoamericanos han llegado al poder en sus respectivos países y ciudades en las últimas décadas.

Para saber cómo es el elector latinoamericano, qué busca en un candidato y si realmente le interesa la política, es preciso acudir a la práctica más que a la teoría política. Según Durán y Nieto (2006) el nuevo elector ha desmitificado el poder y ha desacralizado los símbolos, lo cual significa que “los electores libres quieren relacionarse con dirigentes humanos, que tienen también deseos, sentimientos; con gente capaz de equivocarse, reír, llorar, emocionarse. Con personas, que como ellos, se aburren con los discursos pomposos” (Durán & Nieto, 2006).

Otro aspecto relevante es que el elector latinoamericano de la actualidad está lejos de las ideologías, entre otras cosas porque la sociedad polarizada de la Guerra Fría ya no existe; y porque tanto las ideologías de izquierda, de corte marxista, y de derecha, ligadas al capitalismo, correspondían a realidades de países europeos en los que se enfrentaron por el poder los burgueses, los terratenientes y el proletariado, pero que no aplican necesariamente para el caso latinoamericano. En la actualidad, en América Latina las dinámicas políticas, sociales, económicas y culturales son tan complejas y diversas que dificultan una definición simplista entre izquierda y derecha. Al final sólo queda el individuo y sus propios intereses de consumo y bienestar.

Algo similar a lo que ocurre con las ideologías pasa en Latinoamérica con los partidos y la política. Los electores sienten que las organizaciones políticas y la política en general representan la corrupción y la codicia de un grupo particular de la sociedad. Por esta razón en varios países latinoamericanos los partidos tradicionales han perdido gran parte del poder que habían consolidado durante varias décadas. Esto explica por qué muchos candidatos cambian su discurso ideológico o de partido político. En realidad están más preocupados por entrar en sintonía con los intereses y demandas del elector, expresado en los sondeos y las encuestas de opinión pública, que en enfatizar la teoría de un partido o una ideología.

Cabe anotar que en estas nuevas dinámicas políticas los medios de comunicación masivos desempeñan un papel muy importante, pues son la fuente de información de los electores. A través de estos medios el elector conoce al ser humano que se encuentra detrás del candidato; se entera de la opinión de la mayoría; y difunde su propia visión sobre los asuntos públicos.

Para concluir se puede afirmar que el elector latinoamericano de la actualidad es un individuo con necesidades, intereses, afectos, sentimientos y preocupaciones particulares; vinculado a otros electores a través de los medios de comunicación, que busca en los líderes políticos un ser humano igual a él, prescindiendo de las ideologías y los partidos políticos, pero sin renunciar a aumentar su bienestar y mantener la libertad de consumir y expresar su forma de ver el mundo.

Bibliografía

Durán, J., & Nieto, S. (2006). Mujer, sexualidad, internet y política: los nuevos electores latinoamericanos. México: Fondo de Cultura Económica.
Price, V. (1994). La opinión pública. Barcelona: Paidos.
Santaella, M. (1990). Opinión pública e imagen política en Maquiavelo. Madrid: Alianza Editorial.

Escritor: Óscar Javier Descance Montaño