EL RETO DE ELEGIR

Muchas veces en la necesidad de cumplirle a la sociedad o a nuestros padres o por la ansiedad de encontrar estabilidad económica, elegimos una carrera profesional que poco o nada tiene que ver con nosotros mismos; para con el tiempo darnos cuenta de que la carrera elegida no nos genera prosperidad.

Y sin el ánimo de degradar ningún oficio, vemos casos de ingenieros conduciendo un taxi, administradores trabajando en corte de cabello o enfermeras intentando diseñar un vestido. Y aunque el vivir estas experiencias es una gran enseñanza la frustración parece ser algo inevitable.

Es a través de este escrito que me permito sugerirte ideas que te ayuden a elegir tu carrera y formas de ver las aparentes equivocaciones como puntos de apoyo para finalmente llegar a tu objetivo.

Al terminar nuestros estudios nos encontramos frente a dos grandes interrogantes:
1. ¿Qué me gustaría estudiar?
2. ¿Debo estudiar lo que me gusta o lo que sea rentable?

Algo relevante para resolver la primera pregunta es analizar la afinidad que se tiene hacía algo y sobre todo, aquello que nos genera agrado, gusto o placer; teniendo presente los siguientes aspectos:
 ¿Qué actividad me genera gusto y a su vez me permite verme trabajando en ella el resto de mi vida?
 ¿Cómo están mis habilidades en la labor que tanto me gusta? ¿Qué puedo hacer para mejorarlas?
 ¿La carrera que pretendo está basada en supuestos o en los pensamientos de otras personas?
 ¿Cuál es el perfil profesional de mis estudios? ¿Corresponde con mi vocación?
 ¿Esa vocación que elija, de alguna manera ayudará al mundo?
 ¿Esa elección será para mí una fuente de placer o un trabajo esclavizante y eterno?
Una vez resueltos con atención cada uno de los interrogantes anteriores resolvemos la segunda pregunta de este texto:

En mi opinión debes estudiar lo que te gusta o lo que más se acerca a lo que te gusta en tu universo de posibilidades, porque eso hará que sea rentable.

Estudia tus posibilidades económicas, cerciórate de contar con el apoyo necesario o alterna un trabajo que sirva como trampolín para encontrarte a ti mismo en tu carrera profesional.

¿QUÉ PASA CUANDO DESCONOCES TUS DONES Y POR ENDE NO SABES QUE ELEGIR?

Puedes comenzar por descubrirte y revisar que gustos y afinidades tenías desde que eras niño(a), quizás deportes, prácticas de laboratorios, exposiciones de temas, pintura, danza, literatura o cualquier aptitud que te pueda llevar a definir tu carrera.
Una vez encuentres dichas afinidades déjate llevar por esa voz en tu interior que hace que experimentes pasión solo con imaginar tu trabajo. La pasión por esa tarea es un perfecto indicador y es a través de ello que llegará la recompensa económica.
Siempre tendrás influencias externas, por ejemplo, intentar lo que hizo tu mejor amiga porque a ella le fue bien o montar un negocio con iguales características a un vecino que se hizo millonario. Sin embargo descubrirás que no todos los seres humanos están hechos para lo mismo. Que tú tienes tus propios dones.

La vocación es directamente proporcional al amor que sientes por algo, a un mundo de sueños guardados en tu propio ser, a una vibración propia, a una autenticidad, pues así otra persona estudie lo mismo que tú, tiene otro sentir y una experiencia que no se puede comparar con la tuya aunque haya muchas similitudes.

Veamos un ejemplo de la vida real, común en nuestro país: una estudiante estrato dos se gradúa de su colegio con muchas dificultades. Simultáneamente con sus estudios ella ha apoyado a su familia trabajando en la plaza de mercado. Y para completar no tiene claro que es lo que anhela a parte de su cotidianidad ¿Cómo podría ella aspirar a una carrera profesional o descubrir su real vocación?

Observándose. En nuestro ejemplo, a la chica en cuestión le agrada vender en el mostrador y manejar proveedores. Y ante la pregunta ¿Qué labor realizaría gratis? ¿Qué le apasiona realmente? Ella responde: dibujar. Y así puede concluir que sería una excelente diseñadora gráfica o algo similar y pasaría a revisar los “cómos” de la situación.

Para concluir, lo importante del reto de elegir es ser conscientes de que podemos hacerlo una y mil veces siempre y cuando entendamos esa elección sin juzgarnos, viviéndola como un camino abierto a otras posibilidades, como un descubrimiento constante de nuestros talentos para afrontar la vida, como si todos los pasos dados de una u otra manera fueran perfectos.

Escritor: Sandra Liliana Cervera Teherán.