EL SIGLO XVIII

El fallecimiento del último Rey Hasburgo desencadeno la guerra civil en España. Después de 13 años de enfrentamientos militares, las familias reinantes europeas resolvieron acordar la paz de Utrecht (1713) y aceptar la coronación de una rama de los borbones. A cambio los nuevos reyes españoles abandonaron sus reinos en el Viejo Mundo y terminaron con el monopolio comercial: el comercio ingles y el de otras potencias europeas se abría paso en el Nuevo Mundo. Los borbones franceses reorganizaron, vía reformas, los espacios de dominación de la monarquía hispana. La Península e Hispanoamérica convergieron en un proceso de reorganización estructural cuyo objetivo fue su modernización burocrática y la rentabilidad de la corona española.

Las reformas borbónicas transformaron las relaciones entre la Península e Hispanoamérica, la paridad entre reinos peninsulares y ultramarinos era indiscutible en los siglos XVI y XVII. En el siglo XVIII los borbones realizaron una segunda conquista del Nuevo Mundo, a partir de ese siglo serian vistas como colonias y fue definido su rol dentro de la monarquía española.

En relación con lo último, las colonias debían aportar todo tipo de recursos, especialmente los económicos, para el engrandecimiento de la Metrópoli. Rentabilizar significaría aumentar la presión fiscal, carga tributaria, sobre la población indígena y sobre otros grupos étnicos. La consecuencia del reformismo borbónico en materia económica fue el estallido de movimientos anticoloniales, los que finalmente terminarían por plantear la ruptura política, independencia, entre Hispanoamérica y la Metrópoli.

 LOS MOVIMIENTOS ANTICOLONIALES
hasta los que plantearon cambios en el sistema social y rupturas entre las colonias americanas y la Metrópoli. El virreinato del Perú fue sacudido por casi un centenar de movimientos anticoloniales . Es posible que otros espacios coloniales, como el de Nueva España, también fueron atravesados por el mismo espiral pero aun están por realizarse las investigaciones respectivas.

Los movimientos anticoloniales de mayor trascendencia fueron la rebelión de Juan Santos Atahualpa Apu Inca Huayna Cápac (1742) y la revolución de José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru II (1780). La primera se desarrollo en la selva, apoyado por la población aborigen del lugar, proclamo la restauración del Imperio de los Incas, sembrando el temor entre las autoridades y sociedad colonial. fue efímera. Los líderes de los últimos se limitaron a desalojar a los evangelizadores de la zona, el modo de vida occidental trastoco el orden social. Las fuerzas realistas no entablaron batalla con los rebeldes, quienes al poseer conocimientos de su territorio se dispersaban cada vez que ejércitos punitivos llegaban a hacerles frente.

La rebelión y el temor que despertó fue extinguiéndose progresivamente pero no las imágenes sobre los Señores del Cusco. El legado de los Incas era un asunto de interés para los criollos, quienes a través de la compra de títulos nobiliarios se convirtieron en herederos de los “Antiguos Señores de la Tierra”. Añadamos que los tribunales de la época ocuparon gran parte de su tiempo en litigios sobre cacicazgos y determinación legitima de caciques. Los llamados “caciques intrusos” contribuyeron al rescate de la memoria de los Incas y su continuidad en el recuerdo colectivo de la población indígena.

La restauración del Imperio encontró su correlato en el Mito de Inkarri, mito forjado en los últimos momentos de la conquista del siglo XVI y con los últimos Incas de Vilcabamba. El retorno de la cabeza al cuerpo del Inca decapitado pareció estar próxima si consideramos que el año de los 3 sietes (1777, año del fin del mundo) era un asunto de preocupación para las autoridades, de origen peninsular y criollo, de la administración virreinal.

El siglo XVIII marco el inicio de la recuperación demográfica de la población indígena pero cabe señalar que contingentes de castas, poblaciones no indígenas, fueron consideradas como tales, así se amplió el número de contribuyentes y porque no el numero de desafectos al Rey de España y de sus reformas. Memoria, recuerdos colectivos, exacciones fiscales y un gran número de desafectos a las reformas borbónicas, convergieron en la revolución de Túpac Amaru II, síntesis de todos los movimientos anticoloniales del siglo XVIII.

Túpac Amaru II, descendiente de Túpac Amaru I, el Inca decapitado por el virrey Francisco Toledo, inicio su movimiento ajusticiando al símbolo de toda la dominación colonial, el Corregidor. Al igual que Juan Santos Atahualpa, proclamo la restauración del Imperio de los Incas pero fiel a la lectura de los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega. Acompañaron a esa proclamación la eliminación de los repartos de efectos, supresión de la mita, libertad de los negros esclavos, entre otras medidas.

Túpac Amaru II encendió la chispa de la revolución en otros espacios de América del Sur. Las conexiones entre los mismos aun no han sido determinadas. Los tupamaros, movimiento terrorista de Uruguay, reivindica la figura de José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru II como revolucionario continental. Indígenas del lado de Túpac Amaru II y del lado de los realistas tiñeron de sangre los campos de batalla. El Brigadier General Mateo García Pumacahua, cacique de Chincheros y cuya hija fue aceptada en el Monasterio, algo así como una bendición del Rey, se encargo de derrotar al indio rebelde y con él al proyecto protonacionalista de fines del siglo XVIII.La independencia visionada por Túpac Amaru II era de carácter regional no nacional, abarco el sur andino, unidad geográfica y económica, eje minero dinamizador del comercio y ciudades y área de constantes movimientos anticoloniales.

LA ILUSTRACIÓN
Las 3 últimas décadas del siglo XVIII fueron fructíferas para el desarrollo de las ideas ilustradas en el Nuevo Mundo. La apertura de espacios de socialización para el nacimiento de la opinión pública moderna y para la interiorización del vocabulario político fue acompañada por el apoyo de las autoridades coloniales para la publicación de periódicos ilustrados. 1793), diario que informo sobre la Revolución Francesa (1789). El objetivo fue controlar las informaciones que sobre el suceso llegaban desde el Viejo Mundo, motivo de preocupación para los monarcas españoles que ya encontraban cuestionada su autoridad en la América Hispánica. La revolución colocaba en jaque a todas las monarquías en Europa.

1795) fue el más importante de todos los periódicos ilustrados e Hipólito Unanue su principal animador . La trascendencia del Mercurio será materia de otro ensayo. . Lo mas difícil era construir la idea de nación en el Perú considerando que el proyecto protonacional que encabezo Túpac Amaru II fue vencido por españoles y criollos que a fines del siglo XVIII e inicios del siglo XIX conspiraban a favor de la Independencia, la cual dependencia para su triunfo del grueso de la población indígena. Población expoliada, considerada en minoría de edad, analfabeta, dispersa espacialmente y sometida a distintas condiciones de subordinación en el orden colonial. Imaginemos, si cabe, a indígenas conversando de libertad e independencia mientras son conducidos a fuerza a cumplir con la mita de Potosí.

Una galleta inofensiva pero sugerentemente bautizada como “revolución caliente” era comercializada en las calles de la capital virreinal. Los pregoneros, humildes comerciantes, fueron los responsables de causar zozobra e incertidumbre ante la posibilidad de una cercana revolución independentista, revolución que generaba fundados miedos en todos los niveles del conjunto societal por el inminente advenimiento de un nuevo régimen político.

EPILOGO: INDEPENDENCIA A LA VISTA
Pierre Chaunu sostiene que hubieron 2 momentos para la independencia del Perú, uno temprano y otro tarde. El primero se ubica a inicios del siglo XVIII y es consecuencia del vacío de poder que ocasiona la guerra de sucesión real española. El segundo ocurrió en 1860 y esta referido a la proyección de los Estados Unidos sobre Sudamérica. En relación con el primer momento diríamos que la abolición del monopolio comercial elimino el predominio que los grandes comerciantes del Callao ejercieron sobre el resto de los dominios hispanos en América del Sur. La apertura de puertos en zonas marginales, como en Caracas y Buenos Aires, que por su ubicación geográfica se comunicaban directamente con Inglaterra, favorecieron el surgimiento de nuevas elites que miraban con beneplácito la independencia de América Hispánica y desde los primeros años del siglo XIX concentrarían esfuerzos por realizarla.

El siglo XVIII gesto las contradicciones que explosionaron los movimientos independentistas pero no generaron condiciones para la ruptura del orden colonial a nivel social, el cual fue mantenido y reforzado a través de estructuras mentales, que traducidas en cuestiones legales y económicas contribuyeron en el Perú a forjar una republica sin ciudadanos ni ciudadanía.

Escritor: ADOLFO TANTALEAN