FORMACIÒN EN LA GESTIÒN DEL CAPITAL HUMANO: UNA OPCIÒN PARA LA COMPETITIVIDAD DE LA UNIVERSIDAD

Actualmente las universidades se preocupan por fomentar programas que formen profesionales con perfil de administradores educativos, respondiendo a la necesidad global de brindar la adecuada competencia y sostenibilidad económica para desempeñarse en el ámbito laboral; es por esta razón que el término capital humano ha tomado gran relevancia en las últimas décadas, pues se ha reconocido el papel que juega el conocimiento en la economía actual; sin embargo, éste se ha evidenciado en gran parte en empresas del sector administrativo más no en el educativo.

Tras esta situación, se ha generado la necesidad de incorporar en el sector académico la administración del capital humano, debido a que las instituciones educativas deben ser vistas entre otros, como generadoras y organizadoras del conocimiento. Como bien lo afirma Fermoso (1997), las características del capital humano se definen por aspectos como, el no ser transferible, ir inmerso en el sujeto que lo posee, ninguna persona puede despojar a otra de su capital intelectual, existe mientras la persona viva, y por último, se adquiere principalmente en la etapa de juventud del sujeto.

Con base en las anteriores características, el autor destaca que el capital humano se mantiene en tanto tenga vida quien lo posee, en un proceso de enseñanza-aprendizaje que por lo general se da en la juventud y del cual puede ser transmitido de uno a otro. Ahora bien, considera además, que el capital humano se puede devaluar debido a que las habilidades y destrezas no sean acordes con la época, específicamente con el desarrollo tecnológico.

La producción de capital humano está tomando mayor relevancia que el capital productivo, la creación de bienes manufactureros no están originando la misma ganancia que la propiedad intelectual, los derechos de autor, las patentes y demás formas de producción de conocimiento, están generando nuevas formas de ganancia y rendimiento económico. En la dinámica mundial actual, el conocimiento es un factor relevante de poder y riqueza, la propiedad intelectual posee un valor que no se le había dado en épocas pasadas, de allí que las universidades como productoras de conocimiento se vean en la necesidad de organizar y manejar de manera eficaz y eficiente sus intangibles.

Por esta razón, la universidad y grupos de investigación, se encuentran en la etapa de asegurar su capital intelectual, ello implica como primera medida organizar de manera efectiva y eficaz el manejo del conocimiento, en segunda medida proteger su producción académica y por último pero no menos importante, incentivar espacios para la producción y dirección del conocimiento. Del mismo modo, Agudelo (2006) afirma:

“Nuestro mundo se globaliza cada día más y la universidad actual si desea ser competitiva de forma sostenida en el tiempo, debe lanzarse a la conquista de la internacionalización, alineándose con su visión estratégica a largo plazo, protegiendo el conocimiento, y valorando el capital intelectual, por ello deberá identificar, crear, almacenar, compartir y utilizar de forma eficiente el conocimiento individual y colectivo de sus directivos, profesores, funcionarios, trabajadores en general y estudiantes(…) debe dejar atrás modelos jerárquicos de dirección, de carácter militar, pensados para rutinas y lanzarse a modelos de dirección matriciales o en redes para permitir el cambio y para innovar” (Agudelo, 2006. Pág. 58)

La universidad entonces debe propender por la formación en gestión del capital humano, pues como productora de conocimiento, la dirección que le dé a éste, será el camino para permanecer y generar nuevas formas de relación con el mundo. Es por eso que la formación en gestión de intangibles es un medio que permite mantener la competitividad del claustro en la sociedad del conocimiento.

Abrir las puertas a la administración de intangibles es dar respuesta tal como lo afirma Agudelo (2006) a esa nueva economía basada en la generación y aplicación del conocimiento, la cual llega con altos requerimientos en la capacidad de realizar adecuada gerencia de los recursos humanos que posee una organización, dado que se busca responder a las necesidades y cambios que implican este nuevo paradigma del conocimiento que se está demandando.

BIBLIOGRAFIA

AGUDELO, M. (2006). La Universidad como organización del conocimiento .Itinerantes, 4, 51-63. Obtenido el 19 de febrero de 2013 en http://www.rhela.rudecolombia.edu.co/index.php/itin/article/viewFile/189/189

FERMOSO, P. (1997). Manual de economía de la educación, Narcea. S.A. de ediciones. Madrid.

Escritor: Lilian Johanna Galindo Rodríguez