Formas farmaceuticas

En el presente escrito quiero referirme a las formas farmacéuticas, mencionando las de mayor uso.

Empezaré por mostrar brevemente en que momentos el ser humano necesita hacer uso de las mismas…
El ser humano es una máquina realmente compleja, maravillosa y milagrosa que funciona como un todo, como un equipo integrado por millones de células, tejidos, órganos y sistemas perfectamente sincronizados que se apoyan simultáneamente con el fin de mantener la llamada homeóstasis, condiciones internas del organismo que él mismo mantiene constantes para mantener la vida.
Eventualmente por un mantenimiento inadecuado por parte de cada uno de nosotros, se rompe dicha homeostasis, originando lo que llamamos enfermedad que puede ser leve, moderada, crítica dependiendo del riesgo de muerte a que sea expuesta nuestra vida. Dicha enfermedad es una manifestación del organismo, el cual emite una señal de alerta, un aviso de que algo no está funcionando apropiadamente.
Luego de que el médico nos dictamina según el resultado de exámenes de laboratorio el origen o causa del desorden o anormalidad, el mismo médico nos indica que necesitamos de un principio activo, que es el compuesto químico que puede actuar en un sitio de acción específico dentro del organismo para lograr que se restablezca el funcionamiento normal de una célula, un tejido ó un sistema.
El principio activo es transportado hasta el sitio de acción a través de un vehículo o forma farmacéutica, es decir el medicamento que usualmente nos formula el médico, esta formado por el principio activo y unos excipientes que forman el vehículo ó forma farmacéutica, siendo el principio activo el que ejerce una acción farmacológica generando un efecto terapéutico en el paciente es decir, el paciente sentirá mejoría.

Las diferentes formas farmacéuticas fueron diseñadas de acuerdo a las diferentes circunstancias que puede estar atravesando el paciente y dependen en primera instancia de la velocidad con que se requiera que se presente el efecto terapéutico, es decir, la rapidez con que el paciente necesita sentir el alivio.

Las formas farmacéuticas de efecto más rápido son los inyectables de tipo intravenoso ya que se aplican directamente a la sangre, seguida de los inyectables de tipo intramuscular que son aplicadas en el tejido adiposo y de allí empiezan a ser absorbidas al torrente sanguíneo por los procesos internos normales del organismo.

Cabe aclarar que algunos medicamentos no requieren ingresar al torrente sanguíneo para que el paciente evidencie el efecto terapéutico esperado como es el caso de los medicamentos de uso tópico, es decir, su acción se ejerce a nivel de la piel o del cuero cabelludo. También tenemos como sitios de acción localizada: vaginal, uretral, anal, ótico, nasal.

Pero si nos referimos a acción de tipo sistémico entonces se requiere que el principio activo alcance el torrente sanguíneo.

Continuando con la velocidad en que el paciente va a sentir el efecto terapéutico esperado, luego de las formas farmacéuticas inyectables, tanto vía intravenosa como vía intramuscular, tenemos las formas farmacéuticas de aplicación vía oral, es decir, tomados o ingeridos a través de la boca: soluciones orales, jarabes, suspensiones, polvos, tabletas, grageas y cápsulas.
En estas formas farmacéuticas la rapidez con que el paciente va a sentir el efecto esta directamente relacionada con el estado de disolución del principio activo en dicha forma farmacéutica: en una solución o jarabe el principio activo esta disuelto entonces es más rápidamente absorbido a través del intestino delgado…. A diferencia de las suspensiones, donde el principio activo esta “suspendido” y hasta que no se disuelva no puede ser absorbido…en este punto es necesario aclarar la diferencia entre los términos “disuelto” y “suspendido”, en el primer caso la distribución del soluto o principio activo en el solvente (el de mayor uso en la industria farmacéutica es el agua) es a nivel molecular: el solvente se observa transparente ó translúcido, es decir el soluto no se ve; y en el segundo caso el soluto se distribuye en el solvente a nivel de partícula y por este motivo el solvente se ve opaco porque las partículas están distribuidas en el solvente, es importante anotar que por efecto de la fuerza de la gravedad estas partículas por reposo se sedimentan en el fondo del envase, motivo por el cual debe agitarse muy bien antes de tomar la porción de suspensión formulada por el médico en cada toma.

Si continuamos en orden decreciente de rapidez para presentar el efecto deseado seguimos con las cápsulas (que pueden ser duras: contienen un polvo ó unos gránulos y pueden ser blandas: usualmente contienen un líquido aceitoso) compuestas por gelatina, que es soluble en agua, por lo tanto, una vez disuelta la cápsula en el líquido gástrico se libera el contenido de la cápsula que contiene el principio activo y una vez disuelto se absorbe a través del intestino delgado. Luego tenemos las tabletas en las cuales tenemos que considerar varios pasos para lograr la disolución y absorción del principio activo: desintegración es el paso de tableta a gránulos, disgregación es el paso de gránulos a partículas, luego ocurre la disolución que como se aclaro en el párrafo anterior es la distribución del soluto en el solvente a nivel molecular. Y finalmente cuando hablamos de una gragea (tableta+recubrimiento usualmente a base a azúcar que le da forma de lenteja) tenemos que considerar un paso adicional que es la disolución o caída de la capa que lleva la tableta y los demás pasos que acabo de anotar y que sufre la tableta.

De esta manera hemos mencionado varias formas farmacéuticas, hasta aquí nos hemos referido a las vías de aplicación inyectable y vía oral.

Si nos referimos a la vía tópica, tendríamos que mencionar otras formas farmacéuticas como lociones, cremas, geles, soluciones, etc

A través de cada una de estas formas farmacéuticas se logra llevar hasta el sitio de acción requerido el principio activo que va a respaldar al organismo en el proceso de restaurar el normal funcionamiento y volver a ese medio con características internas constantes que permiten mantener la vida normal del ser humano.

Por: Ana Gladys Torres Jara