FRAGMENTO DE LA OBRA: EL MUNDO DE JULIÁN

Relato de fácil lectura y comprensión creado expresamente para trabajar conceptos básicos, como son la autonomía y las AVDS (actividades de la vida diaria), con personas con discapacidad intelectual leve-moderada; de ahí las redundancias, las extensas explicaciones y los constantes ejemplos.

Julián se despierta cada mañana para ir a trabajar, tal y como hace el resto de las personas mayores. Al principio, cuando suena el despertador, piensa en quedarse un rato más en la cama pero se levanta a su hora porque él es responsable y le gusta llegar a su centro de trabajo con puntualidad. En general, todos debemos ser puntuales, sobre todo cuando vamos a trabajar; pensemos en qué sucedería si no lo fuésemos… Por ejemplo, si el conductor de nuestro autobús se quedase en casa en lugar de llevarnos donde queremos ir, o si el panadero dejara de hacer pan porque le diera pereza.

Julián sabe lo importante que es la higiene, así que se ducha todos los días tal y como le han enseñado porque quiere estar bien limpio, también se afeita para no tener un aspecto descuidado. A veces le ayudan a escoger la ropa que ha de ponerse, es presumido y le gusta vestir arreglado.

Uno de los días más especiales para Julián es el de su cumpleaños, no sólo porque los demás le felicitan y están pendiente de él, que le encanta, sino porque su tía le suele regalar algo de ropa; Julián la estrena con entusiasmo y mucho cuidado para no estropearla pues quiere que le dure mucho. La última vez le regaló un jersey gris y blanco, el cual le encantó por lo que Julián decidió que iba a ser, a partir de ese momento, su jersey favorito.

Tras desayunar Julián se cepilla los dientes, procura cepillarlos con entusiasmo porque no le gusta ir al dentista y, aunque a veces tiene que hacerlo para mantener su dentadura sana, si se cepilla muy bien evitará que le salgan caries. En una ocasión, un compañero le contó que por no cepillar sus dientes todos los días le habían tenido que sacar dos muelas y le había dolido mucho.

Todo nuestro cuerpo es importante porque cada una de sus partes cumple una función determinada; la dentadura, por ejemplo, hace posible que podamos masticar cosas ricas y duras como son las cortezas, el chocolate, las tostadas… Si no cuidamos nuestros dientes y nos quedamos sin ellos, tendremos que dejar de comer alimentos que nos gustan.

2Julián sabe que debe tener su habitación ordenada, por lo que antes de irse a trabajar, hace su cama, la ropa limpia la deja doblada en el armario y la sucia para lavar. Es agradable sentir que estamos limpios y oler bien; aunque nos duchemos, si nos ponemos ropa sucia de nuevo, nuestro olor resultará incómodo para los demás y puede hacer que prefieran no acercarse a nosotros. A Julián no le gusta el mal olor, así que él tampoco quiere oler así.

Cada mañana, al levantarse, Julián se alegra de tener ya preparada desde la noche anterior la ropa que va a ponerse, así no pierde tiempo en vestirse y no se arriesga a dejar el armario descolocado al decidir; algunas noches le da pereza dejar la ropa preparada, pero al día siguiente, cada mañana, se alegra de haberlo hecho.

Durante el invierno, aunque a veces pasa un poco de calor en el autobús, procura ir abrigado para no coger frío; el invierno anterior, a pesar de que los demás le advirtieron que podía caer enfermo, se empeñó en no ponerse su abrigo y pilló un resfriado que le obligó a quedarse en la cama con el cuerpo dolorido; además, tenía tan irritada la garganta que sólo pudo tomar sopa caliente durante varios días, ¡con lo que le gusta a él comer un buen filete!

Como normalmente sí que se abriga y procura no enfriarse, no suele enfermar aunque en la calle haga mucho frío; incluso algunas navidades en las que ha nevado bastante, entre varios amigos han hecho muñecos de nieve casi del tamaño de una persona y le han puesto adornos. Un año le pusieron botones como si fueran ojos, la nariz y la boca, y a lo largo del cuerpo, como si llevara una chaqueta abrochada.

Otro año lo adornaron con verduras y hortalizas, estaba graciosísimo y se partían de la risa: tomates en lugar de ojos, una zanahoria como nariz, la cáscara de un plátano en la boca y varias cáscaras de nuez en lugar de los botones de la chaqueta. Julián se planteó ponerle su bufanda al muñeco pero pensó que el muñeco no la necesitaba tanto como él y decidió quedársela y sentirse calientito.

AUTORA: Mº DEL CARMEN CRIADO BUSTOS