RESEÑA RICOEUR

Documento de estudio: RICOEUR, Paúl. Sexto estudio: El sí y la identidad narrativa. En: Si mismo como otro.  Siglo XXI editores. Madrid, 1996.

 Cuando un hombre comete un acto fuera de lo que podría llamar su marco común de acción, por ejemplo, asesinar a un ser querido o dar un espectáculo en una reunión por causa del alcohol, se hace posteriormente una pregunta reflexiva: ¿Qué he hecho?, es decir, cuestiona la naturaleza de sus actos y de forma consecuente su sí: ¿Este soy yo?; en suma, trata de elaborar una comprensión de lo que hasta ese instante era su identidad y lo que aparece como conflictivo por causa de lo acontecido.

Así, ese actor que se asume como referente, busca encontrar una explicación – digamos un encadenamiento lógico – a la relación entre las acciones inscritas en un tiempo y espacio pasado y las presentes (que han sucedido recientemente y están sucediendo); para ello, requiere de forma necesaria integrar el problema en una narración, poner los acontecimientos a disposición de una o diversas historias, bien sea ante un juez, un amigo o ante su propio ser, y será desde ahí que posiblemente pueda interpretar y situar su conflicto.

 Desde este ejemplo se desprende el objetivo del trabajo de Paúl Ricoeur en el sexto estudio: demostrar la manera en que la constitución del sí es susceptible de ser evidenciada en la identidad narrativa, la cual se define desde la dialéctica mismidad – ipseidad dentro del marco temporal del relato. Como tal, el análisis estará encaminado a definir de manera clara las relaciones entre cada uno de los conceptos, entre trama, personaje, acción, identidad narrativa, identidad personal, tiempo, adscripción de la acción, imputación moral.

 -La trama de un relato se configura desde la tensión entre lo continuo y lo discontinuo de las acciones, adquiriendo una cierta estabilidad en virtud de una configuración específica, que en el lapso temporal narrado da cuenta de la necesidad. Desde allí se dirige el cuestionamiento al ¿quién actúa tales acciones?, duda que hace emerger la figura del personaje, quien adquiere valor en tanto su constitución resulta de la manera en que escoge y enlaza los acontecimientos de la trama en diferentes acciones, relaciones, roles y posibilidades. Así, se establece una  relación entre los hechos que han llenado su vida y la hacen única, y el azar de la incidencia de estos mismos en el transcurso de la vida narrada, lo que concluye en una búsqueda final de sentido, que no es otra sino la confirmación de su identidad narrativa, cuestión definitiva que expresa la dialéctica ipseidad – mismidad, ligada a la permanencia en el tiempo (del relato).

 Esta identidad no es ni estable, ni única, ya que encuentra en la ficción diferentes formas de manifestación, la mismidad e ipseidad tienen expresiones límite en diversos marcos de acción-personaje, ligadas a consecuencias concretas.  Por ejemplo, el autor no concibe el hecho que la ficción científica intente omitir las condiciones corporal y terrenal en pro de llegar al sueño científico del dominio del sujeto despojado de toda materialidad, dado que en la identidad inexistente no habría un sujeto de imputabilidad de la acción.

 De esta caracterización se deduce, como en la configuración del relato la identidad narrativa aparece de un cierto modo, o sea se presenta dentro de una lógica concreta que indica aquello a lo que el sí da mayor relevancia, y de la manera en que pretende ser apreciado, en fin, de la intencionalidad y sentido inherente al acto configurador.  Por tal razón es que el relato ficcional sólo pasa a la escala de una vida cuando se atiende al campo práctico definido en el relato, o sea, cuando se devela la disposición de las acciones y sus conexiones desde las reglas constitutivas del sentido que lo rigen. En esta medida, las conexiones del relato sólo se comprenden en tanto conexiones con la vida desde la mediación del otro, desde la comprensión que de la misma asumen otros agentes, pues la lógica no es otra cosa que la relación particular de sentido en la que el otro determina la interpretación.

 El campo práctico objeto de análisis está constituido por una doble determinación que subyace a la definición de la vida humana como unidad y de forma equivalente a la configuración narrativa, se trata de un doble movimiento de intercambio entre la indeterminación en el horizonte de los ideales y la determinación en la sucesión de las prácticas. En consecuencia, la especificidad de una identidad que va del relato ficcional a la vida tiene como lugar de constitución la dialéctica del ipse- idem, deja ser la afirmación de una mismidad en el tiempo para contemplar las constantes variaciones. Lo anterior afirma una necesaria correspondencia, una vital y provechosa correlación entre la vida y la ficción; el relato se inserta en  las dos  esferas y posibilita la reflexión, la constitución de sí y su existencia, la construcción de un proyecto vital en el que interviene lo otro, lo posible, lo variable,  lo discontinuo, inestable, lo diverso.

 Por último, debe señalarse que todo mantenimiento de si, es decir todo elemento de ipseidad, es necesariamente una prefiguración de las posibilidades de acción, en tanto organiza un conjunto de enlaces y encadenamientos que determinan la imputabilidad de una acción a tal o cual personaje. De esta manera,  toda narración por su elemento ficcional contenido en el modo de enlazar los hechos es por comparación un ejercicio en el que se encuentran una serie de valoraciones y apreciaciones. A esta apreciación no escapan ningún tipo de relato, ni los historiográficos, ni los ficcionales.

 Los conceptos expuestos en la lectura del capítulo, aportan para el ejercicio investigativo, en el marco de la relación lenguaje – ética y creación de subjetividad, los siguientes elementos:

 ü  Asumir los relatos producidos por una población o comunidad especifica como la revelación indicial de una experiencia, en el doble sentido de una organización particular de los acontecimientos, hechos o situaciones y una interpretación de otras relaciones posibles.

ü  El sujeto que aparece en el relato, la identidad que se hace manifiesta y susceptible de ser reconocida no será asumida como el fundamento ultimo y acabado del sí, ya que la identidad es una construcción.

ü  El autor ofrece la posibilidad de establecer una posible vida de reconocimiento, configuración y  confrontación de la identidad personal de un sujeto lector con múltiples posibilidades de desarrollo de las identidades personales narradas en la literatura.

Escritor: Lucia Nova