Historia del desarrollo urbano de la localidad de los Mártires

La Localidad de Los Mártires, ubicada en el centro de Bogotá, limita, al norte, con la localidad de Teusaquillo; al sur, con la de Antonio Nariño; al oriente, con la de Santa Fe y al occidente, con la de Puente Aranda. La plaza que le da nombre está ubicada sobre la avenida Caracas entre calles 10 y 11. En ese lugar fueron fusilados algunos de los luchadores de la independencia. Como resultado de una ordenanza para construir un monumento en su honor, fue erigido un obelisco en el que se inscribieron los nombres de los caudillos junto con la inscripción: “dulce y decoroso es morir por la patria”, escrita en latín.

El 20 de julio de 1889 los habitantes del barrio La Favorita sintieron por primera vez el estruendo del tren. Sin embargo no fue el ruido de la locomotora lo que por poco los ensordece, sino el ruido de la industrialización que entraba a toda máquina por la Estación de la Sabana a Bogotá y que transformaría para siempre su ´paisaje. Para esa época, por dicha estación entraron tanto migrantes, generalmente venidos de poblaciones de Cundinamarca, Boyacá y Santander, como productos agrícolas de estas mismas regiones y mercancías llegadas del exterior; y salieron café, y más tarde, productos como harina, chocolate y pastas, entre otros. A su alrededor, entonces, empezaron a aparecer, hoteles, cafés y sitios de entretenimiento, destinados a los recién llegados; así como bodegas, talleres y fábricas asentados allí por la facilidad que el ferrocarril daba para traer insumos y despachar mercancías terminadas.

Nacieron entonces el Hotel de la Sabana, el cual aún permanece en servicio, el Hotel Peraza instalado en el edificio homónimo (1921) y El Teatro San Jorge (1938) y fábricas como Chocolates Cruz Roja, Fabrica de Pastas el Gallo y Molinos El lobo. Sin embargo la presencia de la Estación de la sabana fue apenas una de las condiciones para que la industria y el comercio aparecieran en Los Mártires. Es posible incluso afirmar que es un factor secundario.

La crisis del capitalismo de los años 30 sumada a la acumulación de capital obtenido por el comercio de oro, tabaco y principalmente café, son las razones de fondo por las cuales una burguesía local pudo afianzarse y posteriormente fundar industria. El mercado nacional, libre de la oferta de los países industrializados, demasiado ocupados con la segunda guerra mundial para competir, se abrió a la nueva clase, que estaba en condición de adquirir maquinaria. Además, los sistemas de comunicación, que en principio buscaban beneficiar a los países capitalistas, se adaptaron para la comercialización de los productos en el mercado nacional.

Para 1940 las pequeñas fábricas fundadas al iniciar los años 20 eran ya prósperas industrias. Un caso particular de esta situación es el de Chocolates Cruz Roja, fábrica fundada en 1923, la cual, pronto devoró a sus competidores locales. En 1929 se mudó de sede y de nombre, y tomó el de Compañía Nacional de Chocolates. En el año de 1957, frente a sus instalaciones, se trasladó la Plaza de mercado de la Concepción y con ella, la suciedad, el desorden y la delincuencia. En poco tiempo lo haría también el transporte. En 1975 las instalaciones originales del gigante de los chocolates se convirtieron en un complejo de bodegas, que tomó el nombre de Centro Comercial Plaza España, desde entonces esta edificación no ha recibido el mantenimiento adecuado y su deterioro es evidente. Parecido destino tomaron otras fábricas nacidas por la influencia de los ferrocarriles, las cuales, una vez se hicieron grandes industrias, se trasladaron de la zona y en ocasiones abandonaron sus edificios originales.

Los migrantes que llegaban a la zona de Los Mártires dejaron de hacerlo en tren, para llegar en bus, a partir de 1960, cuando la localidad ha sido ya deformada por la violenta jornada del nueve de abril de 1948. Pero no solo el medio de locomoción de los recién llegados a Bogotá cambió, fue también distinta la causa de la migración. El periodo conocido como La Violencia, trajo a la ciudad una masa de gentes sin oportunidades, que arribó a las sucias calles de la Plaza España, a la fecha, también improvisado terminal de buses.

Con este panorama no es difícil pensar que el prestigio de la zona se viniera abajo y decayera el comercio. Los sectores, como el de hotelería y finca raíz, que optaron por adaptarse a las nuevas condiciones, ofrecieron precios más económicos pero esto acarreó una degradación de la zona en la que se ubicaban, puesto que el negocio no generaba suficientes utilidades para invertir en el mantenimiento de inmuebles y esto a su vez hacía que la zona se desvalorizara aún más y atrajera peor clientela.

Este proceso, ligado a la aparición del tráfico de estupefacientes, a partir de los años setenta y ochenta, terminó por expulsar definitivamente a habitantes tradicionales en ciertas zonas. En el caso de zonas no directamente afectadas por la presencia de expendios de droga, los establecimientos que satelizaban este negocio y el tránsito continuo de indigentes hacia tales lugares crearon un paisaje que generaba inseguridad, lo cual redundó, como un efecto reflejo, en su continua degradación. Por último, otro de los factores que agravó el conjunto fue el abandono del Estado con respecto a los bienes de interés cultural y edificios declarados patrimonio nacional, ya que debido a la falta de mantenimiento de los mismos, y de seguridad a su alrededor, estos se convirtieron en los principales focos de delincuencia.

Bibliografía:

Cardeño, F. (2007). Historia del desarrollo urbano de Bogota (Localidad de Los Mártires) . Bogotá D.C. : Alcaldía Mayor de Bogotá.
Gomez Pineda Rodrigo et al. (2007). Compañía de chocolates Cruz Roja, el caso particular de una costumbre santafereña. Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá.
Tirado Mejía, Á. (1998). Introducción a la historia económica de Colombia. Bogotá: El Áncora editores.

Escritor: Ángela Martínez Ruiz