INCIDENCIA E IMPACTO DE LA CRISIS PARA LA INMIGRACION EN ESPAÑA Y CATALUÑA

En tiempos de crisis económica un importante elemento a considerar es la movilidad laboral, tanto horizontal (entre sectores) como vertical (entre categorías). En este sentido destaca la capacidad para la movilidad de los extranjeros, lo cual ya se conocía antes de la crisis y la pobre movilidad del mercado laboral español. La Comisión Europea ha señalado la importancia de incrementar la movilidad en el mercado laboral español como factor clave para la salida de la crisis, por tanto los trabajadores extranjeros, con una movilidad 4 veces superiores a la española, representan una ventaja para aportar a esta necesaria cuestión laboral.

Los esfuerzos en este sentido han de orientarse a la recolocación de los desempleados, buscando otros sectores de actividad u otras áreas dentro de los mismos sectores con disponibilidad laboral. Para esto es muy importante elevar la calificación de los profesionales y el interés de los inmigrantes por los cursos de formación y también por los de idioma, se evidencia en su demanda de plazas, superior a la oferta. Una de las pocas aristas positivas de la crisis podría ser el brindar una oportunidad para dedicar tiempo a la formación, lo cual incrementará las posibilidades de recolocación y preparará nuestro mercado laboral para un futuro más productivo y con actividades de mayor valor añadido.

De esta manera, según refleja el Anuario de la Inmigración en España 2010, “la crisis ha puesto de manifiesto una gran capacidad de adaptación de la población inmigrante a las necesidades derivadas de un proceso de destrucción de empleo».

Retomando el aspecto del retorno de la inmigración, sabemos que el retorno real tiene unas dimensiones mayores que el computado por los programas de retorno asistido. El retorno varía en función del origen de los inmigrantes, siendo el de rumanos el más importante, mientras que el de africanos y latinoamericanos, aun cuando se ha incrementado, sigue siendo poco significativo. El retorno pudiera aliviar el desempleo pero el cambio no será muy grande, y, por otra parte, debe tenerse en cuenta que a largo plazo puede incluso ser contraproducente para la economía española. Demográficamente, la pérdida que supone para España la marcha de los inmigrantes más el descenso de la natalidad en el país, conllevará, según Josep Oliver (codirector del Anuario de la Inmigración), un vacío demográfico juvenil que desencadenará de nuevo una demanda de mano de obra extranjera en un futuro (Anuario de la Inmigración en España 2010). Los expertos opinan que cuando España se encuentre en una nueva fase de crecimiento económico, y se agrave su déficit demográfico de población activa (cosa inevitable), los inmigrantes retornados y sus hijos e hijas, que ya habían sido formados en el mercado laboral español serán muy necesarios.

Joaquín Arango, codirector del Anuario de Inmigración y catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, destacó que su presencia es fundamental para sostener las bases de la economía española y lo seguirá siendo aún con la actual situación crítica. Según Josep Oliver, “España no podría funcionar sin los inmigrantes, aún con la tasa de paro actual”, pues fundamenta que “hay más de 3 millones de ocupados inmigrantes” que “sostienen sectores enteros de la economía”. Tal es así, que el peso de la comunidad inmigrante dentro de la población activa representa un 18 por ciento de la misma, casi una cuarta parte de la fuerza de trabajo constituida por adultos jóvenes de entre 25 y 44 años y más de uno de cada cuatro o cinco trabajadores. Este mismo documento sin embargo, ha develado que “el número de los retornados no es muy elevado y la inmensa mayoría de los establecidos en España ha decidido permanecer”

A pesar de esta intensa crisis económica, la publicación del Anuario de la Inmigración en España 2010 y en él el trabajo “Inmigración y crisis económica: impactos actuales y perspectivas de futuro” desmonta los tópicos y malos augurios que se aventuraban recaerían sobre los inmigrantes con la llegada de la crisis. En el Anuario se refleja que, si bien es cierto que se ha frenado la llegada de inmigrantes respecto a años anteriores, la crisis no ha provocado la marcha de los que ya estaban viviendo en España.

Otro problema generado por la crisis es el incremento de actitudes y comportamientos xenófobos que culpabilizan a los inmigrados de esta situación de crisis. Estas actitudes ponen en peligro la cohesión social, imprescindible para el buen funcionamiento de la sociedad y sobre todo, causan efectos negativos a nivel económico.

En lo que respecta a los sesgos xenófobos y racistas que, según se predecía, vendrían con la crisis, Arango (codirector del Anuario de la Inmigración) afirma que la dificultad económica “no ha deteriorado de manera significativa el carácter sosegado con el que la sociedad española ha aceptado a cinco millones de personas venidas de fuera» aunque ha admitido que hay casos concretos preocupantes.

El centrar la inversión del capital español en el sector de la construcción y dejar desatendidas otras industrias ahora estrangula la economía española.  Realizando un profundo análisis de esto cabría preguntarse si la Política de Inmigración ha conformado el Modelo de Crecimiento, o es la Política de Inmigración, la que ha conformado el modelo de Crecimiento de la Economía Española.

Es preciso generar una pronta respuesta a este y otros interrogantes referentes a la necesidad de afrontar un nuevo Modelo Económico, porque los efectos de esta crisis, según indican los expertos aún no ha tocado su tope, y a pesar de los intentos del Gobierno por mantener la confianza, la vulnerabilidad de la economía ha quedado al descubierto.

Es preciso por tanto, divulgar el papel que hasta ahora tenía la sociedad Inmigrante, la cual debe ser reconocida y valorada para que los efectos de esta crisis no debilite aún más la mala percepción que aún tiene fenómeno migratorio. Y es que sin duda alguna y si distinción de nacionalidad, toda la población vive los efectos de la crisis y el colectivo Inmigrante debe en su calidad de minoría, implicarse aún más en la solución de esta coyuntura que requiere la implementación de una estrategia en la que se aproveche la oportunidad para mejorar su participación y desarrollo económico.

Autor: Moises Bolekia