Internet

Las tradicionales formas de comunicarse e informarse a través de: una gran pantalla, una radio o los periódicos; aunque no han sido desplazadas totalmente, no cuentan con la acogida que en su momento tuvo cada una. Internet se constituye en la innovadora forma de contacto o lo que para el comunicador social argentino, Carlos Scolari es “la irrupción de las tecnologías digitales” que se encargaron de cambiar todos los estilos de vida, “al permitir no solo la comunicación bidireccional sino también la constitución de comunidades virtuales, los límites entre lo público y privado se desplazaron, superponiendo espacios individuales y colectivos” (Scolari, 2011 p. 2)

La nueva emergencia en la sociedad se marco por la nueva comunicación global que pasó de ser un lujo a una necesidad. La opinión de las personas en los medios digitales no solo fue importante; sino impresindible en diferentes ámbitos: social, cultural, político, étnico, religioso, científico, etc. Es que, la comunicación instantánea ganó terreno y se acopla a un nuevo estilo de vida de las sociedades que hoy caminan a la par de la tecnología de la información.

            El uso de Internet  en el Ecuador ha tomado repunte en los últimos años; sin embargo aún no todos pueden acceder a ella. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), desde el 2008 hasta agosto de 2012, el 31,4% de la población del país –de un total de 14,3 millones de habitantes- afirmó haber utilizado Internet en los últimos 12 meses. La principal razón es el aumento de fibra óptica.

 El acceso a Internet se habría sextuplicado con relación al 2006,  25 hogares de cada 100 cuentan con un computador  de escritorio y 10 tiene un portátil. El uso es diverso el 32,6% lo utiliza para comunicarse con familiares o amigos; el 31,1% para obtener información. En el área urbana, el 57% de las personas utilizan una vez al día; en el área rural el 51,6% lo hacen  una vez por semana. El uso de Internet entre niños y jóvenes de 5 a 15 años representa el 38%.

En 2008, el acceso se limitaba al 22,9% dentro de este rango de edad. El grupo con mayor uso de Internet es la población que se encuentra entre 16 y 24 años con 59,4%, seguido de las personas de 25 a 34 años con el 39,6%. El hogar es el lugar predilecto para navegar. El 38,3% lo hace desde sus casas (INEC, 2012).

Desde la aparición de Internet la vida cotidiana, las relaciones interpersonales y la dimensión de la vida política se han transformado. Este espacio se abre para discutir asuntos públicos y sirve de escenario para dinámicas de expresión de identidad política y de participación ciudadana. Las tecnologías de la comunicación cada vez se acoplan más a las necesidades de los usuarios, en todo el mundo. Se crean equipos tecnológicos que a inicio del siglo pasado habrían sido inimaginables incluso llevarlos en el bolsillo, “en el corto plazo, a medida que la cantidad de estos usuarios se incrementa, aumenta proporcionalmente la participación desde el celular en las redes sociales” (Igarza, 2009:139).

La telefonía móvil se redujo a una pantalla personalizada con su propio teclado, es más fácil y rápido escribir mensajes de texto y publicarlos en segundos. “El celular liberó la comunicación, es el aparato tecnológico más socializado del mundo, y todos lo están usando para conectarse, conversar y construir cariño…producen las imágenes y mensajes que mejor  nos reflejan y en sus mensajes se construyen las nuevas subjetividades y… modos de ser comunidad y la multiplicación infinita de esferas públicas” (Rincon, 2009: 182)

El uso del teléfono celular se ha convertido en la extensión del pensamiento del ser humano  se materializa con la publicación de unas cuantas palabras, mientras se realizan distintas actividades diarias ya que posibilitan conectarse e interactuar. La sociedad actual se ha convertido en lo que el filósofo canadiense Herbert Marshall Macluhan escribió en su teoría de la comunicación en la década de los 60´,  todos vivimos en una “aldea global unida por las tecnologías” en donde la comunicación es el punto de unión en todas partes del mundo. Una teoría que hoy se evidencia en una realidad de avatar que se produce al conectarse el ser humano con la tecnología, que dejó de ser novedad para convertirse en espacios cotidianos.

Según el sociólogo y catedrático español Manuel Castells, el punto de unión de lo que para él es una “sociedad red” está en la interacción entre: tecnología, sociedad y espacio. Como resultado de esta acción se produce nuevas actividades económicas, aumento de la interacción del hogar electrónico y la evolución de las formas urbanas. Lo que deja en evidencia que el tiempo ya no es quién organiza un espacio de cualquier actividad, al contrario para Castells “el espacio es el que organiza el tiempo en una sociedad red”. En el Ecuador el gobierno actual pretende que más personas formen parte de esa red mundial, para no quedar fuera del cambio. El acceder a la tecnología busca que tiempos y espacios se resuman, así por ejemplo, datos del INEC revelan que: El 78% de los hogares ecuatorianos tiene un teléfono móvil, un  8.9% más que en 2008. El 49,1% de los hombres tiene uno activado, las mujeres  lo hacen en  un 44,3%.  De acuerdo a la edad la demanda se sitúa en el 71.5% entre  25 y 34 años, en 69,1% entre 35 y 44 años. Sin embargo, existe parte de la población que no cuenta con esa tecnología.

Pichincha es la provincia con más celulares activados (55%), Guayas con (50,6%), Bolívar (centro andino) registra menor porcentaje con 29,7%. La utilización de   teléfonos inteligentes se ubica en el 8,4%. Las personas con instrucción de postgrado usan  Smartphone en un 32,1%, y aquellos con instrucción media en un 17,4%.  El uso de las tecnologías de la comunicación ha posibilitado al mundo entero la interconectividad y la velocidad”  (INEC, 2008).

“La ciudad global no es un lugar, sino un proceso. Un proceso mediante el cual los centros de producción y consumo de servicios avanzados y sus sociedades locales auxiliares se conectan en una red global en virtud de los flujos de información, mientras que a la vez restan importancia a las conexiones con sus entornos territoriales” (Castells, 1998: 419). La dimensión sociológica de la sociedad red de Castells deja en a la vista que ya no existen nombres puntuales en quienes gira la jerarquía hoy esto es en torno a un centro de mando y control de tienen poder informacional y que siguen en: New York, Londres y Tokio; en el caso ecuatoriano pienso que ese cotrol jerarquico se enfoca en grupos sociales y políticos, que por ejemplo exponen convocatorias masivas con o sin fines de lucro utilizando cualquier espacio de la tecnología que en gran parte es gratuita y tienen mejor respuesta. Poco a poco se desplaza a las publicaciones costosas. Este tipo de acciones a criterio de Castells no harán que desaparezca la ciudad “sino que será trasnformada de acuerdo al contexto socio-histórico y cultural”.

El sociólogo español plantea también una teoría de flujos, a la que considera como la parte neurálgica de aquella sociedad informacional que cuenta con dos conceptos: Espacio que es la sociedad misma y Flujo que son las secuencias de la interacción entre diferentes actores sociales (político, económico e incluso simbólico). Los flujos de información a mi criterio se han re clasificado por el gran espacio en el que se encuentran ideologías, afinidades o simplemente gustos que hoy tienen líderez a quién puedo elegir seguir o simplemente criticar, en un espacio que aún se desconoce si es o no democrático, por las repercusiones que pueden tener ciertos puntos de vista.

Queda claro que la tecnología de la mano de la intrnet hoy en día son claves para comprender e intentar encontrar explicaciones de la sociedad red. Un tema que continuaré abordando en el siguiente subtítulo de las redes sociales con el actor red que plantea el sociólogo francés, Bruno Latour.

Autor: Jadira Martinez